Apunto: "...En la vida le pasaba igual, resulta tan empobrecedor -decía- atenerse de forma rígida a lo que se ha elegido, descartando cualquier otra posibilidad igualmente interesante, y sin embargo hay que contar con ello, nos pasamos la vida decidiendo, por mucho que nos agobie decidir, ésa es nuestra condena, la sed de infinitud chocando contra los barrotes de la jaula". Carmen Martín Gaite en su novela Lo raro es vivir. Uno compara lo que lee con lo vivido. Esas primeras etapas en que nada se elige. Caes donde caes y como caigas. Más tarde se elige: o bien por acuerdo e inercia con lo que te fue dado o bien a la contra, con todos sus riesgos. No sabría decir qué actitud va a deparar mayor satisfacción. Nos pasamos la vida decidiendo, pero también dudando. Para algunos incluso su estado de costumbre es la indecisión perpetua. Todavía es mayor condena.
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