"La duda siempre está. Te sorprendes al principio, pero la duda viene. Pasó, pero pudo haber sido diferente. Eso es la duda, una parte principal de la sorpresa." Cees Nooteboom en El País Semanal. Aunque lo pueda parecer la duda no es vacilación, ni inseguridad, ni quiebra. Esos detalles técnicos son comportamientos de su propia dinámica. Su esencia es principalmente método. ¿Método del azar? Algo con los que nos dota la naturaleza instintiva y que luego la racional, y sobre todo, la cultural, nos enriquece. Dudar para seguir preguntándonos sobre las cosas, para avanzar, para elegir. La sorpresa instalada en nosotros mismos; la sorpresa agazapada en los acontecimientos de toda índole. La llave que abre las habitaciones más herméticas. La palanca que levanta un hecho o una posibilidad. Somos seres perplejos, ante todo.
Foto: Simone Sassen
Pues sí, la duda permanente es el abracadabra existencial que nos conecta con la posibilidad de evolucionar y dejar atrás lo instintivo, o al menos reducirlo a las funciones de supervivencia.
ResponderEliminarDice un aforismo latino: Quien no piensa, no duda.
ResponderEliminarO como dijo Aristóteles "La duda es el principio de la inteligencia"
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