"Hay que seguir, una vez más, la sombra
por el nocturno callejón..."
recita Francisco Brines (los poetas recitan más que escriben e incluso declaman frente a nadie, ni siquiera con el espejo delante porque prefieren imaginar la escena) Y los que creemos que no hay una sola sombra, ni siquiera la inmediata, la del primer plano, sino que somos muchas sombras, algo así como una proyección que nace y muere sobre sí misma, ¿a cuál de ellas deberíamos seguir? "Serás (seguirás) tantas sombras cuantos hombres seas", sugiere la voz profunda de uno de esos hombres interiores que se lleva a cuestas.
Hay más literatura de las sombra que poetas declamadores. Recuerdo especialmente la Historia de la sombra, de Galeano...
ResponderEliminarPero nada de lo escrito nos hace eludir nuestras sombras, las sigamos o no.
Abrazos
Poeta que invita a la reflexión...vivimos entre sombras, la penumbra!
ResponderEliminarPues haz caso al hombre..simple, ignorante, incluiso cruel...pero siempre tan práctico!!
ResponderEliminarBesos
ResponderEliminarObviamente deberíamos seguir a la luz. Las sombras son, simplemente, el resultado de ciertos "objetos" que se le interponen.
ResponderEliminarNavegar entre las sombras, buscando la luz... Pero las mismas sombras son esa luz, de ahí su atracción y su promesa.
Cojo tu hilo y me adentro en tu laberinto. Espero que la salida sea distante y me dé tiempo a aprender. Me gustan los laberintos personales. Si son reales, siempre conducen al centro de.
Besos.