"Los machos simbolizan hombres sin religión que se han abandonado a sus pasiones, salvo si el soñante los está cazando." Deslumbrante descubrimiento de Muhammad Ibn Sîrîn y su Libro de interpretación de los sueños. Desaparecida y hoy meramente literaria oniromancia, apta para disfrutar de un juego de sueños dentro de los sueños. O de palabras dentro de palabras, que puede resultar una variante materializada de los sueños en otro ámbito. "Montar en asnos salvajes, camellos, búfalos o bestias salvajes domándoles o comportarse con ellos como si se tratara de animales familiares, sin tener la intención de cazarlos, significa mantener lazos con un hombre sin religión, aunque estando por encima de él", amplía el autor. La interpretación sui generis de Ibn Sîrîn no tiene pérdida. Cierto que está pensada para una sociedad musulmana de los siglos VII y VIII, a caballo de los cuales vivió el oniromante. Hay días que conviene dejar de lado noticias de prensa o narraciones a los que nos habíamos acostumbrado para soñar con un género que ya no se lleva, aunque probablemente haya influido en la imaginación de muchos orientales y no pocos occidentales. Buscar el deleite en todas las sugerencias -un verdadero rosario de casos y cosas vinculadas a las formas de vida que también se plasman inevitablemente en los sueños- del hombre de Kufa. Una vez más comprobamos cómo los sueños han intrigado si no obsesionado a los hombres. Pero sean oniromancia o psicoanálisis, ¿se tratan estas técnicas de una tentativa de explicación de lo que se mueve en el subconsciente o se utilizan como modificadoras de las conductas de la conciencia? Presiento que volveré a traer aquí alguna de las imágenes preciosistas de Ibn Sîrîn.
Imagen de Emil Schildt
¿Quién te ha dicho que estás técnicas ya no se llevan? Muchos creen que a finales de siglo y primeros del entrante, la filosofía, las técnicas de quiromancia, quirognomía, la interpretación de los sueños y otras muchas parecidas, resurgen con mucha más fuerza. Se alborotan y crecen como los tallos verdes entre las baldosas, pero me temo que es más como 'dame una ayudita que ando perdío', que como un acto de manipulación conductual. Claro que no lo sé, aunque practico muchas de ellas por pura diversión -siendo una escéptica declarada-, pero he leído mucho sobre estos temas desde hace muchos años.
ResponderEliminarBeso,
Nená
Si pudiésemos pintar los sueños, crearíamos imágenes sorprendentes. Nuestro inconsciente demasiado sepultado por estereotipos aprendidos, no suele manifestarse si no es en los sueños. Y es allí donde reside nuestra parte más pura, nuestros tabús, lo prohibido, que significa, en este mundo más o menos real, paradójicamente, lo más impuro.
ResponderEliminarUna imagen que bien podría ser la fotografía de un sueño.
Saludos
Marinela
No hay que menospreciar los sueños, y mucho menos,laliteratura fantástica que se alimenta de ellos.
ResponderEliminarNo olvidemos que una gran parte de la mitología tiene su nacimiento y trasunto en los sueños. Me parece muy acertada la
visión junguiana respecto a considerar lo sueños como el lenguaje de nuestro inconsciente. Siempre los tengo en cuenta cuando los recuerdo y consigo interpretarlis. Me ha encantado la entrada de hoy.