4.3.14

Basho viaja ligero por las Sendas de Oku













Matsúo Basho y su deliciosa descripción del viaje en Sendas de Oku:  "Ese día llegué a la posada de Soka. Me dolían los huesos, molidos por el peso de la carga que soportaban. Para viajar debería bastarnos sólo con nuestro cuerpo; pero las noches reclaman un abrigo; la lluvia, una capa; el baño, un traje limpio; el pensamiento, tinta y pinceles. Y los regalos que no se pueden rehusar...Las dádivas estorban a los viajeros."

La mínima impedimenta del viajero basta para el viaje. Es la mente la que debe cargarse de miradas sobre el don del paisaje, recibir el obsequio de los sonidos, catar el ofrecimiento de las costumbres, deslumbrarse con las obras monumentales de los hombres, aceptar el acogimiento de los más humildes, desplegar todos los sentidos. La somera descripción del bagaje de Basho parece indicarnos esta dirección. Que junto a los recursos para la protección de la anatomía del cuerpo el poeta matice que el viaje reclame para "el pensamiento, tinta y pinceles" es especialmente emocionante. Con esta confirmación explícita, Basho se reafirma en que la experiencia vivida al viajar es el objetivo, pero sin una descripción escrita, ¿en qué quedaría?   

Los caminantes ligeros. Cómo no recordar a nuestro Antonio Machado, siempre tan oriental en sus reflexiones poéticas:

"Yo, para todo viaje
 —siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje."

¿Sabría de la obra de Matsúo Basho?



Pintura de Yosa Bushon (1716-1783)