28.8.14

Un poema de la galería de Antonio Machado
















Esta noche Antonio Machado, que es para mí un poeta perpetuamente presente, y un maestro, no solo literario sino de pensamiento total, y sobre todo ético, me deja caer de pronto uno de sus breves poemas de Galerías, el LXXXIX: 

"Y podrás conocerte recordando
del pasado soñar los turbios lienzos,
en este día triste en que caminas
con los ojos abiertos.

De toda la memoria, sólo vale
el don preclaro de evocar los sueños."

Nos persigue lo irrealizado, pero nos reafirma también. Lo que no fue, pero deseamos en su día, los anhelos que se apagaron una vez finalizó su tiempo preciso, la felicidad impura  -nunca existe un estado completo ni libre de interferencias en la percepción de lo que nos parece felicidad-  que nunca más volverá. Aquel mundo es el espacio de las posibilidades, que unas veces se materializa en actos logrados, otras en malogrados, otras en quedarse a medias. Y qué. Las posibilidades son un testigo que vamos tomando dentro de nosotros, cambiando de mano, de compañeros de viaje, de aspiraciones. De sueños las más de las veces. ¿Quién dijo que los sueños son quimeras y, por lo tanto, algo intangible? Me quedo con su poder de estímulo y su capacidad inmensa e inagotable para mantener los ojos abiertos.



Ilustración de Nunzio Paci




27.8.14

Ausiàs March sobre corderos y leones














Uno es raro en ciertas lecturas de verano. Pero ¿acaso los libros tienen estaciones? Hoy leo: "Sabios no son todos los que las cuestiones saben determinar y dar consejos, si frente al miedo son simples como corderos, pero para los deleites valientes como leones". Lo cantaba poéticamente Ausiàs March en el siglo XV. Que tengan plena vigencia actualmente ésta y otras reflexiones da idea de cuán poco han cambiado las apetencias interiores del hombre. Donde el poeta valenciano dice deleites póngase lo que se quiera: acaparamiento de poder, acumulación de bienes, hedonismo desatado, etc. Uno piensa si ya de origen biológico y de constitución animal los humanos no seremos sino esquizoides, personajes de doble o triple personalidad, mentes divididas por más que el orden cultural impuesto trate de corregir. March puntualiza, acaso pontifica: "Sabio es el que sabe aconsejarse hacia el bien que es propio y suyo, tomándolo, dejando los otros en reserva, mirando a los locos atribularse en el mundo." ¿Qué hubiera pensado el humanista de haber visto nuestro modo de vida regido por el consumo? Ya sé cómo llamarme cada vez que la desazón por lo inmediato me acose: loco atribulado. Si históricamente las tribulaciones se aplicaban a los que padecían carencia y necesidad, ¿no es indigno que nos sintamos atribulados por el lujo de una sociedad voraz que no cesa? Me gusta el peso del clasicismo filosófico sobre Ausiàs March; él hace de transmisor y actualiza. Y hasta aquí llega.




  

25.8.14

El sentido de los libros para Jaume Vallcorba






Editor Jaume Vallcorba: "El amor a los libros me ha acompañado a lo largo de toda mi vida, desde que leía en la cama, a escondidas de mi madre y en época muy temprana, La Isla del Tesoro, El Mercader de Venecia, o Cuore, de Edmundo de Amicis". ¿Quién no puede relatar una experiencia análoga, aunque no hayamos sido editores como el recientemente malogrado Jaume Vallcorba? Si a él le acunaban esos títulos a otros nos mecían Verne, Walter Scott o Harriet Beecher Stowe, y gracias, compartiendo, eso sí, toques de atención de los padres. ¿De aquellos polvos llegaron los lodos de lectura de adultos? De modo desigual, y con saltos, probablemente, pero no me cabe duda. Sigue diciendo el editor en su discurso de clausura del máster de edición de la Universitat Pompeu Fabra, que tuvo lugar el pasado mes de julio: "He aprendido mucho de los libros, ciertamente, pero no los estimo por lo que he aprendido, que es muchísimo, sino por encima de todo por cómo me han acompañado a lo largo de los años, configurándome y, quisiera pensar, que afinándome". Poder reconocer esto es haber llegado a un punto de valorar sensatamente los caminos del aprendizaje de la vida. Que la supuesta ficción  -¿o lo novelado solo es una relación de acontecimientos con múltiples e ingeniosas formas narrativas?-  marque a un lector y le haga e incluso le afine, desenvolviendo las facultades de la sensibilidad y del entendimiento, nos llevaría a hacernos preguntas hondas sobre la dimensión de la existencia. Y no necesariamente metafísicas. ¿A tanto puede llevarnos leer? "Estoy convencido -continúa Vallcorba- de que un libro es capaz de modificar a su lector por el simple hecho de haberlo leído; que puede cambiar, en el lector, algo importante, de manera que se podría decir que no es la misma persona antes que después de haberlo leído. Porque leer es dialogar, es 'escuchar con los ojos a los muertos y tener conversación con los difuntos', como decía Quevedo siguiendo un viejo y noble lugar común. Con pocos libros se puede tener al alcance el pensamiento humano, y del diálogo con él deriva, es sabido, cualquier conocimiento y cualquier construcción de una personalidad, ya sea individual o social. Por esto creo que editar es un trabajo que conlleva una cierta responsabilidad". No ha sido baladí la tarea y el empeño del editor que falleció el último sábado. Basta con mirar los estantes de una librería y ver el canto de los libros en que el nadador de la vida se tira al océano, del que acaso espera todo.















21.8.14

El tiempo de la vida para Lee Miller















Fotógrafa Elizabeth Lee Miller en carta a su marido Roland Penrose: "Le sigo contando a todo el mundo que no he malgastado ni un minuto de mi vida: lo he pasado maravillosamente, pero sé, en el fondo de mí misma, que si tuviera que volver a vivir sería aún más libre con mis ideas, con mi cuerpo y con mis afectos". ¿Es la existencia un cómputo cualitativo y cuantitativo de experiencias? Una pregunta que no interesa tanto cuando alguien confiesa que la vida le ha dado frutos y ha sabido aprovechar y disfrutarlos. Ella, Lee Miller, marcada en la infancia por la agresión sexual, aparentemente superada, pudo llevar en cierto modo por siempre el estigma de la herida oculta, de la que nadie supo jamás. Su personalidad activa y de mujer libre empezó a manifestarse desde temprana edad haciendo más adelante profesión de fe de un vivir como quería, eso sí, beneficiada por su condición de niña burguesa. Dicen que la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó como corresponsal, también le acercó a la profunda herida colectiva. De este modo habla la estatua en la película de Cocteau La sangre de un poeta, en la que ella tuvo una interpretación: "¿Crees que es tan sencillo deshacerse de una herida, cerrar la boca de una herida?" Difícil interpretar la conjugación de vida hedonista y aventurera con la percepción de las heridas ajenas, pero concluir como ella que si tuviera una nueva vida iría todavía más allá en la misma línea vivida me parece de una claridad casi voluptuosa, capaz de hacernos palidecer envidia a cualquiera. Dice Epicuro en una de sus Exhortaciones: "Una vida libre no puede llegar a poseer muchas riquezas, porque éstas no son fáciles de alcanzar sin servir a la multitud o a los poderosos, sino que es dueña ya de toda clase de bienes en permanente abundancia." ¿Habría llegado a conocer Lee Miller la mentalidad del filósofo griego? ¿Se reservaba Miller esta línea de conducta para una segunda vuelta, si ello fuera posible?



Fotografía de Lee Miller por Man Ray


   

20.8.14

Le Clézio y su anhelo


















“Quisiera ir más allá del lenguaje, dejarme llevar por una poesía en estado puro, una poesía creada por gestos y por los ritmos de la danza; es decir, por el ser en ebullición”, propone el escritor Le Clézio. Sin embargo, en la manera de expresarlo se ve que ya queda atrapado en las redes del lenguaje que se revela infinito. Más allá del lenguaje está el silencio. Cierto que hay otras expresiones inventadas desde muy antiguo, tales la gesticulación y la danza. Ellas también logran que nos traslademos por otros caminos a lo profundo de la materia. Pero estas otras expresiones son siempre complementarias con el lenguaje de la palabra activa. A ella se acercan y de ella se alejan para recomponer el retorno al estado bruto, físico, a veces impenetrable, de lo que aún no ha sido tratado. Creo en la pureza de lo bruto, de lo no contaminado, en el sentido de perseguir el hallazgo del propio estado natural de las expresiones humanas. Una constante búsqueda de quienes juegan y prospectan con las palabras. Y a las que. en ocasiones, hay que abandonar  para escuchar nuestra propia ebullición sin intermediarios.



19.8.14

La pirueta mortal de García Lorca




















"Si muriera el alfabeto
morirían todas las cosas.
Las palabras
son las alas.

La vida entera
depende
de cuatro letras"

Esto cantaba Federico Garía Lorca en su poema Pirueta. ¿Se salvó el alfabeto? A punto estuvo de morir con él. No sé si al alfabeto lo salvaron cuatro letras que pronunciaban alas con gran clamor o si será algo inextinguible. A él las alas de nada le sirvieron, más bien le condenaron. Pero para los supervivientes y para todas las generaciones que llegamos después el trágico final del poeta obró como acicate. Y la voz antigua de la tierra, que diría León Felipe, que sirve para recoger el trigo y alimentar el fuego debía tener unas alas poderosas, no obstante la barbarie y la saña con que fue perseguida. Y así las alas de los poemas de Federico, de sus obras teatrales, de sus cartas y escritos varios, han venido obrando como catarsis de una vida que no quiere reducirse nunca a un simple proceso que va del alfa al omega. Nunca, nunca prescindamos de las palabras. Tal vez haya que recuperarlas con más precisión y rigor, hacerlas más auténticas y humildes, dotarlas de más esperanza y menos soberbia. Setenta y ocho años después del crimen  -Federico no se fue ni nos dejó-  su obra es una fuente inagotable de alegría. Tanto la necesitamos...    


18.8.14

El arte subversivo de Joe Sacco

















Joe Sacco, ilustrador de cómic: "Creo que lo que tiene el cómic es que es un arte subversivo". ¿Será por esa razón por la que tanto atrapa a niños y sobre todo a jóvenes? ¿Será también el motivo de que esté cada vez más en auge entre adultos? La razón de la transgresión. Sin olvidar que dos elementos visuales, pero de diferente perspectiva, imagen y texto, procuran un enganche arrebatador. No tienen por qué entrar en colisión con los libros, incluso puede que conduzcan a estos antes o después. O, simplemente, ser de seguimiento paralelo. La transgresión no solo suele ser ideológica, sino sobre todo emocional, y antes o después una exigencia del individuo para superarse. Acaso no hay subversión si no hay transgresión.



16.8.14

Thomas Bernhard y el profesor que cazaba luces




















Cuenta (se inventa o transmite) Thomas Bernhard en esa joya de relatos brevísimos titulada Acontecimientos y relatos que un profesor se había vuelto loco estudiando las mariposas. Y lo primero que uno piensa es si se volvería orate por entrar en otros mundos o por no soportar el propio de su especie. En su obsesión, el profesor quiere salir a cazar mariposas de noche, encuentra resistencias en su entorno pero consigue imponerse. "Dice que quiere atrapar las luces, todas las luces, porque no hay nada más precioso que la luz". De esta observación saben todos los humanos, pero especialmente los niños, los enfermos y los artistas plásticos y, naturalmente, algunos captores nocturnos de mariposas. "Dice que quiere coleccionar las luces, conservarlas en lugar seguro y publicar un libro sobre ellas. De manera que se pasea de noche sin ser molestado, capturando luces". Ahora es cuando vuelvo a preguntarme: ¿quién no ha tratado de atrapar estrellas, gusanitos de luz o sonrisas nocturnas luminosas alguna vez? El profesor fue más lejos: "Una noche llega a la vía férrea. Levanta su cazamariposas hacia las dos luces del expreso que van aumentando rápidamente de tamaño. Cuando están justo delante de él, las atrapa con un rápido movimiento de sus manitas juntas".



Ilustración de Javier Olivares


12.8.14

Yann Andréa, hace tiempo abandonado por Marguerite













Algo tienen de doble juego las palabras de los escritores. Algo que sin ser lineal resulta premonitorio. Solo porque el proceso natural de las cosas  -que está dotado también de incidentes y accidentes, de azares imprevistos y de quiebras repentinas-  puede ser presagiado hasta cierto punto. Aunque escrito hace treinta y un años, Yann Andréa termina esa especie de diario novelado titulado M.D. Marguerite Duras:

"En la habitación de las cortinas azules escribo cerca de ti, dormida en la cama. Escribo únicamente para estar ahí, en presencia de tu sueño.

Veo tu cuerpo, oigo el ritmo regular de la respiración, estamos los dos inmersos en ese amor del primer día, en esa sonrisa repentina y definitiva.

Escribo para mantenerte a mi lado, para hacer que la separación sea menor, para sustraerte a la mortalidad. Mientras duermes, hago lo que haces tú cuando no haces nada: escribo".

Hace apenas un mes encontraron muerto al último gran amante de Marguerite Duras. Puede que además de amantes ambos fuera amateurs, es decir cómplices, eternos aficionados acostumbrados el uno al otro, disputados el uno contra el otro, reencontrados el uno con el otro. Devotos de sus soledades y brujos de sus conjuros para combatirlas: la escritura. Escribir para sustraernos a la mortalidad, una propuesta nada banal, tal vez la única razón profunda y severa que nos consuela. Pues, como sigue diciendo Yann:

"El tiempo es incierto, sin pasado, sin futuro, sin presente, es una sucesión de puntos, un mecanismo inexorable".












11.8.14

Agustina Bessa-Luis: vida es novela y novela es vida















Que Daniel Mordzinski fotografiara en una ocasión a Agustina Bessa-Luis de esta guisa no dice tanto del fotógrafo como de la narradora. ¿O cómo llamamos a Agustina? Dan ganas de llamarla simplemente coqueta o, mejor aún, vigilante de su propia estética. Una autora portuguesa que prácticamente ha escrito de todo -novelas, cuentos, artículos, literatura infantil, poesía...- ¿cómo encajarla, que sería tanto como encajonarla? "A mí me gusta vivir como si la vida misma fuera una novela", responde en una entrevista que una vez le hicieron Mauricio Jalón y Fernando Colina para un libro de Cuatro Ediciones. Fascinante bingo el logrado por esta mujer. Establecer una relación personal de causa a efecto entre vida y literatura dice todo a su favor. "Me parece haber conservado siempre un enorme amor por retratar la vida y, sobre todo, por vivirla, incluso, como si fuera el retrato de mis novelas". Cuando se vive con esta mentalidad, o mejor dicho, con esa solicitud ¿no fluye acaso de manera enriquecida la vida cotidiana y paralelamente la plasmación imaginativa de una narración? ¿No se percibe una corriente saludable en ello? Esta actitud no creo que sea solo propiedad de una escritora abundante y madura, sino que vivir introduciendo grandes dosis de imaginación es probable que esté más extendido de lo que pensamos entre cuantos nos rodean. Simplemente como método de supervivencia o de un cierto placer. Insiste Bessa-Luis: "Para mí no hay diferencia entre lo que ocurre a nuestro alrededor y lo que se puede escribir. Para mí, vida es novela y novela es vida. Yo creo que el artista debe tener el don de la imitación, como dice Kafka: cuanto más imita, más novelista es. Pero no debe ser una imitación imitada, sino imitación de la vida. No ha de ser nunca imitación de la imitación. El verdadero escritor no sabe que imita aunque lo haga: traduce la vida."




9.8.14

La maldad de la vejez, que dice Thomas Bernhard




"Voy entrando lentamente en la maldad de la vejez", dice Thomas Bernhard a Krista Fleischmann en un libro entrevista, o conversaciones pasadas a libro, editado hace dieciséis años. Me gusta este género de libros pues, por regla general, su lectura resulta más fluida. Saber del pensamiento y de los actos de un autor a través del desparpajo y a veces las respuestas sin contemplaciones, aunque luego puedan pasar la criba, donde la intención del entrevistador en ocasiones lo convierte en un debate enriquecido, es más cómodo que leer el corpus de una obra teórica. No quiero ni pensar si a los filósofos de cualquier época, sobre todo los más luminosos  -espero que los haya-  y supuestamente constructivos les hubieran entrevistado. Como sistema de divulgación hubieran incidido más; ahora bien, ¿para mejor o para peor? Lo dejo abierto y a la contemplación caritativa de cada cual. 

Bernhard: "Los viejos se vuelven cada vez más malvados. Los niños son malvados, los seres más malvados que existen. El viejo, se dice, vuelve a ser niño; así pues, recobra la maldad de la niñez y tiene además la terrible maldad de la vejez, que es el mayor atractivo de las personas." Y yo que pensaba que ser viejo era ser más sabio, aunque uno vea cada cosa en el entorno de la gente mayor que no es precisamente para admirarles como sabios...No obstante, es un tema en que el tópico y lo real se pelean, pues los rostros de los comportamientos oscilan y se contradicen con harta frecuencia en los individuos. ¿Existe la ancianita siempre bondadosa? ¿No hay sino un viejo gruñón? Tal vez lo único que hacemos las personas sea prolongar nuestra manera de ser de toda la vida -más suavizada o más crónica dependerá de la suerte tenida por cada uno en su vida cotidiana- y proyectar nuestros estilos átonos o tónicos en función de nuestro pensamiento depurado o nuestras dolencias agudizadas. "Los viejos sin maldad son insoportables", asevera irónicamente el escritor austriaco. "Lo mismo que los niños sin maldad. Un niño bueno es para estrangularlo y un viejo lo mismo", se ríe sin concesiones el autor. Ahora bien, pone la guinda: "Lo que más me gusta es en realidad la maldad, pero siempre, naturalmente, si afecta a los demás, eso se lo puede decir a cualquiera". Ay, los demás, esa frontera clara y auténtica donde nos desenmascaramos por mucho que hablemos del bien común.



6.8.14

Poeta prometeico busca la luz




















Poeta prometeico y desterrado León Felipe:

"Luz...
Cuando mis lágrimas te alcancen
la función de mis ojos...
ya no será llorar...
sino ver..."

El sino de las palabras cabales y exactas es que éstas siempre vuelven. O tal vez porque no se han ido, porque no pueden irse mientras acechen las tinieblas en un solo ser humano. ¿Previó Prometeo la revuelta de los hombres? Se supone, puesto que el robo del fuego a los dioses puede considerarse el principio de la razón de ser consciente de nuestra especie. ¿Cuántos Prometeos se rebelan hoy? Hay algo más que ciertos virus que aparecen en un continente inmenso; hay sobre todo señales desesperadas. Los habitantes relegados quieren ver de nuevo, no cegarse con lágrimas que apenas salen ya por la rabia contenida. Quién sabe si sus lágrimas o su sequedad, o algo más turbio, no tardarán en alcanzarnos.



Fotografía de Angèle Etoundi Essamba



1.8.14

La receta del humor frente al fanatismo, para Amos Oz














Amos Oz, escritor israelí: "La actual crisis del mundo, en Oriente Próximo, o en Israel/Palestina, no es consecuencia de los valores del Islam. No se debe a la mentalidad de los árabes como claman algunos racistas. En absoluto. Se debe a la vieja lucha entre pragmatismo y fanatismo". Amos Oz es un escritor vilipendiado por la ortodoxia judía y tenido bajo sospecha por el Estado de Tel Aviv. No obstante, tampoco es de los que conceden argumentos fáciles a los que, por el mundo, quieren ver los acontecimientos complejos en la dinámica extrema de o todo blanco o todo negro. Y añade en su librito Contra el fanatismo, que editó Siruela hace tiempo: "(Se debe a la vieja lucha) entre fanatismo y pluralismo. Entre fanatismo y tolerancia". Esto lo decía a raíz de los atentados del 11S en USA, pero podría seguir aplicándose a cualquier situación posterior, incluso el conflicto presente en el que Israel desempeña su máquina de guerra con un enemigo menor. "La típica reivindicación fanática: si pienso que algo es malo, lo aniquilo junto a todo lo que lo rodea. El fanatismo es más viejo que el islam, que el cristianismo, que el judaísmo. Más viejo que cualquier Estado, gobierno o sistema político. Más viejo que cualquier ideología o credo del mundo. Desgraciadamente, el fanatismo es un componente siempre presente en la naturaleza humana, un gen del mal, por llamarlo de alguna manera".

Quien más o quien menos hemos vivido los efectos del fanatismo con baja intensidad (en una conversación alguien mantiene una postura intransigente y condenatoria de otras posiciones políticas o simplemente de conductas sociales) o bien de una calidad extrema (basta echar un vistazo a la historia del siglo XX) Amos Oz aporta una receta con buena intención, aunque pienso que no siempre con resultados definitivos. "El sentido del humor es un gran remedio contra el fanatismo. Jamás he visto en mi vida a un fanático con sentido del humor. Ni he visto que una persona con sentido del humor se convirtiera en un fanático, a menos que él o ella lo hubieran perdido. Con frecuencia los fanáticos son muy sarcásticos y algunos tienen un sarcasmo muy sagaz, pero nada de humor. Tener sentido del humor implica habilidad para reírse de uno mismo." Para mí es la clave. En nuestras relaciones de vida cotidiana y en el traslado de nuestras ideas y opiniones a los colectivos que nos representan. Pero algo falla, y tal vez no sea una actitud suficiente. O acaso resulta que es escasamente compartida. Naturalmente, cuando lo perentorio no es satisfecho, cuando el ultraje se convierte en una actitud del Poder frente a los súbditos, cuando la agresión a la dignidad humana es lacerante y aniquiladora, ¿dónde puede quedar la medicina del humor?