13.8.13

Oriol Maspons















Podía haber escogido cualquier otra fotografía de las miles que hizo Oriol Maspons, muerto ayer. Una de escritores españoles o de últimas tardes con Teresa o de Bocaccio y la gauche divine, por ejemplo. Sus ilustrativos trabajos recogiendo e interpretando el lento despegue cultural español (¿habría que decir también social?) se alternaban con las que reflejaban una España secular, aparentemente inamovible. Pero he elegido para recordar a Oriol Maspons estas dos porque van y no van de humanos. La primera porque refleja al olvidado niño de otro tiempo que ya no sabe en quién volcar su ira, después de que otras cóleras han sido descargadas en abundancia sobre él. Ese instante de frustración y desahogo bien vale esta secuencia. Siempre me quedará la duda si ya de adulto la conducta del chico es simple memoria o si el hombre maduro ha seguido dando patadas para pagar sus fracasos. La de los perros...basta con escuchar su coloquio.




3 comentarios:

  1. El niño descarga su impotencia en patadas, de adultos recibimos las que nos dan y la propias, nos pateamos por dentro.
    Impresionantes, las dos fotos son un derroche de fuerza expresiva.
    Gracias por traerlas.

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  2. De adulto, seguirá (seguiremos) dando patadas que la vida nos devolverá, como un espejo de la violencia esencial.
    Un abrazo

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