15.7.13

Galileo, feliz














Otra de mis secciones favoritas de algún que otro periódico suele ser la entrevista de contraportada. Siempre hay  -a poco agudo que sea el reportero-  alguna brizna luminosa. De una entrevista a Antonio Hernando, científico con cargo de responsabilidad en un área del CSIC:

Pregunta. ¿Cómo se llevan la ciencia y la moral?

Respuesta: Bien. Mientras el cerebro sepa que es mejor no ir a lo bruto por la vida.

Pregunta: ¿Y con Dios? ¿Se hablan?

Respuesta: Dios es la materia. Nos da pistas el catecismo cuando dice aquello de que omnipresente, omnipotente. ¡Son propiedades de la materia! Está clarísimo.

Pienso en Galileo, en todos los Galileos que han sido humillados, perseguidos y menospreciados. Y con cuya memoria no han sido suficientemente justos sus perseguidores tradicionales. Pienso en lo contento que estaría escuchando esta voz clarísima. Galileo, feliz (en lo que quede de él en su transformada y acontecida materia)




2 comentarios:

  1. La ciencia como la verdad, siempre ejerce la fuerza justa y necesaria, con el tiempo hay quien se da cuenta.

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  2. Si no se hubiera movido lo que se mueve...no estaríamos aquí, aunque les pese a los dictadores de las ideas y de la regresión.

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