12.2.24

No hay edad para filosofar, una excelente conclusión de Epicuro de Samos

 


El hedonista de Samos: "Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso a filosofar, ni, al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven". 

Me traslado al bagaje de mi propio pasado y extraigo mis propias conclusiones. Cuando se es joven se vive la vorágine de la acción por excelencia y si se interrumpe se teme no estar viviendo el día al día en toda su salsa. En mi juventud si nos deteníamos recelábamos de no estar utilizando los mecanismos físicos del cuerpo: el ejercicio, la charla alegre y confiada, el juego, el aprendizaje del amor...Sin embargo recuerdo que en aquellos otros tiempos de menos diversidad de ocio y entretenimiento que ahora, dedicábamos conversaciones gratas en bancos de los jardines públicos o en escaleras de nuestras casas o en las tabernas donde repasábamos unos chatos de vino, cuestionando con ingenio no solo temas de la actualidad sino los sempiternos asuntos tocantes a la vida y  la muerte. Con arreglo a nuestros conocimientos, naturalmente. Y leyendo a Epicuro uno se da cuenta ahora que de alguna manera también filosofábamos. Es decir, al menos deseábamos conocer y para conocer hay que prospectar.

Epicuro sigue diciendo en su carta a Meneceo: "Quien afirma que aún no le ha llegado la hora o que ya le pasó la edad, es como si dijera que para la felicidad no le ha llegado aún el momento, o que ya lo dejó atrás. Así pues, practiquen la filosofía tanto el joven como el viejo; uno, para que, aun envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando su serenidad frente al porvenir. Debemos meditar, por tanto, sobre las cosas que nos reportan felicidad, porque, si disfrutamos de ella, lo poseemos todo y, si nos falta, hacemos todo lo posible para obtenerla".

¡Brillante Epicuro! Propuesta de ejercicio prospectivo del pensamiento como alternativa a una nostalgia fatídica. Propuesta doble al invocar la necesaria serenidad que proporcione en la edad provecta una templanza que nos permita afrontar lo incierto.



6 comentarios:

  1. Grande cosa es el filosofar. Y lo debe ser, cuando mi paleoantropólogo de cabecera, J.L.Arsuaga, afirma sospechar que el ser humano ya filosofaba incluso antes de poseer la posibilidad de producir un lenguaje articulado.
    Debía resultar interesante escuchar, desarrollar un debate filosófico, a base de gruñidos, bajo una acacia de Sabana.

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    1. Nuestras lenguas romances actualizadas contienen muchos gruñidos todavía. Véase lo que se dice en campañas electorales y en pretensiones supremacistas. Pero no me pega que eso sea filosofar. Creo en mi abuelo padre, el de hace miles de milenios.

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  2. Me encanta cuando los filósofos filosofan diferente, busco a quien acercarme pero no siempre me decido. Un abrazo

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    1. Los antiguos y clásicos ya dijeron mucho, y hubo unos cuantos, más de los que habitualmente se citan. A varios de ellos nos acercamos incluso sin saberlo.

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  3. Sin filosofia, el ser humano se quedaría en muy poca cosa. la vejez conlleva mucha filosofía, sobre todo la paciencia y relativizar lo que acontece, sin ver gravedad en casi nada.

    Un abrazo

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    1. Sí, la vejez conlleva actitudes reflexivas largas, pero el pensamiento es mucho más y debería ejercitarse desde temprana edad, creo. Ya que cada vez se enseña menos en los planes de estudios deberíamos tomar nota de las experiencias de la vida, aunque no es suficiente. Hay un largo recorrido en la evolución del pensamiento humano que si se aplicase en cada etapa vital podríamos mejorar mucho.

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