"Para empezar, soy una niña...", dice la prensa que fue lo primero que escribió Barbara Probst Solomon con ocho años. ¿Frase de obviedad inocente o predisposición inconsciente al arrojo? Barbara saltó a la historia de la audacia con veinte años cuando participó en un plan exitoso para liberar de Cuelgamuros (la construcción del hiriente Valle de los Caídos) a Nicolás Sánchez Albornoz y a Manuel Lamana (andando el tiempo, historiador el primero y escritor el segundo) Tal vez aquel paso fuera una confirmación de su obcecada determinación infantil. O puede que simplemente siguiera el hilo de la aventura de la vida, que nunca sabes hasta dónde te lleva. ¿Cuántos se plantearon en temprana edad algo semejante a ese para empezar de la Probst?
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