13.1.14

Los visitantes de la noche de las poetas






















Qué tendrá la noche. Como un clamor hace de nosotros su posesión. Tesoro o inmundicia, lo que quiera hace de nosotros. La noche, al decir de Alejandra Pizarnik, se convierte en la vastedad del vacío que puede ser ocupado por lo imprevisto:

"Un agujero en la noche
súbitamente invadido por un ángel."


Lo inesperado tiene rostro protector, de deseo, de autoestima, de conciencia, de revelación...Incluso lo que habita en nosotros lo deseamos nuevo, como viajero desconocido que nos estaba recorriendo sin cesar. Anhelamos que llame a la puerta de nuestros sentidos cada noche. No importa su forma ni su voz ni su levedad ni su convocatoria. ¿Nos preparamos para recibir al visitante? Y en esto llega Idea Vilariño y remata la tentación con su propuesta:

"Buscamos 
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido."


Ángel o pájaro, desearíamos volar. Mas permanecemos, rendidos. Después de su visita, ¿somos los mismos?


Fotografía de Camino Roque