16.2.24

Lúcido Edgar Morin a los casi 103 años en su visión del mundo y del planeta

 








Edgar Morin, filósofo,  casi 103 años, clarividente, lúcido y preocupado por la Humanidad escribe en El País: "Las guerras del presente agravan la acumulación de crisis que afectan a las naciones, alimentadas por el virulento antagonismo entre tres imperios: Estados Unidos, Rusia y China. Las crisis se refuerzan mutuamente en una especie de policrisis ecológica, económica, política, social y civilizatoria que va en aumento". Tal vez no sea nuevo del todo en la historia de la Humanidad, pero también es verdad que probablemente nunca se dio de manera tan completa, extensa y polifacética. De ahí que el filósofo afirme que nos encaminamos hacia posibles catástrofes y avisar de ello, se pregunta, "¿Es esto catastrofismo? Esta palabra exorciza el mal y da una serenidad ilusoria. La policris que vivimos en todo el planetas es una crisis antropológica: es la crisis de la humanidad incapaz de convertirse en Humanidad".

Ahí es nada, o es todo. Que la especie no acaba de constituirse en su carácter constructivo definitivo, y probablemente no sea cosa de buenismos y caridades sino de entregarse a una acción decidida. Afirma Morin: "Hubo un tiempo, no hace tanto, en el que podíamos contemplar un cambio de rumbo. Parece que es demasiado tarde. Por supuesto, puede ocurrir lo improbable y, sobre todo, lo imprevisto. No sabemos si la situación mundial es solamente desesperante o verdaderamente desesperada. Esto significa que, con o sin esperanza, con o sin desesperación, debemos pasar a la Resistencia".

Pero uno se pregunta cómo resistir en un mundo en que los individuos estamos tan maniatados, tan ciegos, tan autocensurados y autosujetos diría yo, y no cabe sino esperar palabras constructivas como las del filósofo: "La resistencia primera y fundamental es la del espíritu. Significa resistir a la intimidación de toda mentira blandida como verdad y al contagio de toda embriaguez colectiva. Siginfica no ceder jamás al delirio de la responsabilidad colectiva de un pueblo o de una etnia. Exige resistir al odio y al desprecio. Impone una preocupación por comprender la complejidad de los problemas y los fenómenos en lugar de ceder a una visión parcial o unilateral. Requiere investigación, verificación de la información y aceptación de las incertidumbre". Propuesta que exige una intervención personal y fuerza una reacción desde nuestros ámbitos más próximos a la presión sobre los poderes que cada equis tiempo votamos o les damos cancha con nuestra abstención. No quisiera uno que fuese misión imposible.



8 comentarios:

  1. No sabemos si la situación mundial es solamente desesperante o verdaderamente desesperada.
    Es una frase trascendente y comprometedora, pasa del yo al conjunto.
    Lo que está claro es que vivimos en un estado de desesperación tranquila.
    Gracias

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  2. Sí tenemos que verlo desde un punto de vista antropológico -crisis, dices- yo me atrevo a afirmar que nada nuevo bajo el Sol. Somos el depredador mas efectivo de nosotros mismos y parece que la virulencia del depredador crece de modo directamente proporcional a la cifra demográfica.
    Seguimos haciendo lo mismo que hemos hecho siempre, solo que las armas y la violencia cada vez es mas eficaz.

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    1. No me cabe duda, pero la perfección alcanzada en el material capaz de destrucción no sé si supera ya al constructivo.

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  3. Enorme pensador, cuya vida, longeva, fue muy importante en el pensamiento del ser humano.

    Un abrazo

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    1. Siempre fue un rompedor en materia de método en el mundo filosófico que es más político de lo que nos pensamos (el ámbito del pensamiento, me refiero) He leído algunas cosas suyas, sobre todo de hace tiempo, y no todas las he captado bien, pero me ha parecido de lo más clarividente. Junto con el filósofo germano Günther Anders.

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  4. Estoy de acuerdo con Edgar Morin en que la crisis actual es ecológica, económica, política, social y civilizatoria, y es además como el rio que se acelera ante una cascada cercana. Nos mueve una inercia tan autodestructiva para nosotros y para todo el planeta que si no damos un giro, conscientes de lo que no queremos, la barbarie seguramente es lo que nos espera.
    Individualmente podemos resistirnos a lo que no vemos razonable y dejar de alimentar a lo que incita al odio y al sufrimiento, por pura supervivencia y por compasión hacia los que vienen detrás. No creo en soluciones globales, creo que cada uno se debe plantar y decidir a que le da valor y a lo que no al margen de la mentalidad colectiva, tan polarizada a veces que no nos deja serenarnos y tratar de pensar con claridad.

    Un abrazo!!

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    1. Puede que lo vivido por la humanidad occidental y rica pague y haga pagar a todo el planeta sus propios éxitos y desmesuras, es decir aquello que se suele decir de morir de exceso (para unos) Lo preocupante es que no queremos bajar el listón -la espiral productivista no cesa, el consumo desaforado no se rebaja y el Oriente que despega va por el mismo modelo- y encima se vota a partidos que niegan la realidad. La crisis que ha llegado viene también por nuestras ambiciones. No se quiere aceptar que es necesario otro modelo de todo; de producción, de consumo, de vida en definitiva. Pero ahí está la posibilidad de guerras generalizadas que ajustarán los desequilibrios a lo bestia (es la lógica capitalista tradicional)

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