30.12.13

El enmascaramiento, versión Nietzsche




















Deleite de una de las citas (la 175) de El caminante y su sombra. Así habla, pues, Friedrich Nietzsche:

"La mediocridad como máscara. La mediocridad es la más afortunada de las máscaras que puede llevar el espíritu superior, porque no hace pensar a la mayoría, es decir, a los mediocres en un enmascaramiento; y, sin embargo, por eso precisamente se la pone aquél, para no irritarlos y aun, no pocas veces, por compasión y bondad." Máscara no máscara. El modelo más idóneo para pasar inadvertido. No hay nada que reclame más la colectividad que tú seas uno de los suyos, al menos en el sentido de miembro del redil. Si el espíritu superior es, simplemente, el del individuo sensible, ya quedaría justificado su distanciamiento del tono medio social, aunque se vea forzado a pasar desapercibido. No sé si la máscara tienen que ponérsela los sensibles para no herir a los portadores de ese tono medio y normal o para no ser descubiertos en su instintiva pero también consciente sensibilidad. La mayoría confunde sensibilidad con sensiblería, no entendiendo que tras el primer rasgo se oculta una fortaleza crítica y una buena dosis de visión clara sobre el mundo y los hombres. En cualquier caso la máscara también conviene utilizarla para que no se advierta un excesivo grado de afectación y no ser arrojados, por mala conciencia de la mayoría, a las tinieblas exteriores. 




Máscara yacuba de Liberia. Fotografía de Thomas Renaut


28.12.13

El reforestador de Giono









Regalo exquisito de mi librero: El hombre que plantaba árboles, de Jean Giono. En mi asombro compruebo que no solo es un bello texto sino una espléndida edición con dos desplegables interiores que recuperan mi alma de niño.

"El objetivo de esta historia es el de hacer amar a los árboles, o con mayor precisión: hacer amar plantar árboles", manifestó Jean Giono a la autoridad francesa responsable de aguas y bosques, que en su día no entendió bien el relato. Pero ¿es solamente la historia de amor con la naturaleza de su protagonista Elzéard Bouffier? Es también la historia de alguien que niega la historia, sobre todo cuando ésta es destrucción. La de una especie de anacoreta que ignora las dos guerra mundiales europeas del siglo pasado mientras planta robles, hayas, arces, alisos..."Cuando pienso que un solo hombre, reducido a sus simples recursos físicos y morales, fue capaz de hacer surgir del desierto este país de Canaán, siento que, pese a todo, la condición humana es admirable." Este es el mensaje esperanzador y que hoy llamaríamos ecologista de Giono. Pero uno no puede por menos que leer más allá del texto. Tal vez la reforestación a la que dedica su vida el protagonista sea la contrarréplica a la destrucción sistemática que las contiendas del resto de los hombres sometía al continente. Ahí la metáfora. ¿Qué pasaría si los ciudadanos dieran la espalda a sus autoridades cada vez que suenan clarines de guerra para hacer a cambio algo constructivo? Naturalmente es una metáfora, incluso una utopía, se dirá, pero las metáforas y las buenas intenciones pueden hacernos a tiempo más cuerdos desde su ficción.







Ilustraciones de los desplegables interiores, de Joëlle Jolivet


27.12.13

Yorgos Zois y su Casus belli













¿Qué tienen en común el efecto dominó y el efecto bumerán? ¿Vivimos todos en alguna cola y algunos incluso en más de una? ¿Estamos abandonando lo fundamental para atender a lo líquido y secundario? ¿Qué distancia hay entre abundancia y escasez? ¿Nos estamos robotizando -despersonalizando- al asumir en serie roles superficiales y pautas aparentes? ¿Vamos en fila buscando el camino más corto hacia la felicidad o sacando el pasaporte más rápido hacia el vacío y la catástrofe? ¿Somos piezas de un juego frágil que se cree fuerte por seguir la normalidad del orden? ¿Estamos abocados a enfrentarnos descarnadamente con la supervivencia? ¿Puede un solo individuo que se salga de la fila producir la quiebra de ésta? Preguntas que a uno se le ocurren cuando ve el cortometraje Casus belli, del realizador griego Yorgos Zois. Está hecho en 2010, un año ya angustioso en la historia reciente de su país. Parábola de la fragilidad humana. ¿O hay más parábolas ocultas?







26.12.13

¿Nos hará libres el teatro?













Juan Mayorga, autor de teatro, en la revista La marea: "El teatro está viviendo un momento de explosión creativa y de encuentro de los actores con los espectadores. Muchos lo han redescubierto como un espacio de resistencia." ¿Frente a la abulia y la resignación? ¿Frente a la impotencia y la mediocridad? ¿Frente a los autoritarismos y el ataque de los poderes a la expresión cultural? Acaso como refugio, pero no para hibernar sino cual cuartel de invierno desde donde recomponer los agujeros y contradicciones del pensamiento y revisar la fragilidad de la práctica. También como espacio alternativo frente a intolerancias y desencuentros: "En la sociedad española domina la invasión antes que la hospitalidad. Se observa que los debates se enconan sin que haya una escucha del otro. Lo que ocurre en torno a la cuestión catalana es un buen ejemplo de ridiculización de unos por otros o de reducción de las posiciones del otro a estereotipos, sin atender a las razones que expone el otro." Mayorga: un hombre de teatro que habla con alma cívica también, luego como hombre político a su vez, y que tiende puentes, resultando ser un hombre total de su tiempo. No sé si el teatro  -como el cine, como otras artes-  nos hará libres, pero si concita atracción es que la gente busca en sí a los complementarios, que diría Machado. Frente a las trompetas del recurrente ángel del juicio final, el teatro -el arte y la expresión en general-  puede ser un revulsivo que vincule estética y ética y las conduzca para renovar la conducta de los hombres. De lo contrario, dice Mayorga, "la mala educación e incultura se acaban pagando." ¿No lo estamos pagando ya?  



25.12.13

Cuando Stevenson nos habló de la verdadera isla y de los verdaderos tesoros















Robert Louis Stevenson nos habló de una isla del tesoro, pero también de la otra, la que está repleta de posibilidades, de ciertas ganancias y de excesivas pérdidas: la vida, la relación con los demás y la búsqueda (encuentros y desencuentros) de uno mismo. Muy apropiado leer (o releer) su Sermón de Navidad como una llamada de atención y un ejercicio de reflexión en medio de la vorágine del convencionalismo de estas fechas.

"En estos tiempos que vivimos prevalece, entre la gente seria, un idealismo de noble carácter: nunca les parece que han prestado suficiente servicio, viven incluso con la impaciencia de su propia virtud. Sin embargo, quizás sería más modesto agradecer personalmente por no estar peor; no solo nuestros enemigos –personas desesperadas a nuestros ojos– sino también nosotros mismos desconocemos qué debe hacerse; de ahí deriva la sutil esperanza de que acaso hemos hecho más de lo que pensábamos: la esperanza de que tan solo haber zanjado este negocio de la vida –tan inconstante– con manos relativamente limpias, tan solo haber jugado el papel de una persona que obtuvo algunos logros, tan solo haber resistido el mal y, al final, aún seguir resistiéndolo, significa, para el pobre soldado humano, haber actuado bien. Pedir frutos ostensibles por nuestros afanes equivale a prestar un servicio solo en espera de una recompensa y lo que parece renuncia de sí resulta, al final, solo avaricia de pago."

Stevenson, sin alharacas ni palabras sobrantes. ¿Interpretamos con su discurso también nuestro presente? En medio del marasmo de los comportamientos innobles y corruptos y de la ansiosa avaricia que la actual sociedad enseña a los que vivimos, ¿nos dicen algo las palabras del escritor? Si es así, habrá sido un hallazgo de gran valor. El fin de año como excusa de consideraciones modestas pero certeras, nada dadas al moralismo, que sería tanto como decir a la hipocresía general de lo que leemos y escuchamos (ya se daba en su tiempo) habitualmente en los medios y en el entorno:

"En esta temporada volvemos la mirada atrás y consideramos el año que concluye: descubrimos entonces lo poco que nos hemos esforzado y lo pequeño de nuestros propósitos; descubrimos que demasiadas veces hemos sido cobardes y no asumimos alguna acción o que demasiadas veces, por el contrario, hemos sido temerarios y nos precipitamos hacia la acción; descubrimos cómo, en todo momento del día y cada día, transgredimos las leyes de la bondad. Parecerá una paradoja, pero bajo esto subyace cierto motivo de consuelo: la vida no está hecha para responder a la vanidad de un hombre; las más de las veces el hombre asume, cabizbajo, sus tediosas ocupaciones y suele hacerlo como un niño ciego. A pesar de las muchas recompensas y los muchos placeres que pueblan el mundo –la contemplación del amanecer, el surgimiento de la luna, el encuentro con un amigo, la hora de la comida cuando el hombre ya tiene hambre, lo llenan de dichas repentinas–, el mundo no es una morada siempre apacible. Las amistades se alejan, la salud se acaba, el hartazgo asedia; año con año debe el hombre repasar un listado (que casi nunca cambia) de sus debilidades y de su insensatez. Hay detrás de esto un benéfico proceso de distanciamiento: cuando llegue el día final, cuando llegue el momento en que tenga que partir, le quedarán pocas ilusiones de sí mismo."

Ha sido un poco larga la entrada, pero creo que el texto ha merecido la pena. ¿Es o no un tesoro encontrado, y espero que compartido, lo que dice el sabio Stevenson?




23.12.13

Adiós a Helena y Nausicaa















Me entero de que en una sola jornada se me han muerto Helena de Troya y Nausicaa, en apariencia tan distantes en tiempo, territorio y ficción. Ni el asedio de la ciudad de Ilión ni la navegación del viajero que busca retornar a Ítaca serían nada sin la participación determinante de la mujer. La narración consagra los acontecimientos. La literatura participa de la extensión de las historias míticas. Los mitos griegos, en los que los mortales van creciendo merced a la epopeya y el relato,  no dan abasto y concluyen que sus personajes también tienen que ser llevados algún día por la barca de Caronte. No obstante, consecuente con el papel poliédrico de muchos de sus protagonistas, la mitología, ya sea relato épico o de aventura, admite lo que la realidad de los mortales nos presentaría como improbable. Pero Helena (¿consintió su rapto por Paris?) y Nausicaa (¿hubiera querido hacer a Odiseo su marido?) se habían metamorfoseado hacía mucho en Rossana Podestà. Y ésta no iba a ser menos en seguir el curso de la laguna Estigia. Se fue el pasado 10 de diciembre.















La imagen superior es un fotograma de la película Ulises, 1954


22.12.13

Cuando el fuerte es frágil















¿Realmente triunfan los que triunfan? En la película Odette, una comedia sobre la felicidad, dirigida por Eric-Emmanuel Schmitt, no solo se habla de la historia de Odette sino también de la de Balthazar Balsan. Éste, un escritor famoso de éxito de ventas, recibe de pronto una sarta de críticas demoledoras en la prensa, lo cual no solo interrumpirá su manera de escribir sino que sobre todo alterará su vida. Diálogo entre Balthazar Balsan y su editor, que le reprocha que no se defienda de los ataques de la crítica:

Editor. Eres demasiado amable, Balthazar, demasiado buena persona.

Balthazar. Tampoco voy a cambiar y volverme como ellos para complacerles. Aunque cuando me hieren me hundo.

Editor. Eres demasiado sensible, demasiado frágil.

Balthazar. Si no fuera frágil, ¿cómo habría podido escribir?

El triunfo de los frágiles que aparentan fortaleza  ¿implica el triunfo de la fragilidad? Tal vez la fragilidad conduzca a desarrollar una obra, pero ¿eso basta para garantizar sus resultados y, sobre todo, la calidad de sus propiedades? Lo mismo podría reflexionarse sobre acontecimientos diversos de la historia humana, sobre el desarrollo de la técnica, sobre el ejercicio del poder, sobre la imposición de las ideologías. Y siempre una duda: ¿se imponen los hechos por su fragilidad o por su consistencia? Ah, esa terrible dualidad que pasa factura. Y que, probablemente, hace vivir a los hombres en lo que no es.















Imágenes de la película Odette, una comedia sobre la felicidad


21.12.13

Julio Ramón Ribeyro y el extraño maridaje entre conciencia y felicidad















Cuánto no se pronunciará en vano esa palabra tópico de las próximas fechas que todos tenemos, o nos vemos obligados a tener, en mente. Se materializará con el consumo, arderá en el calor de la gula y sonreirá con la euforia que provoca el estado de alegría inducida por la convención social. El asombroso Julio Ramón Ribeyro en su diario personal La tentación del fracaso: "La felicidad consiste en la pérdida de la conciencia." No es desdeñable la idea. ¿Algo así como una minusvalía del individuo? Continua: "Los estados de éxtasis que producen el amor, la religión, el arte, al desligarnos de nuestra propia conciencia reflexiva, nos aproximan a la felicidad absoluta." Me pregunto si una felicidad por la anulación de la conciencia puede ser felicidad. Y de lo que no dudo es de que la felicidad sea una manifiesta propiedad de nuestra inconsciencia, envuelta en la gasa de lo absoluto y lo sublime. "La conciencia: horrible enfermedad que le ha sobrevenido al género humano. ¿La suprema felicidad la constituye la muerte? Conclusión ilógica. El hombre necesita de la conciencia para darse cuenta de que ha carecido de ella, vale decir para comprender que ha sido feliz." Sin mencionarlo su reflexión parece que nos remitiera al mito del paraíso o acaso a los buenos ratos que en la inmediatez de la vida humana habitan en nosotros. Pero no todo es tan sencillo. "Necesitamos tener conciencia de nuestra felicidad para que ésta tenga alguna significación. Pero apenas nos percatamos de nuestra felicidad ésta desaparece, pues el solo pensar en ella es como un conjuro que desvanece su presencia. La contradicción es irresoluble. Conciencia y felicidad se excluyen y sin embargo no pueden comprenderse la una sin la otra." Sesuda, pero también sofista, la pescadilla que se muerde la cola en un 2 de abril de 1954, cuando Rybeiro apenas contaba veinticinco años.




20.12.13

La hambre de perro de Espriu















"He ido dando mi vida a las palabras
y me he hecho lento pasto de esta hambre de perro."

Canta en Las horas Salvador Espriu y va acabando el año de su centenario. Cuando alguien ya no vive, celebrar su aniversario es humo. Pero ¿y si nos deja un legado bello e importante de palabras? Entonces no se trataría de celebrar ni centenarios ni períodos más cortos, sino de disfrutar de su obra día a día. Yo mismo alcé el blog robando parte del título de un libro de relatos, Ariadna al laberint grotesque, y derivé por calles de laberintos de palabras y de sones y de imágenes que nunca acabas de saber si son sombras o reflejos. Preso quedo en la gruta y en el laberinto, y acaso también tal hambre hace mella en mí. Y eso sí, algo de una pena grande porque los habitantes de Sefarad sepan poco de quien cantó a su propia piel de toro. De quien dio su vida a las palabras que son como otras vidas. Allá los ingratos, yo al laberinto:

"¡Ah, guardián, caridad para los huesos,
pues ya sin nada de carne te llego!"




Fotografía de Petr Pavlensky


18.12.13

Los sueños olvidados pero rescatados por Werner Herzog
















"Estamos encerrados en la historia y ellos no lo estaban", se escucha en el film de Werner Herzog La cueva de los sueños olvidados. ¿Era la naturaleza física totalizadora, la vida al día cara a cara, o una secuencia de tiempo diferente a la nuestra lo que les hacía libres a los hombres del Paleolítico? ¿Tenía lugar un vínculo en varias direcciones que preservaba y a la vez permitía avanzar a aquellos pobladores? ¿En aquel arte -aquella creación, aquella manifestación, aquel artificio-  se manifestaban las claves de la verdadera naturaleza de las cosas? "Lo humano es una muy buena adaptación con el mundo", sintetiza el prehistoriador Jean-Michel Geneste hablando de aquellas pinturas de la cueva de Chauvet datadas en treinta mil años que nos dividen entre el asombro y la admiración por lo hermoso. "La sociedad humana necesita adaptarse al paisaje, a los otros seres, los animales, a los otros grupos humanos, y comunicar algo, comunicarlo e inscribir el recuerdo en cosas específicas y duras como paredes, piezas de madera, huesos. Y también cosas como la mitología o la música." Necesidad antigua la de disponer de testigos y a la vez testificar, necesidad de dejar huella y realizar una trasmisión. ¿Será ese el quid de la supervivencia humana? Continúa Geneste: "Con la invención de la figuración, figuración de animales, de hombres, de cosas se produce una forma de comunicación entre humanos y con el futuro, para evocar el pasado, para transmitir la información de manera mayor que con el lenguaje, que con la comunicación oral." Tal vez los medios de ahora mismo y la tarea que desarrollamos a través de la red de Internet, por ejemplo, sean también una confirmación de lo que opina el científico. Pero la belleza y la calidad de aquellas pinturas nos sobrecoge. A poco que las observemos y reflexionemos sobre ellas nos empequeñecen. El lapso de tiempo tan amplio parece evaporarse. Al contemplarlas podemos preguntarnos: ¿hay retrospectiva en nuestra mirada o simplemente son nuestro reflejo? 






17.12.13

Cuando Italo Calvino propone y el lector dispone














Italo Calvino en el principio del  principio de su libro Si una noche de invierno un viajero recomienda con humor al lector que busque la manera apropiada de leer ésa, la que llama su nueva novela: "Adopta la postura más cómoda: sentado, tumbado, aovillado, acostado. Acostado de espaldas, de costado, boca abajo. En un sillón, en el sofá, en la mecedora, en la tumbona, en el puf. En la hamaca, si tienes una hamaca. Sobre la cama, naturalmente, o dentro de la cama. También puedes ponerte cabeza abajo, en postura yoga. Con el libro invertido, claro." Imagino al lector  -yo en este caso-  eligiendo la posición adecuada entre las propuestas o bien tratando de identificar la que habitualmente tiene cada uno con las nombradas por Calvino. Supongo que cada lector dispone de su modo y además probablemente explore más de uno. Y hay quien se adapta a cualquier circunstancia para el intento si no para la consolidación del ejercicio de lectura. No en vano prosigue el autor italiano: "La verdad, no se logra encontrar la postura ideal para leer. Antaño se leía de pie, ante un atril. Se estaba acostumbrado a permanecer en pie. Se descansaba así cuando se estaba cansado de montar a caballo. A caballo a nadie se le ha ocurrido nunca leer; y sin embargo ahora la idea de leer en el arzón, el libro colocado sobre las crines del caballo, acaso colgado de las orejas del caballo mediante una guarnición especial, te parece atrayente. Con los pies en los estribos se debería estar muy cómodo para leer; tener los pies en alto es la primera condición para disfrutar de la lectura." Y de esta guisa continua una catarata de fina y placentera jocosidad. Virtud de Italo Calvino: no ha entrado todavía en materia y ya te atrapa en su pre-comienzo. Lo reconozco: no logro centrarme en las páginas siguientes. Busco la fórmula de posicionar mi cuerpo  -ayudante al servicio del soporte libro-  y el destino me lleva a apoyarme en la arista afilada de una esquina. No se lo recomiendo a nadie: una vez que has arrancado de tal lugar llevas a cuestas la arista como una sombra doliente.




16.12.13

Alma y su extensión finita














Escuchar y degustar a Gustav Mahler y caer de inmediato en la tentación de leer pasajes de Mi vida de Alma Mahler-Werfel ha sido todo uno:

"Gustav Mahler, en el último año de su vida, por un terrible miedo a perderme, había ido a Leiden a ver a Sigmund Freud, que le dijo: <Usted busca en cada mujer a su madre, a pesar de que fue una pobre mujer enferma y atormentada...> Le dijo además a Mahler que yo buscaba a mi padre como principio espiritual, lo cual sin duda era cierto. Y mi padre había vivido muy de cara a la vida, mientras que Gustav Mahler, cuando le conocí, exceptuando un par de veces en las que había sido seducido por mujeres experimentadas, era prácticamente virgen...y tenía cuarenta años. No es ninguna casualidad. Era un solterón con miedo a las mujeres. Su miedo a ser arrastrado hacia abajo era infinito. Por eso tenía miedo a la vida, o sea, a lo femenino."

Los libros de memorias son testimonios extraordinarios y, no dudando de la inteligencia y sagacidad de cada cual para hablar de sus experiencias, resultan a veces también extraordinariamente terribles. Me siento atacado por preguntas diversas, del cariz por ejemplo de: ¿Debemos tener amigos psicoanalistas? ¿Qué buscan realmente los hombres en las mujeres y las mujeres en los hombres? (suena a pregunta simplona pero no siempre se dilucida) ¿Qué hay de amor y qué de devoción en las relaciones? ¿Cómo pesa la apariencia y el estatus? ¿Cuánto influye el deslumbramiento de la capacidad creativa de otra persona? ¿Qué hay de cuentas pendientes con nuestro pasado y qué de aventura que descubra lo que no habíamos probado anteriormente? Etcétera. Pobre Gustav, ¿supo siempre con quién se las veía en su matrimonio? Probablemente, pues Alma no era una mujer común, ella que tanto se hacía gustar por los hombres... (Klimt, von Zemlinsky, Ossip Gabrilowitsch, Kammerer, Gropius, Kokoschka, Werfel, por citar a los célebres, podrían decir al respecto, algunos lo habrán dejado dicho)




15.12.13

La segunda muerte del coronel T.E. Lawrence














Al coronel de su Graciosa Majestad Thomas Edward Lawrence, visionario y agente de su gobierno, además de arqueólogo y aventurero en causa por la independencia árabe (ignoro el orden de prioridades que tendrían estas actividades en su vida) le gustaban ciertos versos del poeta Adam Lindsay Gordon:



"Todo acabó, veloz carrera,
galopada de galgo que se evade de la traílla,
vuelo de halcón, brinco de gamo,
loco chocar de cascos que nos persiguen,
aire frío que transe y rechaza nuestro pulmón,
alborotado hablar de muchas lenguas."

Se podrían recitar de nuevo, pero esta vez en honor del medium de Lawrence que quedaba hasta hoy en este mundo, el actor Peter O'Toole.




Fotograma de la película dirigida por David Lean Lawrence de Arabia


14.12.13

Mahler y su pizca de infinito

















Gustav Mahler: "Una sinfonía debe ser como el mundo, debe abarcarlo todo." Escuchando su Novena Sinfonía, tan polifónica y total, tratando de abarcar lo más íntimo de la naturaleza, las pasiones, emociones y capacidades del mismo ser humano, de sí mismo, se comprende que el arte compense el curso díscolo de la vida, si bien no siempre supondrá una salvación definitiva. Dicen que Mahler olía la muerte escribiendo dicha composición y que de alguna manera la situación límite de su vida -sus problemas profesionales, amorosos y de salud-  quedaba reflejada en ella. Pero él creía en esa religio especial que solo los artistas logran alcanzar: "Cada obra de arte debe encerrar en sí misma una pizca de infinito porque debe ser, de alguna manera, espejo de la naturaleza. Lo que es más importante es que tenga en sí misma algo misterioso, inconmensurable. Si es posible abrazar la obra con una sola mirada quiere decir que ha perdido toda su magia, su fascinación, exactamente como en el caso del más bello de los parques, que parece tedioso si se han conocido todos sus senderos.” La dimensión del arte como territorio recóndito, diverso, cuyas revelaciones no se muestran a primera vista. ¿Será lo que nos deja clavados en la butaca mientras nos adentramos en el arcano de los movimientos de la Novena? La respuesta solo nos es proporcionada por nuestras propias emociones.





13.12.13

Los ojos de Herbert Bayer




















"Los ojos han sido siempre temibles. Incluso hoy en día, ¿quién no teme ser víctima del mal de ojo? ¿Quién no cree en el poder de la mirada?" Lo dice Pedro Azara en su fascinante El ojo y la sombra. Es tan impresionante el poder del ojo que con frecuencia reducimos el encuentro y conocimiento con el otro a través de su mirada (inmediatamente también a través de su palabra) Es aún más impactante cuando lo reconvertimos en significado de la mirada interior. Y el simbolismo del ojo se extiende por doquier. Contemplarse los ojos entre enamorados, más allá de la hermosura formal que puedan tener, ¿no es sino la búsqueda de la belleza íntima del otro? Y la búsqueda de la belleza, ¿no es otra cosa sino la necesidad de percibir y aprehender el conocimiento, misión harto improbable si no imposible, del otro? Continua Azara: "Unos ojos bien abiertos evocan o simbolizan la vida, el despertar de la vida. Solo los muertos y los durmientes  -Sueño y Muerte, hijas de la noche, eran divinidades hermanas en Grecia- cierran los ojos. De los mismos seres vivos se decía que eran el sueño de una sombra."

Más allá de la concepción al uso de los ojos en un retrato, siempre me cautivaron los que Herbert Bayer, ilustrador y tipógrafo vinculado a la Bauhaus durante un tiempo, refleja en dos palmas y en dos manos. El asimetrismo de estas lo es también de los ojos, lo cual produce más desasosiego e intriga. Supongo que al pensamiento lógico griego no le gustaría, por lo tanto, la representación. El ojo fuera de sitio se había quedado en territorios de la India, pero ¿quién puede poner puertas a la representación simbólica? El ojo fuera del lugar convencional, digamos, conlleva una carga onírica, surreal y, por lo tanto, con una potencia no controlada fácilmente. Un ojo en cada mano no son dos meros ojos que observan. El truco consiste en que parecen configurar un rostro, desigual y severo, pero ellos no nos miran sino que nosotros nos miramos a través de ellos. Un ojo de la bondad y otro de la perversión, uno de la generosidad y otro de la avaricia, uno de la justicia y otro del atropello, uno del conocimiento y otro de la ignorancia...y así, en una competición de sinónimos y antónimos de las conductas humanas. 

Pero esos ojos, que son nuestros propios ojos, disponen sobre todo de luz. Tiempos estos en que vivimos en que pretenden quitarnos la luz, la mirada, el concepto claro de las cosas, haciendo que el ojo sea figurativo, único, intrascendente, dirigido. Ojo gobiernos, ojo televisión, ojo mercados, ojo publicidad, ojo ideologías, ojo religiones, ojo cibernético...en definitiva, ojo reducido a su mínima expresión efectiva.¿Somos alguien si miramos todos con el mismo ojo y en la misma dirección que se quiere que miremos? Esos ojos inquietantes, fuera de sitio, llamados también heterotópicos, han existido siempre en todas las culturas y dudo que la que ahora se pretende instalar uniforme los pueda disolver. Probablemente son nuestros ojos interiores cuyo vuelo no puede detenerse ni su mirada cegarse. 




11.12.13

Alberto Hontoria Maceín y la fabulación de las palabras

















Fabulista Alberto Hontoria Maceín en su libro joya El sentido disidente de la fábula  : "El lenguaje no es el hermano pobre de los hechos. El lenguaje fabrica realidad y tiene el don de cambiar el estatuo de las cosas." Obviamente estamos viendo día a día cómo el lenguaje pone y quita rey (y vuelve a poner) y además ayuda a su señor. Pero los señores del lenguaje no son los filólogos, los lingüistas, los escritores. Los amos son los que disponen de otro montón de propiedades materiales que ratifican su estatus. Los dueños de todo lo son también y sobre todo de la palabra. Es muy antiguo, pero ahora se ejerce un control superior y más eficaz con ella y sobre ella. Mas el poder no solo habita en una instancia elevada, sino que se reparte en cascada, ¿no lo hemos visto toda la vida? "La palabra que emite un juez, culpable o inocente, determina el destino de un ser humano. Las palabras de un párroco, os declaro marido y mujer, cambian el estado civil de una pareja de novios. De palabra está hecha la orden de disparo que un mando militar dirige a su ejército y que se lleva vidas por delante." Ciertamente. Lo que no nombra el autor es que las palabras, como los actos, pueden transgredirse. Y la transgresión puede ser una forma de caída o acaso de reconstrucción, según circunstancias forzadas. Pero las palabras han cumplido su papel oneroso y su gravedad ha caído sobre los cuerpos de los pobrecitos humanos: "Se oye decir que las palabras se las lleva el viento. Pues bien, a veces, las palabras soplan y el viento va allá donde las palabras lo manden." Sagaz y certero final de esta fábula de Hontoria que ofrezco recortada.

El sentido disidente de la fábula lleva título de ensayo, pero se trata de una suerte de textos para los que no acabo de encontrar nombre apropiado. Fábula es el que mejor acierta a elegir Alberto Hontoria Maceín, a la que en voz propia considera un artefacto literario de disensión y lucha. No será el único momento éste que traiga aquí un comentario. Es abundante en temas y rico en matices. Aún lo estoy leyendo y fabulizándome gozosamente. 














Fotografía de Boris Ignatovich



9.12.13

Cita desasosegante nº 271



















Cita 271 del Libro del Desasosiego: "No es el amor, sino sus alrededores, lo que vale la pena..." Y pensar que uno creía que llevar toda la vida en los alrededores había sido una pérdida...Este Pessoa y sus destellos alumbradores...Da miedo en una noche tan fría darle vueltas a  la represión del amor, que decía el lisboeta. Mejor dejarlo. 



Fotografía de Pierre Boucher



8.12.13

Aquel cursivo entonces














Siempre hay palabras cuyo rigor iguala al frío invernal que nos azota estos días:

"Los trozos de tu cuerpo estarán en mi recuerdo,
no entre las garras de las fieras.
Tu fragancia infernal aún será mía."

Pretender penetrar en el tejido de la poesía tienta. ¿Lo intentas o desistes cuando temes que sea una red que te atrapará para ya no ser después el mismo? ¿Por qué preocuparte si dejas de ser el mismo? ¿Por qué no verla como afirmación de lo que se ocultaba dentro de ti? ¿Por qué no celebrar que eres ya el otro?

"Las letras de tu nombre descompuesto formarán otros nombres 
y en la pradera violeta crecerán otras torres 
en los atardeceres prolongados por la sed hacia el pozo
donde tú, entonces, vivías 
cuando el cielo era rojo y los árboles escarlatas crecían."

Enigmático entonces que el poeta Cirlot deja en cursiva. ¿Será la cursiva un a modo de proyección? Flecha en el tiempo, vuelo que no cesa, rebelde dirección hacia un destino.



7.12.13

Martí i Pol y el ámbito aún posible












"Después de todo aún queda espacio
para repensar la vida y convertirla
en un ámbito mucho más silencioso"

Canta Miquel Martí i Pol en su libro de poemas Después de todo. Y naturalmente que queda espacio en un sentido general. Pero otra cosa es que este espacio se nos circunscriba y reduzca en función de nuestras posibilidades. La edad, no vano juez, ni accidente casual, ni necesario enemigo, habla. Y también calla. Pero no pierde la esperanza del espacio, que a veces se compensa con la memoria, con un cierto bienestar y sobre todo con la necesidad del silencio. Aunque nos persiga esa suerte de angustia por lo no vivido, por lo no logrado a tiempo, por las ausencias cuya presencia seguimos amando.

“Después de todo aún queda espacio
para repensar la vida y convertirla
en un ámbito mucho más silencioso,
al amparo de los inhóspitos desbarajustes
y las inevitables adversidades.

Porque el secreto es que no hay secreto
y los ritmos y las pausas son la cara
quizá oculta del tiempo no vivido
mientras hacíamos proyectos y nos jugábamos
el pasado y el futuro en inefables
minucias con ademán circunspecto.

Y ahora ¿qué nos queda además del recelo
y las carencias? ¿Qué compartiremos
con la gente que amamos y nos ama?
¿La oscura complacencia de los secretos
o la riqueza absurda del misterio? 

Nada de eso y todo ello, porque el sutil
espejo discreto que nos enciende la mirada
es la nada que siempre descubrimos
sin querer, tercos y audaces,
después de todo, después de cada cosa.”




6.12.13

Ramón Andrés y el silencio













Ramón Andrés, autor del gozoso Diccionario de música, mitología, magia y religión, comenta en El País: "El silencio es una cuestión interior, un estado mental." Tal vez ahí dentro se encuentra el espacio en que silencio y palabra conviven hasta cierto punto. El silencio nos hace, es el territorio de la armonía. ¿Por qué no iba a serlo también de la meditación y no solo del pensamiento desaforado? Cuando la voz se impone al silencio con su algarabía y estruendo el silencio queda relegado. Pero, ¿no influye de manera decisiva el exterior del individuo? Continua Andrés: "El problema es que el silencio no es productivo, y cuestiona. Por eso no se fomenta." A veces se vincula silencio con indolencia, y la indolencia suele ser el enemigo número uno de la actividad productiva, pauta que rige la sociedad y las relaciones entre sus miembros. ¿Habremos perdido ahí? "La sociedad laica no ha conseguido espacios de silencio, hacemos demasiado ruido. El silencio ha quedado relegado a lo religioso, a lo sacro. No debería ser así. Y eso es otra derrota de la sociedad civil." No me extraña que personas con mentalidad radical hayan optado por vivir en un monasterio, aun dividiéndose interiormente. ¿No será el silencio perdido por el individuo común una suerte de vindicación pendiente y más que nunca urgente en la sociedad civil? 




5.12.13

Arsuaga, tras la comprensión de los otros















"Solo hay progreso en el conocimiento cuando se encuentra lo inesperado." Juan Luis Arsuaga, prehistoriador de Atapuerca. Pasarnos la vida tratando de conocer lo desconocido. Esa es la pasión. ¿Por qué, entonces, insistir tanto en nuestras conductas cotidianas por repetir lo archisabido? ¿Para saber más? Tengo mis dudas. ¿Para retener el conocimiento como si fuera una propiedad intocable? El conocimiento es un territorio sin límites. ¿Para confirmarnos en nuestros avances? Presunción humana que se comprende pero que no debe ser freno. Lo inesperado se ofrece a los audaces. La humanidad se encuentra con sus orígenes a cada paso y no siempre nos damos cuenta. Precisar cómo fueron esos orígenes es una aproximación que gentes como Arsuaga, en esa y otras materias del saber, nos ofrecen. Ahora, penetrando en la interpretación del ADN de los fósiles hallados en el macro complejo de Burgos. Algo ya vamos teniendo claro: que la complejidad de nuestro propio pasado, el pasado de los otros que nos anticiparon para poder estar ahora nosotros aquí (su nombre es lo de menos, es algo convencional), es un despliegue de claves cuyo estímulo nos maravilla. Va siendo hora de que las mentes más sencillas traten de acercarse a una comprensión de la formación humana, plural y con muchas dimensiones. Investigaciones como las de Atapuerca son una buena lección para acabar con el reduccionismo de doctrinas, creencias y esoterismos que oscurecen, mientras la luz sigue abriéndose camino en la larga manifestación de la vida.

  

4.12.13

Una brizna de Chantal Maillard




















Una brizna de Chantal Maillard en sus Diarios indios: "¿Cuánto de lo que hacemos lo hacemos por hacerlo y cuánto para contarlo? ¿Qué de nuestra vida está vivido y qué está fotografiado y empaquetado para vivirlo después, cuando pueda ser comunicado? ¿Cuánto de auténtico viaje hay en nuestra vida y cuánto de turismo?" Tal vez deberíamos instalar un cortafuegos, siquiera temporal, entre cada acto en sí de nuestras vidas y esa extensión adulterada de nosotros con la excusa de los demás. No nos basta el instante bruto de nuestros actos, aun sabiendo que ahí somos. Con nuestras imperfecciones, dudas, insuficiencias; en definitiva, auténticos en nuestra bestialidad, por muy revestida de cultura que nos parezca. El miedo (al error, a la incomprensión, al defecto) o la inseguridad (por vernos marginados, por no estar en línea con lo comúnmente admitido)  ¿es lo que nos lleva a transformar en materia de comunicación con los otros nuestra veta para que se convierta en mena? Tendencia sospechosa a vivir como segundas o más vidas el relato de lo que nos acontece. En contrapartida, la propuesta de probar el silencio cual cortafuegos.




Fotografía de Saul Leiter

3.12.13

Saul Leiter: camina, mira, ve y dispara




















"¿Pionero del color? Creo que si sabes lo suficiente sobre fotografía, te das cuenta de que nada es realmente nuevo". Saul Leiter, en un documental del director de cine Tomas Leach.  Modestia o solo reconocimiento de las cosas tales cuales son. ¿Aplicables a otras facetas de la vida y sobre todo de la llamada obra o creación de los hombres? Que se sintiera atraído por el expresionismo abstracto o simplemente por la tentación de pintar propició probablemente su especial mirada fotográfica. Pero siempre hay más para quien anhela el arte y persigue belleza, en sus formas más recónditas. Con este objetivo la percepción es fundamental y la receptividad un don. "Una ventana cubierta de gotas de lluvia podía interesarme más que fotografiar a alguien célebre", afirmaba. ¿Qué podían tener los cristales borrosos o los reflejos o las sombras para sentirse atraído por ellos? Acaso una profundidad que desborda y supera la apariencia. Mirar más lejos que la propia mirada, porque el objeto no es el lugar que ocupa sino el significado y la intención que se suscita en quien mira. Lo fotografiado procede más de nuestro interior que de la propia ubicación de lo que se quiere ver. Leo en el blog Consentido propio: "Leiter se propone la búsqueda de la belleza como objetivo, tres vías para conseguirlo (...) Las tres vías son: el color, la composición y el factor humano. Estos son los tres pilares de la fotografía en color de Leiter." ¿Solo caminaba, contemplaba y disparaba Leiter, como decía humildemente? Iba a un encuentro con lo hermoso que habita en la propia naturaleza de las cosas. Saul Leister se llevó a la nada su propiedad de representar el alma de esas cosas hace justamente una semana.




















2.12.13

Del conocer, que dice Juan de Yepes















Ontológico Juan de Yepes Álvarez:

"Para venir a lo que no sabes
has de ir por donde no sabes."

Seguramente en el mismo camino se habrá encontrado con Homero, Machado, Kavafis o Cirlot, entre tantos otros. El conocer implica riesgo. Pero llegar hasta lo desconocido y descubrirlo aporta sentido. Probablemente el más cabal. Lo desconocido es inagotable. No temer, pues, a que no quede nada por descubrir. En todo caso el desafío siempre estará reservado por naturaleza al empeño de cada cual. Uno debe venir yendo. Por cierto, si alguien quiere identificar mejor al autor de la cita -terreno de las curiosidades mundanas- diré que se le conoce también como San Juan de la Cruz. Sorpresas que suelen depararnos esos heterónimos queridos o sin querer con que muchos escritores se han manifestado. 




Fotografía de Martin Stranka


1.12.13

Handala tiene muchos rostros (que no se muestran)





















Trinidad Deiros en la revista La marea: "Handala proviene del nombre árabe de la coloquíntida o tuera, una planta de raíces tan profundas que vuelve a crecer aunque la arranquen, pero cuyo fruto es tan amargo que ni los hambrientos animales del desierto se alimentan de ella." Y con ese nombre y esa representación el dibujante y refugiado palestino Naji Salim al-ali (asesinado hace casi treinta años) dio vida a la criatura. Un niño, un refugiado que, semejante a Oskar de El tambor de hojalata de Grass, no crece como protesta, en el caso de Handala por la situación de anormalidad que los palestinos viven en su propio territorio. Handala es, pues, amargura, según Al-Ali, una amargura que hoy día no se ciñe al territorio dominado por Israel sino que podría extenderse a cuantos han tenido que salir por pies (caso de Siria de lo más reciente) o a aquellos que tratan de llegar a España desde países lejanos de África, aun corriendo el riesgo de saltar verjas que les pueden destrozar. Handala, el niño símbolo que se muestra de espaldas, no es un actor pasivo ni inmovilista ni traiciona la realidad. Sus manos atrás no son un gesto de reposo sino de protesta. Se podría incluso considerar con un carácter universal, a través del cual estaría en todo caso repudiando la barbarie y rechazando el estado de cosas que condena a miles o millones de personas al desarraigo y a la miseria.


          













Dibujos de Naji Salim al-Ali




29.11.13

Frente a un poema de Octavio Paz




















¿Verdad que la expresión frente a no es lo mismo que enfrentado? Y, sin embargo pueden serlo. Hombre frente a paisaje, frente a pasado, frente a silencio, frente a algarabía, frente a desproporción, frente a otro ser humano...¿Eso implica estar contra el paisaje, el pasado, el silencio, la algarabía, la desproporción o el otro ser? Quiero pensar primero que frente a es una observación, un tanteo, una sorpresa, un pulso incluso. Siempre me gustó mucho el poema Dos cuerpos de Octavio Paz:

"Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano."

Rumor que emana, lo particular disolviéndose en el conjunto, la brevedad en la prolongación, lo tenue en lo intenso. Cuánto de cósmico hay en las pequeñas actitudes solo se comprueba poniéndose dos cuerpos frente a frente. Para que lo grande  -el océano, el desierto, la noche, el relámpago o el cielo...y por qué no, la vaciedad-  se manifieste en nuestra inmensa pequeñez. Tal dice entero el poema.


Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche es desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.






Fotografía de Lucien Clergue


28.11.13

El camino, no la cima, entre Nietzsche y Friedrich


















Incansable Friedrich Nietzsche e inagotable el goce persistente que procura leerle, esta vez en El caminante y su sombra: "Viajeros por placer. Escalan la montaña como animales, estúpidos y sudorosos; se habían olvidado de decirles que por el camino hay vistas hermosas." ¿Tendría en mente el pensador la célebre imagen del contemplador de los riscos? Nietzsche no era dado a contemplar las nubes que lo ocultan todo. Para él, el camino, sea en ascenso o en descenso, ofrece variados paisajes donde hay que detenerse, sea o no grato admirarlo. Tampoco Caspar David Friedrich está en lo más alto, sino solo allí donde cree estarlo. ¿Quién nos dice que simplemente no estaba sino contemplándose a sí mismo?




26.11.13

La vida de Galileo vista por Brecht




Bertolt Brecht escribió la obra La vida de Galileo no solo para debatir sobre el carácter y la propiedad de la ciencia y de la técnica, sino también como expresión que resalta los elementos políticos y éticos del desarrollo y utilización de las mismas. En un momento de la obra el personaje Sagredo le dice a Galileo: “¿Cómo puedes confundir la lastimosa astucia [de los hombres] con la razón”? Y Galileo le contesta: “No hablo de su astucia. Sé que llaman al asno caballo cuando lo venden y al caballo asno cuando lo quieren comprar. Esa es su astucia. La vieja, que la noche antes del viaje le da con su mano seca un haz de heno más al mulo, el navegante que, al comprar provisiones, piensa en la tormenta y en la calma chicha, el niño, que se pone la gorra cuando se le demuestra que puede llover, todos ellos son mi esperanza, todos atienden a razones. Sí, tengo fe en la suave violencia de la razón sobre los hombres. A la larga no pueden resistírsele. La seducción que se desprende de una prueba es demasiado grande. La mayoría se rinde a ella, y a la larga todos. Pensar es uno de los mayores placeres del ser humano”. 

Pensar, discurrir, sentir la suave violencia de la razón, actuar. Ni la técnica ni la ciencia se aplican por sí solas, ni por sí solas son garantía de la transformación. Al fin y al cabo todos los días vemos su uso dual, contradictorio y enajenante incluso, porque los dioses siguen poseyéndola para su negocio y su dominación. Los mortales solemos recibir las migajas, mientras auspiciamos nuestros propios héroes prometeicos. Pero, cuidado con el complejo de héroes a nuestra disposición. En otra parte de esta obra de Brecht, uno de los seguidores de Galileo salta: "¡Pobre del país que no tiene héroes!". A lo que el astrofísico responde: "Oh, no, más bien pobre del país que necesita héroes."

















25.11.13

Y Afrodita habita entre nosotros




















"Si hundo mis raíces en la tierra, ¿qué me queda?
Almanaque de hojas verdes
en el azul de borde-amar.
Playa lenta, playa ancha,
tiempo anhelo,
higuera verde jugando
a estampar arena contra las olas bravas.
Tan lujuriosas, tan ávidas
de nombre."

Leer Los parasoles de Afrodita, de la autora sevillana Sofía Serra, publicada por la editorial Baile del sol, y sentirnos un poco más tocados por el don fértil de la diosa. La diosa que despliega sus dones de modo análogo a como emergió en medio del oleaje. Una invitación a replantearnos la vida: nacer para el placer, crecer para la belleza, recrear para vivir en armonía. La Venus nos unge una vez más a través de los versos de la poeta. Pero nada nos libra del combate con el antagónico de Eros, el enemigo que aguarda agazapado. Pero entonces, ¿qué hacer? Jugar (las posibilidades), sortear (lo adverso), demorar (lo ineludible) Sentir la humedad de las palabras que nos hacen renacer:

"Golpe de lluvia soy,
me iré cuando el sol emerja."




Fotografía tomada de uno de los blogs de la autora   

24.11.13

La atracción por discurrir




















Lo cuentan en un programa de radio en que hablan varios entendidos sobre el papel de la filosofía hoy. Una profesora escuchó este diálogo entre niños de siete años en su clase:

" - ¿Que qué es un problema? Pues algo muy grave. Cuando hay gritos en casa o todos se ponen muy serios es que hay un problema.
   - Es que un problema es algo que no se puede resolver.
   - No, no, si es un problema se puede resolver. Si no se puede resolver entonces es una catástrofe."

No sé si existe la filosofía a tan temprana edad. Pero la capacidad de discurrir ya brota y el razonamiento se pone en marcha. Pienso entonces en lo bonito que es dejar que lo niños discurran. Lo interesante no es meterles ideas, y menos doctrinas,   sino facilitarles el desarrollo de su propio pensamiento. Evidentemente, antes o después la gente piensa por sí misma. Solo que unos renuncian pronto o limitan el desarrollo de su indagación sobre la vida y otros lo mantienen como método irrenunciable.




Fotografía de Henri Cartier-Bresson


23.11.13

Las definiciones de Patricia de Souza















Leo en Babelia a Patricia de Souza, escritora peruana: "Escribir nunca ha sido tarea fácil, es encontrarse a solas con sus límites, sus miedos, es tratar de girar en torno a una verdad efímera, un planeta solo flotando en la inmensidad." Confesión calma en tiempos de escrituras abundantes. Los límites: exigencia de nuestra profundización interior. También una línea muchas veces invisible con los otros mundos, los otros hombres, las otras obras. ¿Nuestros miedos? Tal vez se resuman en uno: llegar a saber. Queremos conocer, pero tememos conocer. ¿Por lo ignoto que hay dentro de nosotros? ¿Por el riesgo a sentirnos desprovistos al abrirnos a lo exterior o al prospectar en el infrahumano que llevamos a cuestas? Patricia Souza acierta: reconocer la dificultad con modestia.