2.1.14

Fernando Colina y nuestro apego














"Nacemos sin protección, con un cuerpo lechoso y un cerebro de gachas. Todo en nosotros es frágil y amorfo. Sin una madre al lado que nos proteja y alimente pereceríamos sin remedio." Psiquiatra Fernando Colina en un reciente artículo de prensa titulado Frío. Condicionamiento del actual mamífero hombre. La madre, fundamental en los primeros meses (también en los siguientes años, pero de modo ya más distendido) ¿Recibir la leche y nutrirnos? ¿Defecar y ser limpiados? ¿Tener frío y ser cubiertos? Todo eso y más, mucho más da la madre. Incluso más allá del mero y aparente marco físico. Continua Colina: "Pero con esto no resumimos toda la invalidez que nos amenaza en la infancia. Hay también una necesidad básica que trasciende lo meramente físico y se adentra en otro espacio más misterioso. Un lugar donde prospera el hambre de un alimento amoroso que nos llega a través de la voz, del afecto facial y del capricho de las caricias y los mimos. En este crisol se amasa una vinculación personal que sirve de matriz indispensable para vivir. En su interior se construye una relación personal tan intensa y exclusiva que hace de patrón para todas las que han de seguir. A este vínculo, estrecho como ningún otro, lo llamamos apego, y al temor que suscita su ruptura lo calificamos de angustia de separación, que se convierte pronto en el trono de todas las angustias." Vínculo de subsistencia, vínculo de afecto a lo largo de la vida, vínculo insuperado por muchos. Cuando ser atendido por la madre genera una correspondencia compleja para el hijo. ¿Se tejen allí mismo, en aquellos cuidados, las emociones, los deseos, las sensaciones que nos marcarán para el resto de nuestros días? Sin duda. Pero también el resto de la vida será un enrevesado y costoso proceder. La clave: que el apego inicial no suponga una dependencia anuladora tal que conduzca la personalidad del individuo por veriecuetos insanos. Pero hay que andar el camino. Y el de cada uno es a la carta. Que no siempre se elige.