31.10.13

Un paraíso perdido que nunca existió












"El Paraíso terrenal está dondequiera que vaya", dice Voltaire en su poema El mundano. Años más tarde, al conocer la magnitud y los efectos de la catástrofe del terremoto de Lisboa de 1755, se desdijo en cierto modo de una frase excesivamente ilusoria. ¿Pensarán los mineros de idéntica manera tras vivir una de las desgracias recurrentes que padecen? Ellos, que están en contacto más directo y hondo con la materia de la que se supone debería estar formada un paraíso, solo sonreirían sarcásticos. Naturaleza material y hombres  -no somos sino parte y a su vez afinación de aquella-  se confabulan para sobrevivir desde el origen de estos, tal vez de ambos. Siempre con clara desventaja de unos. Acaso por esa razón parte de esa lucha por la vida consiste en dotarse de ilusiones, incluso con excesiva ceguera, por aquello de rebajar la dureza y la tensión. "Un día todo irá bien, esta es nuestra esperanza. Todo va bien ahora, esta es la ilusión", corrigió Voltaire diferenciando matices. No sé si pensarán lo mismo los mineros. Pero la materia que tratan, su trabajo en las entrañas, la conversión de sus vidas en riesgo desde el primer paso de su casa a la mina...¿no exige demasiado ejercicio de ilusión? Pensamientos para una invitación a que todos traguemos saliva.  




30.10.13

Manuel Gutiérrez Aragón y el lenguaje














Manuel Gutiérrez Aragón, hombre de cine y de letras: "El lenguaje no solo representa la realidad, también es su máscara, su teatralización interesada." La palabra, ese cuchillo para cortar pan, pero también para hendir en un corazón vivo. Doble recurso, doble puesta en escena. Según circunstancias que definen la conducta del hacedor de paz o la del destructor. Ese dual doctor Jekill y míster Hyde que mora en cada individuo. Cuando tomamos la herramienta ¿somos siempre francos? Cuando empuñamos el arma ¿solo somos retorcidos? La máscara, tan inherente al arma. Acaso porque el arma en este caso es parte de nosotros. La llevamos puesta. Nos hace o nos deshace.  



29.10.13

La duda de Cees Nooteboom













"La duda siempre está. Te sorprendes al principio, pero la duda viene. Pasó, pero pudo haber sido diferente. Eso es la duda, una parte principal de la sorpresa." Cees Nooteboom en El País Semanal. Aunque lo pueda parecer la duda no es vacilación, ni inseguridad, ni quiebra. Esos detalles técnicos son comportamientos de su propia dinámica. Su esencia es principalmente método. ¿Método del azar? Algo con los que nos dota la naturaleza instintiva y que luego la racional, y sobre todo, la cultural, nos enriquece. Dudar para seguir preguntándonos sobre las cosas, para avanzar, para elegir. La sorpresa instalada en nosotros mismos; la sorpresa agazapada en los acontecimientos de toda índole. La llave que abre las habitaciones más herméticas. La palanca que levanta un hecho o una posibilidad. Somos seres perplejos, ante todo.




Foto: Simone Sassen


28.10.13

Miopías












Hablando de su infancia Walter Benjamin: "El médico encontró que yo era miope. Y me recetó no solo unas gafas, sino también un pupitre." Qué inversa es la vida de los seres humanos. A otros fue el pupitre el que les trajo las gafas porque a su vez les había traído la miopía. Fue el pupitre y las miradas cortas y las luces mortecinas y los pisos estrechos y la vida cerrada y los horizontes escasos y los silencios abundantes. Y aquellas nieblas con que se cerraban los días y con las que uno se despertaba. Como si toda la ciudad viviera inmersa en una niebla inacabable.



27.10.13

Lou Reed: Walk On The Wild Side





No sé si en en ese instante atroz  -el más definitivo-  uno de los grandes se hace más grande o se empequeñece del todo. Tal vez la vida no es sino una extensa metáfora que se adorna con palabras y con música. Y sin embargo, cómo no recordar  -recordar es una manera de celebrar, y por lo tanto de agradecer-  cierta letra de una canción de Paolo Conte:

"Viva la música que va
hasta lo más profundo del alma...
creo que acabaré
por vivir siempre de ti."

Hoy Lou Reed se despidió de sus seguidores para siempre.






26.10.13

Drummond de Andrade: sobre la poesía














Carlos Drummond de Andrade advierte:

"No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía."

¿Tan total es la poesía? Todo representa o de todo se apropia, cabe concluir según el poeta. ¿Habrá creado ella sola la realidad? Tal vez no, pero tal vez ella, la poesía, tenga su propio ámbito que espera ser habitado por cada humano que la busque. Espacio aún sumergido, aún en los estratos del tiempo, aún en la materia que se sigue haciendo ajena a lo que acontece en la superficie. Otra materia, otro tiempo, otra profundidad: 

"Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos."


Disculpas. Tal vez debí incluir el poema completo, corrijo y lo añado:


"Procura de la poesía


No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte ante la poesía.
Frente a ella la vida es un solo estático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, completo y confortable cuerpo, tan enemigo de la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu máscara de gozo o de dolor en lo oscuro son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que se prevalecen del equívoco y tientan el largo viaje.
Lo que piensas o sientes, eso aún no es poesía.

No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas ni el secreto de las  casas.
No es la música oída de paso; rumor del mar en las calles junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza
ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza, nada significan.
La poesía (no extraigas poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.

No dramatices, no invoques,
no indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y supersticiones, vuestros esqueletos de familia,
desaparecen en la curva del tiempo, son inservibles.

No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la
memoria en disipación.
Que se disipó, no era poesía.
Que se partió, cristal no era.

Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allá están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, mas no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Helos allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas, antes de escribirlos.
Ten paciencia, si oscuros. Calma, si te provocan.

Espera que cada uno se realice y consuma
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recojas en el suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concretada
en el espacio.

Acércate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil fases secretas sobre la neutra faz
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le des:
¿Trajiste la llave?

Repara:
yermas de melodía y de concepto,
ellas se refugian en la noche, las palabras.
Aún húmedas e impregnadas de sueño
rolan en un río difícil y se transforman en desprecio."



Versión de Manuel Graña Etcheverry

 



















Foto de abajo:  Emmet Gowin


25.10.13

Los invitados de la vida y George Steiner














"Somos invitados de la vida", afirma categórico y exultante George Steiner en una entrevista. Invitados, ¿sólo en una dirección? "¡En este pequeño planeta en peligro debemos ser huéspedes!", exclama el crítico de literatura. Algo que tanto los franceses como los españoles podremos entender fácilmente, y lo aclara: "El francés tiene un término milagroso casi intraducible: la palabra huésped denota tanto a quien acoge como a quien es acogido. Es un término milagroso. ¡Es ambas cosas!." Pero, ¿sabemos estar como huéspedes y recibir como tales? Absorta como se halla la humanidad en haber fomentado y ocupado otra Tierra  -más o menos artificial, virtual, casi grotescamente imaginaria-  dentro de la Tierra se tiene la sensación de que los límites de la real se han perdido. Steiner aconseja: "Aprender a ser el invitado de los demás y a dejar la casa a la que uno ha sido invitado un poco más rica, más humana, más justa, más bella de lo que uno la encontró. Creo que es nuestra misión, nuestra tarea." Qué menos, pero ¿lo ven todos claro? Los invitados de la vida no podemos irnos de este mundo de manera ingrata. O el huésped milagroso perderá su don definitivamente.




24.10.13

El espejo de Cirlot















Juan Eduardo Cirlot, poeta del no mundo:

"Contemplo
un infinito espejo mudo que
no llora."

Debe estar al otro lado del mundo. Una vez atravesados los espacios vacíos. Pero no, está delante y detrás y arriba y abajo. Y dentro, sobre todo dentro. Impasible a tantos reflejos que nos ofrece como si se tratasen de la falsa realidad.



23.10.13

Déjame entrar, que estoy indefenso












Yo no mato a la gente, dice el niño protagonista en la sorprendente y admirable película sueca Déjame entrar. Le responde la niña vampiro: Pero te gustaría hacerlo si pudieras. ¿Es el vampiro de la literatura y de las películas una proyección simbólica de la violencia reprimida? No habla la película solamente de la indefensión de un niño pacífico ante el acoso de unos compañeros de la escuela, sino también de la violencia como elemento del ritual de adolescencia del macho. Y del aprendizaje de la violencia a la contra, por aquello de que o te defiendes o te avasallan. O bien la mano de la venganza como causa permanente del comportamiento violento entre humanos. La película plantea otras perspectivas, nada despreciables como, por cierto, la soledad de los adultos. Y, cómo no, habla sobre la amistad y el amor: ese tándem de frontera indefinida, que no siempre va unido pero que refuerza a los individuos. El amor -en este caso la fascinante atracción entre los protagonistas púberes, que rebota en el espectador- se ofrece cual recurso que acoge e incluso protege frente al miedo de lo hostil y lo desconocido. ¿No es, pues, el amor una de las más importantes representaciones simbólicas de las que se espera todo? Todo lo que puede dar, obviamente.    




 Fotograma de la película Déjame entrar, dirigida por Tomas Alfredson


22.10.13

Oportuno y realista John Gray














John Gray, indagador del comportamiento humano: "La ciencia hace posible que los seres humanos satisfagan sus necesidades, pero no hace nada para que éstas cambien. Hoy en día no difieren en absoluto de lo que siempre han sido. Existe un progreso del conocimiento, pero no de la ética." Antes que los reyes del mambo que nos creemos ser somos sobre todo especie animal. Eso marca y no resuelve por sí mismo la esencia de los comportamientos instintivos y contradictorios que manifestamos. En el libro Perros de paja el autor citado abunda en su crítica al antropocentrismo y un párrafo me conmueve de modo especial y oportuno por su actualidad: "El crecimiento del saber es real y además  -de no mediar una catástrofe mundial-  actualmente irreversible. Las mejoras en el gobierno y en la sociedad no son menos reales, aunque, en este caso, no son irreversibles, sino temporales. No solo pueden perderse: se perderán con toda seguridad (esta cursiva es mía) El avance del conocimiento nos hace creer que somos diferentes del resto de los animales; ahora bien, nuestra historia nos enseña que no lo somos." ¿No parece que esté hablando no solo del hombre en general sino de lo que acontece aquí y ahora en el territorio que poblamos? El ensayo citado fue escrito en 2002 y sus aseveraciones tenían un carácter extensivo. Pero al leerlo ahora ¿no es para que nos sintamos aludidos ante los riesgos que nos conducen a un futuro incierto?



21.10.13

Un pie delante de otro




















Melancólico Mark Strand:

"Un pie delante de otro. Las horas pasan.
Un pie delante de otro. Los años pasan."

Juego de infancia. Un niño va al encuentro de una niña por una línea recta imaginaria. Ligero ladeo, equilibrio arriesgado, precipicio invisible a una parte y otra de la raya improbable. Pronunciación firme: oro, plata, oro, plata, oro, plata...Los que les rodean expectantes están deseando que lleguen al encuentro para que uno elija. Pero hay todo el tiempo del mundo. Un pie delante de otro, un pie sobrepasando al otro. ¿Quién eligió al final? ¿Qué elegimos? ¿Qué juego clausuró la tarde? Aquel recuerdo se disolvió. "Jamás podremos rescatar del todo lo que olvidamos", dice Walter Benjamin en su Infancia en Berlín hacia 1900. Pero puesto a pensar, un pie delante de otro, algo llamado emoción me hace vibrar. ¿Será un residuo de la memoria irrecuperable?



Fotografía de Henri Cartier-Bresson


20.10.13

La espera de los libros

















"Qué manera tan rara tienen a veces los libros de llegar a nosotros", exclama Antonio Muñoz Molina en su artículo semanal de Babelia. Sí, los caminos de los libros son como los de la divinidad, un tanto secretos e intrincados. Y sobre todo muy personales, como si su espera preservara una sorpresa que nos tienen reservada a cada ansioso lector. "Parece que nos esperan sin prisa, como concediéndonos el tiempo que nosotros mismos no sabemos que necesitamos", apostilla el escritor. Ellos tienen todo el tiempo  -si una mano incendiaria de esas que aparecen en la historia de vez en cuando no lo impide-  y nosotros no. Pero ese tiempo de permanencia fiel de los libros, pendientes de que nosotros lleguemos, ¿supone también que se nos tiene reservado el tempo de lectura justo y adecuado? Leer siempre es una prueba. Su disfrute, la clave. ¿Quién no se ha dicho a sí mismo mientras leía un libro-descubrimiento aquello de cómo no lo he leído antes? El azar y su juego de esperas invisibles. El hombre que nunca es el mismo ni antes ni después.




Pintura de Balbi López Santos


19.10.13

Goethe y su Sakuntala














"...Si quieres tener la flor de la juventud y el fruto de los años de madurez,
Si deseas aquello que excita y fascina junto con lo sustancial y provechoso,
Si quieres abarcar en un solo nombre el cielo y la tierra:
Pronuncio tu nombre, Sakuntala, y todo queda dicho."

Goethe vincula los contrarios, que son las fuerzas mismas de la vida. Goethe acota su posesión a un nombre y el nombre remite a un mito indio.La insaciabilidad humana, siempre en busca de un bálsamo de Fierabrás que alivie a cada individuo, produce al menos su conversión en relatos. Y ya se sabe que las narraciones se reconvierten en referente de conducta y de consolación para paliar nuestras pasiones. Del viejo drama indio Goethe extrae un símbolo que se pronuncia: advocar es un recurso primitivo que aún reproducimos en nuestro silencio interior. Sakuntala, la ninfa del bosque, la que enamora al joven rey, representa el amor por extensión: no solo el erótico, sino también el que se genera con la naturaleza, con los humanos que la rodean, con las encarnaciones de las creencias, y siempre con sus manifestaciones recíprocas. El amante te da, la naturaleza te devuelve, los otros humanos se entregan, la mente te corresponde. Seduce ese concepto del amor como causa y efecto, como emisión y recepción, como generador en dos direcciones. Más tangible y menos etéreo que otras abstracciones posteriores que aún se predican. Sakuntala, la representación del amor al todo: convergencia y difusión que darían paso al vivir en estado de contento. Goethe invoca lo que se pierde y lo que no se ha tenido jamás. Rescata una leyenda y la interpreta. La actualiza también. Y uno, que es un simple mortal del momento que le ha tocado, disfruta conociendo la amplitud del mundo en que vive: antiguo pero actual, sabio pero accesible, controvertido pero que ofrece elecciones. Siempre quedará la duda de qué hay de estado de euforia pasajero o qué de consolidación del regocijo en la búsqueda de los efectos de ese amor radial, pero eso es muy de la experiencia personal de cada cual. Pronuncio tu nombre, Goethe, por traerme a Sakuntala.



Foto Katia Chausheva



18.10.13

De una carta de Kokoschka a Alma Mahler

















Pintor Oskar Kokoschka: "Uno mismo se cava la fosa, y luego se extraña de que la vida no haya mantenido lo que había prometido." Retazo epistolar negro en los días de ruptura final con Alma Mahler. La frase  -harto repetida en la vida cotidiana-  podría aplicarse en los momentos difíciles de cualquier circunstancia: negocios, trabajo, amor, creatividad, salud, cualquier tipo de actividad o de relaciones que el hombre establece. Sin nunca tener seguro qué hay de presión de cuanto nos rodea y qué de margen y de visión personal de nosotros mismos. Más adelante, hablando de las causas del fin de aquel amor: "Tal vez sea mejor que no te hayas convertido en mi esposa, que no me hayas dado un hijo, y que ahora también vendas tu casa, antes de haber podido disfrutar juntos de ella. La sociedad, el dinero y las obligaciones tan solo son motivos aparentes, el motivo decisivo está en nosotros mismos." ¿Claridad de la situación, complejo de culpabilidad o conciencia de los límites de lo vivido que no pueden trascender más? A veces pareciera que la historia de un ser humano fuese la historia de todos los seres humanos: "Podemos descubrir la felicidad, pero somos incapaces de sentirnos satisfechos." Siempre nuestros límites, nuestra insaciabilidad, nuestra búsqueda sin fin de lo que creemos tangible pero que se torna inaprensible. "Por eso, preferimos otorgar a otras personas el único favor admisible, cedemos nuestra felicidad a aquellos que no saben cómo atrapar el mundo, ya que a nosotros nos da miedo haberla descubierto. La madre tampoco se come al hijo, si no ya no sería madre; sería una bestia estéril y sin valor alguno." Amarga conclusión. ¿Fue la ruptura con Alma Mahler el origen de otra conceptualización de su pintura? Tal vez. La mano del amor suele ser tan larga como vengativa. Incluso a la hora de crear.



17.10.13

Rosebud, Rosebud
















"Rosebud, Rosebud..." Nunca una palabra pronunciada con voz agotada e inerte hizo que me colgara tanto de una película. ¿Quién dijo que la imagen triunfa sobre un texto? En la película Ciudadano Kane la palabra de un moribundo genera toda la trama y artificio, se teje la red que nos captura y solo al final queda al descubierto la clave. ¿La clave de la película o la de la vida? Rosebud podría haberse denominado también lo elemental o bien lo primitivo. Cuando aún la existencia no ha deparado todavía ambiciones ni fracasos, cuando apenas hay historia, cuando toda posibilidad está abierta y se llama infancia. Otros la nombrarán inocencia.



Fotograma de la película Ciudadano Kane


16.10.13

Las arriesgadas primeras lecturas, contado por Peter Weiss




















El Peter Weiss adulto recuerda al Peter Weiss niño: "En los libros encontraba la vida, que me había ocultado la escuela. En los libros aparecía otra realidad de la vida distinta de la que me querían imponer mis padres y maestros." Ese testimonio -lo cuenta el autor de teatro en su precioso relato autobiográfico Adiós a los padres- me recuerda mis propias experiencias. Atención. No habla Weiss de la ficción de los libros, sino de la otra realidad. A nosotros nos recomendaban leer para entretenernos, pero dejando claro siempre que lo real era lo real y, por lo tanto, lo verdadero, y lo demás eran mandangas. Más testimonio Weiss: "Las voces de los libros exigían mi colaboración, las voces de los libros exigían que me abriera y me volviera hacia mí mismo. Hurgaba en la biblioteca de mis padres. Tenía prohibida la lectura de esos libros, tenía que coger los libros sigilosamente y disimular los huecos con cuidado, mi lectura tenía lugar bajo las mantas, a la luz de la linterna, o en el armario, o bajo el camuflaje de los libros de estudio." ¿Será que aquello de hacer lo prohibido deja más huella? Atracción, tesón, ejercicio. Un libro empieza a atrapar cuando uno suma su propia voz a las innumerables voces, tonos y situaciones que puede haber en él. El testimonio de Peter Weiss también es una sugerencia para nuestras edades de adultos avanzadas. Si una cierta afasia o desinterés nos acecha probemos a entrar en la práctica prohibida.  




15.10.13

Toni Catany, de puntillas

















Quien más o quien menos todos hemos probado alguna vez a andar de puntillas. Estilización del cuerpo o ejercicio de equilibrio. Pasos de baile o instinto de un giro amoroso. Con frecuencia diversión infantil también o el momento necesario de mostrarnos sigilosos ante una prueba, ante un peligro, ante una sorpresa. Cuánta belleza captó Toni Catany en aquella coquetería de los pies. Ayer el fotógrafo se deslizó más allá de su ojo y del objetivo de la cámara. También atravesando todos los paisajes, todas las figuras, todos los objetos. De puntillas. No nos dirá nunca qué alcanzó a ver al borde de la nada.   













14.10.13

Una cita al vuelo sobre el periodismo














En cierta lectura me salta a la vista un pensamiento (llamarlo aforismo o cita es una etiqueta secundaria) del austriaco Karl Kraus: "El aparato periodístico requiere, al igual que una fábrica, trabajo y mercados. En determinados momentos del día –dos o tres veces en el caso de los grandes periódicos– es imprescindible proporcionar una determinada cantidad de trabajo a las máquinas. Y no con un material cualquiera: todo aquello que haya sucedido entre tanto en algún ámbito de la vida, de la política, de la economía, del arte...tiene que haber sido periodísticamente elaborado." ¿Periodismo producto? Pocas dudas a estas alturas. Cuando de la noticia se hace un producto la desvirtuación de los hechos está servida. Siento ser tan tajante pero es que me temo que la noticia tiene la trampa en origen; no está hecha para clarificar y hallar la verdad, sino en función del producto. Siempre se podría matizar que hay algunos productos de esta clase, pocos, mejor elaborados que otros y que abunda la morralla. Naturalmente, si Kraus hubiera conocido el fenómeno de la televisión extendería su crítica de modo más radical. Pero cualquier producto con la marca periodismo tiene denominación de origen (el objetivo producto-mercado-competencia-negocio de los propietarios de los medios) y busca el consumo de un adocenamiento social llamado consenso y si se quiere también acatamiento. Hace tiempo que leo entre líneas, entre párrafos, por debajo de las palabras, de manera lateral y principalmente sobrevolando las noticias. Separando, eso sí, en las interpretaciones que se nos ofrecen la paja del grano. Puede parecer una tarea ímproba, pero ya me he acostumbrado. Y, sin embargo, me pasa que no puedo prescindir de algún periódico mínimamente creíble para pescar lo escasamente fiable. De la televisión mejor no hablo: una pérdida de energía, de recursos y de posibilidades. Lo lamentaremos.



 Viñeta de Quino

13.10.13

Félix Krull, no tan estafador cuando desnuda las palabras














Félix Krull, el personaje: "Solo en los dos polos de la unión humana, allí donde todavía no hay palabras o donde ya ha dejado de haberlas, en la mirada y en el abrazo, se halla la verdadera dicha, pues solo en ese momento se dan la inmediatez, la libertad, el misterio y una profunda falta de miramientos." ¿En qué mundo se puede producir una situación así? ¿En el de la abstracción, en el del vacío o en el de la muerte? El protagonista de Confesiones del estafador Félix Krupp es un personaje peculiar, porque el severo escritor Thomas Mann quiso hacerlo extraordinariamente retorcido, o porque esa claridad no aceptada que manifiestan los retorcidos, los díscolos, no goza de buena salud entre los vivos que respetan las reglas del juego. "Todo aquello en lo que interviene el trato y el intercambio es tibio y flácido, está determinado, condicionado y restringido por la formalidad y por las convenciones burguesas." Este lenguaje preciso, desnudo pero auténtico, no parece llevarse hoy día: ni por escritores ni por tertulianos ni por los miembros de las familias ni por los que alardean de representar a...los domesticados. Una capa de barniz hipócrita se extiende de la mañana a la noche en nuestros ámbitos para adulterar los verdaderos colores de la realidad. Remata Félix Krull, es decir, Thomas Mann: "Aquí reina la palabra: ese recurso frío y apagado, ese primer producto de una moral domesticada y moderada, tan ajeno en su esencia a la esfera ardiente y muda de la naturaleza que cabría afirmar que cada palabra, en sí misma y por sí misma, ya es una frase entera." Pensemos en la ausencia de las palabras, pero sobre todo en las palabras que generan ausencia y más que nada en el ejercicio falsario o escasamente esforzado por utilizar la palabra que remita con autenticidad al hecho. 


12.10.13

Ulises lloró
















Odisea, canto VIII: "Y se acercó el heraldo con el deseable aedo a quien Musa amó mucho y le había dado lo bueno y lo malo: le privó de los ojos, pero le concedió el dulce canto." Qué antiguo el ejercicio de la poesía y el canto, algo vinculado y recitado en alta voz. En la visita de Ulises a los feacios, el banquete es una reconciliación: "Y cuando hubieron arrojado el deseo de comida y bebida, Musa empujó al aedo a que cantara la gloria de los guerreros con un canto cuya fama llegaba entonces al ancho cielo: la disputa de Odiseo y del Pelida Aquiles." La narración declamada penetraba en todos los presentes. No era solamente un vehículo de relato de hechos acontecidos que iban trasladándose por doquier. Su misión residía en tocar los corazones. El seguro y firme Ulises no iba a ser menos. 

¿La poesía como dardo o como conciencia? Describe el relato homérico: "Entonces Odiseo tomó con sus pesadas manos su grande, purpúrea manta; se lo echó par encima de la cabeza y cubrió su hermoso rostro; le daba vergüenza dejar caer lágrimas bajo sus párpados delante de los feacios. Siempre que el divino aedo dejaba de cantar se enjugaba las lágrimas y retiraba el manto de su cabeza y, tomando una copa doble, hacía libaciones a los dioses." ¿Era el banquete lo reconciliador o el poder prodigioso de la poesía? En los orígenes de la cultura griega el canto y la poesía juegan ese papel de relajación, de encuentro, de exorcismo de los enfrentamientos . Dice Hans-Georg Gadamer al respecto en su libro Mito y razón: "Cuando surgen tensiones y amenaza la discordia, entonces se apela al rapsoda, que sabe fundar nuevos espacios comunes en la vida social." No puedo por menos que preguntarme si ese espíritu se mantiene hoy día en nuestras complejas sociedades, aunque sea bajo otras formas y otras atenciones. Afirma el sabio Gadamer que "los rapsodas jugaron desde los primeros tiempos ese papel y se implicaron ya en las primeras organizaciones sociales para eliminar la discordia que surgía." Uno, ingenua pero intencionadamente, desearía que en los foros de los gestores de toda clase se mantuviera presente la antiquísima figura del poeta. Naturalmente, no es poco si la mantenemos en el ámbito de nuestros hogares y en los núcleos sociales más inmediatos, por muy menores que estos sean. Pues si Ulises lloró al escuchar las narraciones de Troya, ¿no íbamos a hacerlo nosotros desde nuestra pequeñez? ¿Lo harán también alguna vez para desnudar sus debilidades y poblarse de cordura los hombres de poder de la Tierra? 




Pintura de Balbi López Santos



11.10.13

Las vanidades de Larry Fink




















El glamour de Hollywood al alcance de cualquiera de nosotros. Por supuesto, usted o yo somos la camarera que pasa entre los dos actores consagrados. Y aunque no lo seamos de facto, la mirada del fotógrafo nos coloca en medio de los vericuetos y telarañas del glamour: de las confidencias, los alardes, las circunspecciones, los riesgos, los desaires, las apariencias, la turbiedad, las traiciones...Un mundo que nos viene grande y a la vez del que nos sentimos de algún modo frustrados. Si fuera así siempre podríamos echar mano de una copla de Jorge Manrique: 

"Pues si vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado."

Consolación de tontos. O simplemente, que nuestra condición no podía hacernos concluir jamás en ese destino. Pero gozamos en cada imagen que Larry Fink nos brinda del cielo y el subsuelo de Hollywood.
























10.10.13

António Ramos Rosa dejó de escribir sol







"Estoy vivo y escribo sol"

Solo hay dos maneras de dejar de hacerlo: o que el astro desaparezca o que el poeta haya dejado de escribir la palabra poderosa. Pero puesto que ambas opciones parece que no han sido un hecho hasta la fecha, solo una tercera posibilidad acechaba: que el hombre muriera.

"Estoy vivo y escribo sol
Yo escribo versos al mediodía
y la muerte al sol es una cabellera
que pasa con fríos frescos sobre mi cara de vivo."

Un hombre que escribe Sol está escribiendo al Sol. Que es decir a la Vida. Todo lo que se escriba o se haya escrito después es consecuencia de la gratitud. ¿Cuántos de los hombres de este tiempo que no saben ya dónde mirar y a quién agradecer recuerdan aquello que les hizo nacer y les permite existir? Ramos Rosa, al escribir Sol, al responder con generosidad a la generosidad del Sol, se impregna del calor luminoso que fecunda la vida. Hace unos días no fue el Sol quien le traicionó, ni tampoco el abandono de la palabra. Tal vez fue solo un descuido.


"Estoy vivo y escribo sol
Si mis lágrimas y mis dientes cantan
en el vacío fresco
es porque abolí todas las mentiras
y no soy más que este momento puro
la coincidencia perfecta
en el acto de escribir sol
El vértigo es lo único de la verdad en ristre
la nulidad de todos los próximos parajes
navego hacia la cima
caigo en la claridad sencilla
y los objetos arrojan sus rostros
y en mi lengua el sol trepida
mejor que beber vino es más claro
ser en la mirada la propia mirada
la maravilla es este espacio abierto
la calle
un grito
el gran manto del silencio verde"




Fotografía de David Clifford


9.10.13

El mensaje vivo del jefe Seattle














"Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros: que la Tierra es nuestra madre." Lo obvio se ha vuelto excepcional. Lo indiscutible parece olvidado. ¿Se enseña hoy en nuestras escuelas y universidades el mensaje del Gran Jefe Seattle de las tribus duwamish? ¿Se recuerda a los que legislan y representan a los ciudadanos el valor de aquello fundamental por lo que existimos? ¿Nos comportamos en nuestras conductas individuales como hijos merecidos o como réprobos? "Lo que acaece a la Tierra, les acaece también a los hijos de la Tierra. Cuando los hombres escupen a la Tierra se están escupiendo a sí mismos. Pues nosotros sabemos que la Tierra no pertenece a los hombres, sino que el hombre pertenece a la Tierra." El Gran Jefe podría parecer ingenuo hoy día, pero ¿alguien puede privarle de razón y sabiduría?





8.10.13

¿Qué pensaría Walter Benjamin de nuestros blogs?













Escribimos día tras día en nuestros blogs...¿solo para afirmar ocurrencias o también para someter las ideas a la mezcla y la dispersión con las de otros? Si solo fuera lo primero, apenas ejercerían una pequeña tarea de notarios de nuestras vidas diminutas, aunque como terapia nos apacigüe. Si las dejamos volar para que sean consideradas por los demás -no importa tanto que nos las acepten como que se lean y se valoren-  estaríamos produciendo una suerte de fecundación. Se pondría muy contento Walter Benjamin: "...Una verdadera actividad literaria no puede pretender desarrollarse dentro del marco reservado a la literatura: esto es más bien la expresión habitual de su infructuosidad." ¿Tan alejada vería Benjamin en su época la escritura de los hechos? "Para ser significativa, la eficacia literaria solo puede surgir del riguroso intercambio entre acción y escritura; ha de plasmar, a través de octavillas, folletos, artículos de revista y carteles publicitarios, las modestas formas que se corresponden mejor con su influencia en el seno de las comunidades activas que el pretencioso gesto universal del libro." ¿No es esto lo que hoy día los blogs, webs y otros recursos de la red informática proporcionan desde la dimensión individual o del pequeño grupo? Las palabras del malogrado filósofo alemán confirman hoy su tono clarividente y premonitorio. "Solo este lenguaje rápido y directo revela una eficacia operativa adecuada al momento actual. Las opiniones son al gigantesco aparato de la vida social lo que el aceite es a las máquinas." ¿Están abriendo los blogs y demás sistemas de redes una nueva etapa en que ya no son tanto las convicciones las que nos incitan a escribir como la vertiginosidad de los acontecimientos que vivimos?




7.10.13

Los cinco elementos de Fernando del Val














"Los cinco elementos
viento agua tierra fuego
el quinto la palabra"

Poeta Fernando del Val, en su libro Regreso al Metropolitan. ¿Estará fraguado el último en el crisol de los cuatro anteriores? Debe ser por ello por lo que uno degusta la palabra fuego la palabra tierra la palabra agua la palabra viento. A veces hasta la sazonada palabra palabra. Con todas sus consecuencias.




6.10.13

Cuando los indios iroqueses nos recordaban...

















Entre el blanco y el negro, la gama de colores se extiende en todas las direcciones cromáticas. Claro que también podría ser entre el amarillo y el verde, o el gris y el azul, porque los colores se expanden como los ecos. Y los ecos como las palabras fracasadas de los hombres, pero persistentes y tenaces en sus mensajes. "En los comienzos a nosotros se nos dijo que todos los seres humanos que caminaban sobre La Tierra habían sido provistos de todas las cosas necesarias para La Vida", empezaba el Mensaje de los Hau de no sau nee  -la Confederación de Las Seis Naciones de los Iroqueses-  al mundo occidental. Tal vez nos llega demasiado espiritual, pero no menos anhelante, mientras los acontecimientos y desgracias invaden cada día el mundo de las noticias, desplazando para muchos el de la provisión. "Se nos enseñó a mantener amor los unos por los otros y a mostrar un gran respeto por todos los seres de esta Tierra. Se nos ha enseñado que nuestra vida existe con la vida del árbol, que nuestro bienestar depende del bienestar de la Vida Vegetal, que nosotros somos los parientes más cercanos de los seres de cuatro patas. En nuestras costumbres, la conciencia espiritual es la forma más elevada de política." ¿Estaríamos dispuestos los occidentales de este aquí y ahora a rubricar ese párrafo? No sé qué entendemos hoy ni por espiritualidad ni por política; lo primero nos suena rancio y lo segundo tabú. Tan ciegos debemos estar. Pero silencio. Escuchad: creo que los ahogados de Lampedusa tienen también algo que decirnos con el lenguaje de los desposeídos, entre el oleaje de la injusticia...  



5.10.13

Marat-Sade














"Para distinguir lo falso de lo justo
necesitamos antes conocernos y yo no me conozco."

Habla de este modo Sade en la obra de Peter Weiss Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat. Hay días en que nuestro entorno recuerda el manicomio de Charenton. Allí se ponían en escena representaciones teatrales como parte de la terapia de los enfermos. ¿Qué tenemos nosotros? Se nos vende todo tipo de espectáculo mediático como personalizado, pero nada del mismo garantiza nuestro conocimiento. Sigue diciendo el personaje Sade de Weiss:

"Si pienso alguna vez que he descubierto algo,
en seguida lo dudo
y por fin sin piedad tengo que destruirlo."

Aquel Sade tenía más claridad que nosotros. Atrapados en una espiral donde no medimos ni la profundidad ni el peso específico de la ficción, llega un momento en que no sabemos si somos actores o espectadores. Perdidas las referencias lo peor que nos puede pasar es que no dudemos; sin duda no hay conciencia de la situación y por lo tanto el significado de nuestras vidas solo conoce la irreal libertad de Sísifo para ejecutar la obligación. ¿Qué elección nos queda, pues? 

"Lo que hacemos nosotros es tan solo el fantasma
de aquello que queremos;
nadie puede acceder a otras verdades
que a las cambiantes verdades de la propia experiencia."



4.10.13

No se fue Ángeles Santos

















"Vagos ángeles malvas
apagan las verdes estrellas.
Una cinta tranquila
de suaves violetas
abrazaba amorosa
a la pálida Tierra."    

Dicen que estos versos de Juan Ramón Jiménez le gustaban a la pintora. Y ella reconocía que entre sus manos las estrellas se encendían más bien. Aún quedan pintores, y hay tantos en el mundo que solemos olvidarles. ¿Por qué? No lo sé. Acaso es el precio de su estallido de miradas, de colores, de formas, de sensaciones. Hay muchos más pintores que los que la sociedad puede asumir. Pero eso es un problema de la grey, no de los seres creativos. Hay tantos pintores como insectos. Y yo nunca dudo de la belleza de los insectos, como tampoco de la belleza que rescatan los pintores. ¿Quién se acordaba a estas alturas de Ángeles Santos? Ah, ¿pero no había muerto?, me dice hoy un amigo. Un pintor, aunque pinte poco o haya dejado de pintar, nunca desaparece. Porque un pintor solo deja de ser una mera persona cuando muere, pero queda de él una cierta transcendencia. ¿Porque un pintor es sobre todo su obra? Qué cursi. Pero ¿quién puede negar a un pintor su derecho a pasar la vida reinventando el mundo? ¿Quién puede prescindir de sus narraciones aunque ya no viva?






3.10.13

Juan Ruiz bien lo sabía














"De todos los pecados es raíz la codicia:
ésta es tu hija mayor; tu mayordoma, ambicia:
ésta de alférez hace, y en la tu casa oficia;
ésta destruye el mundo, sostenta la justicia."

El Arcipreste de Hita, Juan Ruiz, bien que lo sabía en su tiempo. Cuando los nombres y los rostros eran otros, no sé si menores o solo más escasos. ¿Hacen falta citarlos y ponerlos hoy? Abrir el periódico y disponer ya de una amplia relación de despropósitos. La que los mercados dicta y aumenta cada día con todas sus alevosas y colaterales secuelas. Cuenta Robert Burton que Hipócrates y Demócrito dialogaban sobre las tareas que atan a los hombres y como el segundo se riera, fue inquirido por Hipócrates sobre qué le hacía tanta gracia. "Me río de las vanidades y de las rivalidades de este tiempo  -dijo Demócrito- y de ver a los hombres tan carentes de cualquier acción virtuosa, que van a la caza de oro de forma tan alocada, sin poner fin a sus ambiciones." No es la historia la que se repite, sino la codiciosa tendencia a la destrucción de los hombres, me temo.  




2.10.13

Borges: Poesía en voz alta
















¿Leer poesía para el silencio? Dudoso sentido. "Cuando leemos versos que son realmente admirables, realmente buenos, tendemos a hacerlo en voz alta." Jorge Luis Borges sabía más por Borges que por diablo o por viejo. Hay una clase de poesía que uno requiere de testigos, a los cuales leérsela. Y en la ausencia de estos, nada nos impide recitar los versos en voz alta, en solitario, escuchándonos. "Un verso bueno no permite que se lo lea en voz baja, o en silencio. Si podemos hacerlo, no es un verso válido: el verso exige la pronunciación. El verso siempre recuerda que fue un arte oral, antes de ser un arte escrito, recuerda que fue un canto", matiza en una de sus conferencias el escritor argentino. La fonética y la exclamación al servicio de la traslación de las palabras a los otros. Naturalmente, siempre queda, señor Borges, cuando no es posible leer en voz alta, el recurso a la representación interior para mantener el espíritu y el significado: leerlo con énfasis desde el espacio más íntimo de nuestro cerebro. Un recurso que nunca debe anular la verdadera misión poética, digamos. El mundo, o mejor dicho, los hombres nunca han dejado de estar necesitados de ella.


1.10.13

Angelus Novus















"El destino de una revista es hacer patente el espíritu propio de su época." Walter Benjamin. El exiliado hombre de Portbou no llegó a hacerla (murió antes de los cincuenta, ¿suicidado o asesinado?), aunque la tenía en mente con el título de Angelus Novus. Malos tiempos aquellos suyos para lanzar una revista de pensamiento. Pero ¿malos o más necesarios que nunca para ejercitar el pensamiento? Benjamin: "La actualidad de ese espíritu es más importante para ella que su unidad o claridad." No sé si con ese espíritu sacan a la luz Josep Ramoneda y otros su La Maleta de Portbou, ni si tendrán éxito. Aunque el verdadero triunfo ya es poner en marcha un espacio de intercambio de ideas que avive el espíritu crítico, tan lánguido y líquido en estos días.