Odisea, canto VIII: "Y se acercó el heraldo con el deseable aedo a quien Musa amó mucho y le había dado
lo bueno y lo malo: le privó de los ojos, pero le concedió el dulce canto." Qué antiguo el ejercicio de la poesía y el canto, algo vinculado y recitado en alta voz. En la visita de Ulises a los feacios, el banquete es una reconciliación: "Y cuando hubieron arrojado el
deseo de comida y bebida, Musa empujó al aedo a que cantara la gloria de los guerreros
con un canto cuya fama llegaba entonces al ancho cielo: la disputa de Odiseo y del Pelida
Aquiles." La narración declamada penetraba en todos los presentes. No era solamente un vehículo de relato de hechos acontecidos que iban trasladándose por doquier. Su misión residía en tocar los corazones. El seguro y firme Ulises no iba a ser menos.
¿La poesía como dardo o como conciencia? Describe el relato homérico: "Entonces Odiseo tomó con sus
pesadas manos su grande, purpúrea manta; se lo echó par encima de la cabeza y cubrió su
hermoso rostro; le daba vergüenza dejar caer lágrimas bajo sus párpados delante de los
feacios. Siempre que el divino aedo dejaba de cantar se enjugaba las lágrimas y retiraba
el manto de su cabeza y, tomando una copa doble, hacía libaciones a los dioses." ¿Era el banquete lo reconciliador o el poder prodigioso de la poesía? En los orígenes de la cultura griega el canto y la poesía juegan ese papel de relajación, de encuentro, de exorcismo de los enfrentamientos . Dice Hans-Georg Gadamer al respecto en su libro Mito y razón: "Cuando surgen tensiones y amenaza la discordia, entonces se apela al rapsoda, que sabe fundar nuevos espacios comunes en la vida social." No puedo por menos que preguntarme si ese espíritu se mantiene hoy día en nuestras complejas sociedades, aunque sea bajo otras formas y otras atenciones. Afirma el sabio Gadamer que "los rapsodas jugaron desde los primeros tiempos ese papel y se implicaron ya en las primeras organizaciones sociales para eliminar la discordia que surgía." Uno, ingenua pero intencionadamente, desearía que en los foros de los gestores de toda clase se mantuviera presente la antiquísima figura del poeta. Naturalmente, no es poco si la mantenemos en el ámbito de nuestros hogares y en los núcleos sociales más inmediatos, por muy menores que estos sean. Pues si Ulises lloró al escuchar las narraciones de Troya, ¿no íbamos a hacerlo nosotros desde nuestra pequeñez? ¿Lo harán también alguna vez para desnudar sus debilidades y poblarse de cordura los hombres de poder de la Tierra?
Pintura de Balbi López Santos
Invitación - E
ResponderEliminarSoy brasileño.
Pasei acá leendo , y visitando su blog.
También tengo un, sólo que mucho más simple.
Estoy invitando a visitarme, y si es posible seguir juntos por ellos y con ellos. Siempre me gustó escribir, exponer y compartir mis ideas con las personas, independientemente de su clase Social, Creed Religiosa, Orientación Sexual, o la Etnicidad.
A mí, lo que es nuestro interés el intercambio de ideas, y, pensamientos.
Estoy ahí en mi Simpleton espacio, esperando.
Y yo ya estoy siguiendo tu blog.
Fortaleza, la Paz, Amistad y felicidad
para ti, un abrazo desde Brasil.
www.josemariacosta.com
Gracias por quedarse a mi lado en mi celebración de mi 4º aniversario todo un regalo y mas tratando de el personaje legendario de Odiseo o Ulises.
ResponderEliminarUn abrazo
Sor.Cecilia