Entre el blanco y el negro, la gama de colores se extiende en todas las direcciones cromáticas. Claro que también podría ser entre el amarillo y el verde, o el gris y el azul, porque los colores se expanden como los ecos. Y los ecos como las palabras fracasadas de los hombres, pero persistentes y tenaces en sus mensajes. "En los comienzos a nosotros se nos dijo que todos los seres humanos que caminaban sobre La Tierra habían sido provistos de todas las cosas necesarias para La Vida", empezaba el Mensaje de los Hau de no sau nee -la Confederación de Las Seis Naciones de los Iroqueses- al mundo occidental. Tal vez nos llega demasiado espiritual, pero no menos anhelante, mientras los acontecimientos y desgracias invaden cada día el mundo de las noticias, desplazando para muchos el de la provisión. "Se nos enseñó a mantener amor los unos por los otros y a mostrar un gran respeto por todos los seres de esta Tierra. Se nos ha enseñado que nuestra vida existe con la vida del árbol, que nuestro bienestar depende del bienestar de la Vida Vegetal, que nosotros somos los parientes más cercanos de los seres de cuatro patas. En nuestras costumbres, la conciencia espiritual es la forma más elevada de política." ¿Estaríamos dispuestos los occidentales de este aquí y ahora a rubricar ese párrafo? No sé qué entendemos hoy ni por espiritualidad ni por política; lo primero nos suena rancio y lo segundo tabú. Tan ciegos debemos estar. Pero silencio. Escuchad: creo que los ahogados de Lampedusa tienen también algo que decirnos con el lenguaje de los desposeídos, entre el oleaje de la injusticia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario