¿Nos estará observando el poeta Leopardi desde la dimensión astral? ¿O acaso aquellas conductas que él mismo detectó en su época se han mantenido e incluso han ido a más? "Ningún libro clásico fue impreso en otros tiempos con la elegancia con que hoy se imprimen los periódicos y demás frivolidades políticas, hechas para durar un solo día." Ciertamente el lujo del papel, las técnicas de impresión, la invasión de imágenes y las maquetaciones han mejorado mucho las formas, pero ¿qué decir de los contenidos?, nos espetaría el autor de Zibaldone di Pensieri (Pensamientos) "El arte de escribir ya no se conoce y apenas se sabe de él algo más que el nombre. Y creo que todo hombre de bien, al abrir o leer un libro moderno, siente piedad hacia aquel papel y hacia aquellas formas de los caracteres tan tersas, utilizados para representar palabras tan horrendas y pensamientos, en su mayor parte, de tan poco valor." ¿Excesivo radicalismo de Giacomo Leopardi en su juicio sobre la literatura? Y sin embargo uno tiene a veces la misma sensación que Leopardi. Se hace, más que escribe, literatura líquida para tiempos y circunstancias líquidas, pasajeras, flor de un día. E incluso resulta difícil saber qué piensa el hombre de bien actual sobre los libros, puesto que apenas se habla de ellos. Salvo en esos pequeños reductos de entregados que no se rinden. Y además esa sensación de que lo literario en boga es pan para hoy y hambre para mañana. Claro que no faltará quien diga: mientras se tengan ganas de comer...O dicho de otro modo: lo importante es que la gente lea lo que quiera, pero que lea, que se suele oír. ¿Cualquier cosa?
Ilustración de Amedeo Modigliani
El origen de estos males puede radicar en la preeminencia del mercado sobre el deseo de fama en la posteridad. Vamos que se escribe para vender y no para ser un clásico el siglo XXII, que vaya usted a saber lo que habrá entonces.
ResponderEliminarNo siempre se valora el contenido...por malo que sea...
ResponderEliminarSaludos
Dejo que sigas escribiendo
ResponderEliminares lo que más me gusta de ti
salut
Me declaro un rendido admirador de Leopardi. He seguido su experiencia literaria, mi fascinación por su obra me ha llevado a Recanati, donde tengo grandes amigos, he visitado su biblioteca y he intentado comprender el “Infinito”, aquel jardín desde el cual no se desdeña ninguna iluminación consciente. El “Zibaldone” es una obra colosal, muy larga, un dietario donde Leopardi apunta sus pensamientos sobre el mundo, sobre el drama humano, consideraciones sobre el suicidio, sobre la filosofía y la poesía y muy especialmente sobre la lengua.
ResponderEliminarEn el Zibaldone dice cosas como esta: “en este mundo todo es una locura, excepto hacerse el loco. Todo es risible, menos reírse de todo. Todo es vanidad menos las bellas ilusiones y las frivolidades agradables...”
Leopardi es un fenómeno literario capaz de explicar el romanticismo desde la más pura iluminación clásica. Fue, sin embargo un hombre desgraciado, devoró literalmente su enorme biblioteca y en ella se dejó la salud. El estudio le destruyó. Murió joven. Su columna vertebral se le fue encorvando hasta convertirlo en un jorobado. Salía de casa y se reían de él, al pasar, los niños le gritaban: gobbo fotuto.
Acabo y recomiendo la lectura de sus Canti. Indispensables.
Salud
Francesc Cornadó