"yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles..."
Lo canta el poeta que nunca persiguió la gloria, pero que para muchos de nosotros por eso hoy precisamente es glorioso. Y sin embargo, cuánta densidad y extensión bajo lo que parece leve y etéreo. Pienso en esta mañana soleada, pero aún tibia, en cuantos humanos desde el dolor físico, la carencia de libertad o el límite de la desesperación desearían invocar esos mundos sutiles. Quién sabe si no lo hacen para sobrevivir.
Recomiendo:
Pintura de Tsuguharu Foujita
Llevas toda la razón. Voy a clicar.
ResponderEliminarQuizás al no querer dejar en la memoria canciones suyas es como lo logró.
ResponderEliminar"...como pompas de jabón. Me gusta verlas pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse".
ResponderEliminarExactamente, lo dices todo: para sobrevivir.
"Se canta lo que se pierde". Lo intentaré...en el tercer mundo. Gracias!
cada vez más prosaico y menos que creen o se deleitan en esos mundos sutiles que nos salvaron de tanto dolor.. gracias por el enlace...un beso
ResponderEliminarEl golpe de luz inesperado, es el que nos aturde y luego nos despierta - preciosa la pintura de Foujita- y con él viene la oportunidad de ver.
ResponderEliminarEn ese espacio irreal, que no está gobernado por las leyes físicas, es donde tiene lugar el milagro de sentir que somos parte de lo invisible y el alivio de la desesperación.