7.1.15

Wolinski: estoy solo y tengo miedo













Georges Wolinski, humorista francés entrevistado hace tiempo en el diario Página 12: "El humor francés no existe, el humor argentino tampoco, sólo el humor. Los humoristas son lo mismo en todas partes y pelean contra todos los mismos horrores. Pueden ser escritores, dibujantes, los conocí en el mundo entero. Conocí humoristas negros, árabes, judíos y son siempre los mismos hombres. Todos dicen: 'Estoy solo y tengo miedo'. El humorista hace reír a los demás porque en el fondo no tiene la más mínima esperanza. No siente respeto, no cree en Dios. No tiene ningún consuelo, salvo el consuelo de tener una hoja y un lápiz". Más claro, agua. Y esa plena conciencia de la soledad del dibujante satírico ha adquirido hoy su culmen: Georges Wolinski ha sido asesinado entre una docena de personas más en el atentado cruel sobre la redacción del semanario Charlie Hebdo. ¿Por qué será el humor lo que menos soportan los fundamentalismos religiosos y fascistas? ¿Acaso porque es la expresión más libre, desenfadada, iconoclasta y rompedora que existe?





















7 comentarios:

  1. Porque el humor es inteligencia y lo mejor de la humanidad a raudales, y los fundamentalismos solo pueden expandirse y apoyarse a través del nulo criterio propio. Necesitan de la molicie para sobrevivir. Y el humor la socava.

    D.E.P.

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  2. Risa y sonrisa unen de manera espontánea a la gente. El humor nos previene del mal dogmático, y por tanto del fanatismo y del autoritarismo que de dicho mal emana. El humor nos humaniza, nos vuelve cómplices y hasta más solidarios. Es todo lo contrario del "divide y vencerás", nefasta divisa bélica. El humor, en fin, libera, y eso es algo que quienes se arrogan la verdad suprema no pueden soportar: quisieran vernos de rodillas, aterrorizados y obedientes ante su impotente ídolo. La religión mata.

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  3. El humor produce un efecto de espejo: refleja la estupidez de quien está siendo caricaturizado, le desnuda moral e intelectualmente.

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  4. Los más densos odian a quienes no nadan en el mismo fango y detestan la manifestación del ingenio, la luminosa alegría y la superioridad de la inteligencia.
    Su dogmatismo es tan frágil que no soporta el escrutinio del razonamiento que los exhibe en toda la ridícula realidad que se nota en toda pandilla, pues muestra que son individuos que siempre necesitan huevos prestados.

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