10.10.13

António Ramos Rosa dejó de escribir sol







"Estoy vivo y escribo sol"

Solo hay dos maneras de dejar de hacerlo: o que el astro desaparezca o que el poeta haya dejado de escribir la palabra poderosa. Pero puesto que ambas opciones parece que no han sido un hecho hasta la fecha, solo una tercera posibilidad acechaba: que el hombre muriera.

"Estoy vivo y escribo sol
Yo escribo versos al mediodía
y la muerte al sol es una cabellera
que pasa con fríos frescos sobre mi cara de vivo."

Un hombre que escribe Sol está escribiendo al Sol. Que es decir a la Vida. Todo lo que se escriba o se haya escrito después es consecuencia de la gratitud. ¿Cuántos de los hombres de este tiempo que no saben ya dónde mirar y a quién agradecer recuerdan aquello que les hizo nacer y les permite existir? Ramos Rosa, al escribir Sol, al responder con generosidad a la generosidad del Sol, se impregna del calor luminoso que fecunda la vida. Hace unos días no fue el Sol quien le traicionó, ni tampoco el abandono de la palabra. Tal vez fue solo un descuido.


"Estoy vivo y escribo sol
Si mis lágrimas y mis dientes cantan
en el vacío fresco
es porque abolí todas las mentiras
y no soy más que este momento puro
la coincidencia perfecta
en el acto de escribir sol
El vértigo es lo único de la verdad en ristre
la nulidad de todos los próximos parajes
navego hacia la cima
caigo en la claridad sencilla
y los objetos arrojan sus rostros
y en mi lengua el sol trepida
mejor que beber vino es más claro
ser en la mirada la propia mirada
la maravilla es este espacio abierto
la calle
un grito
el gran manto del silencio verde"




Fotografía de David Clifford