Raúl Castro, presidente de Cuba, tras la muerte de su hermano Fidel: "Hasta la victoria siempre", viejo eslogan de la revolución castrista. Pablo de Tarso, ideólogo y predicador cristiano, en Corintios, 1.15: "¿Dónde, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?" (Versión Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera)
Cuando las afirmaciones tajantes y aparentemente sólidas de unos, y las preguntas con respuesta implícita y no menos ideológica de otros exhiben su frágil rostro de sofismas. Pero hay una hora del desenmascaramiento. La nada no reconoce victorias, ni dominios efímeros. ni vanidades humanas, ni salvaciones, ni dioses.
Pablo no iba equivocado, pero en este caso prefiero al metafísico Seguismundo de Calderón.
ResponderEliminarLa Vida es sueño, y ningún sueño es realidad, sólo ideas.
Hoy, Cuba se divide entre los que lloran y los que descorchan botellas de champán.
¿A dónde la verdad?
Salut
El de Tarso iba a lo suyo: a proponer alternativas salvíficas a un destino del que nadie nos salvamos, y de paso fundar su negocio. No le prefiero ni por asomo, y coincido con Tot B. en lo del Segismundo. Ahora bien, un matiz: los sueños son realidades, pero en otra dimensión de la vida. También creo como Asterión que se vive entre mucho sofismas. Y lo de Cuba es de libre interpretación y ya nada será lo mismo de lo que esperaban tirios y troyanos. Y si no, al tanto.
ResponderEliminarPedro Carriego Pérez
No pasará nada nuevo, despacio se irán soltando las amarras y algunos ya no lo verán, despacio y sin aspavientos. Un abrazo
ResponderEliminarToda una reflexión...
ResponderEliminarAunque ya pocos recuerdan cómo vivía el pueblo con Batista...
Un cordial saludo