25.4.15

La competencia para Papini y Sánchez Ferlosio















"Una de las pasiones del muchacho que juega es la competencia; ser el primero. Los hombres, en nuestros días, han introducido esta manía infantil en todas las cosas: en las más insignificantes y en las más graves. Batir un récord es hoy el ideal de todos; el de los antiguos era la sabiduría, la paz, la renuncia." Giovanni Papini en su obra Gog. ¿Manía infantil trocada en manía obsesivo compulsiva del sistema? La competencia se ha convertido en virtud por mor de la doctrina de nuestros modos económicos y sociales. El hombre que se presta a destacar en competir y proporcionar beneficios al capital es considerado virtuoso. Pero ese hombre, ¿es un hombre satisfecho? ¿Y hasta qué punto equilibrado? Rafael Sánchez Ferlosio en una entrevista reciente: "Yo comparo el patinador competitivo con el que no compite y lo único que hace es superar la gravedad. El que patina sin competir patina libre, ligero, feliz, donde quiere. El que compite se está sacrificando por el yo, una cosa horrible." Distinción profunda: participar sólo por placer y dedicación en la obra o competir promocionando el ego y sus pulsiones la obra, aunque sea a codazos y pasando por encima de otros a lo bestia. Las leyes del sistema pueden ser trampas fatales para el individuo.