Poeta Cornadó:
"El espejo perverso te devuelve mentiras,
se reflejan en él imágenes antónimas
y cuando el sol irisa las gotas de rocío,
este espejo malvado te muestra las culebras"
¿Hay, por ello, que dejar de mirar el espejo perverso, el mirall pervers que dice Francesc Cornadó? Tal vez hay que mirarlo de otra manera. Porque el espejo no está enfrente, cual mero objeto estático. Todo lo que dice es aquello que se expresa dentro de nosotros. Además, el espejo perverso es uno de los cuatro que nos reflejan. Los otros, según el poeta, a saber: el espejo del tiempo, el espejo roto y el espejo cuadrático. Mi opinión es que más que dejarnos engañar por el espejo perverso deberíamos sortear -las suertes siempre son un tipo de engaños- al espejo. No hay cuatro espejos, sino cuatro personas del espejo que sucediéndose unas a otras o combinándose de forma aleatoria -¿o acaso hay un orden recóndito ineludible?- nos van mostrando nuestro rostro. Sin posibilidad de escape. Para disfrutar léase Los cuatro espejos cuadráticos de Quadreny. Sorprendentes.
En "Els quatre miralls quadràtics d'en Quadreny" me dejé llevar por la forma. La música visual de Mestres Quadreny presidió estos versos, en ellos, hice caso omiso de todo contenido y de toda lógica argumental. Poco a poco la forma fue configurando las estrofas y el sentido de los espejos; probablemente sea como tu dices, no hay variedad de espejos sino que hay diferentes miradas. Nos queda la posibilidad de ir sorteando los reflejos y las perversidades dentro del orden recóndito e ineludible.
ResponderEliminarAgradezco tu mirada.
Salud
Francesc Cornadó