Sieglinde Baumert, objetora al impuesto de la televisión pública alemana: “Cuando leo que un minuto de una retransmisión de fútbol cuesta 40.000 euros me pregunto por qué debo colaborar con un solo céntimo”. Por no pagar 191 euros de varias cuotas impositivas fue condenada a seis meses de cárcel, pero ha cumplido menos al ser retirada la denuncia. Aunque ¿se la condena solo por ello o como castigo ejemplar a su capacidad de resistente? Las manifestaciones de malestar cívico crecen a la par que la complejidad de las formas de vida. Los buitres populistas también están al acecho de sacar tajada política de expresiones divergentes de los poderes públicos, pero eso no resta valor a una ciudadana que planta cara a lo que considera no solo injusto. También denuncia el derroche.
En este momento actual, cualquier objeción al sistema capitalista sangrante, es una batalla titánica. Y por desgracia, la sociedad afectada por tanto abuso y mecanismos avaros, no acaba de despertar, se deja llevar por esos cantos de sirena, aún... Pero, supongo, que tarde o temprano, explotará. No es bonita esta forma impuesta de vivir, basada absolutamente en la especulación y el beneficio, y ¿para qué? . No hay felicidad.
ResponderEliminarCuando estudiaba Estructura económica, nos contaban que era la distribución y el orden de las partes. Es decir, interrelaciones económicas globalizadas.
No es cuestión de incidir en un punto, o dos, o tres de esta pirámide encadenada, sería cuestión de ir a las bases, y cambiar el modelo injusto y, como vemos, poco eficaz.
Pero admiro el valor de esta ciudadana, y puede que ese sea el camino: rebelarse.
Interesante...
ResponderEliminarVisto así nos ponemos de su parte, pero si hay leyes debemos cumplirlas, lo contrario es el caos. Un abrazo
ResponderEliminar