7.2.16

Ser los otros, a propósito de Vila-Matas y Pessoa















Enrique Vila-Matas en una entrevista en El País de hoy: "La creencia de que tenemos una personalidad compacta se rompió hace mucho tiempo". Sin embargo muchos siguen pagando la influencia de aquellas ideas que reducían al hombre, acaso para ser mejor controlado. Cuando al escritor le pregunta el periodista: "En sus libros, en sus artículos, expresa esa aspiración borgiana de ser otro. ¿De dónde le viene?", Vila-Matas responde: " Imagino que desde un primer momento, aunque sin yo saberlo, viene de El Quijote, la historia de alguien que sale al campo para ser otro". Esa necesidad de ser otro u otros, de no bastarnos con los testigos, de multiplicarnos por la propia necesidad secreta que nos bulle dentro. Ese ser otro u otros para probar, comprobar y sentirnos actores de mundos posibles. Por eso aquel fragmento del Libro del desasosiego de  Fernando Pessoa: "El mundo exterior existe como un actor sobre un escenario: está allí, pero es otra cosa". ¿Otra cosa que espera que la ocupe el individuo?




4.2.16

Recuerda, cuerpo. Un poema de Kavafis















Recuerda cuerpo, cantaba Konstantino Kavafis. Y tal vez el cuerpo que no era el mismo le hacía recordar. O acaso hablaba de lo perdido, y la pérdida era aún joven mientras su cuerpo iba siendo más viejo. O la voz se manifestaba como testigo del deseo; el que nunca se materializó junto a otros deseos y no llegó a habitar otros cuerpos. Pero ¿es siempre el pasado una caja cerrada? ¿Hay una última puerta de las estancias del amor? ¿Permanece una rendija por donde el recuerdo llega flotante y generoso? La memoria esboza sonrisas disimuladas en los labios ancianos.  


"Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto fuiste amado,
no solamente en qué lechos estuviste,
sino también aquellos deseos de ti
que en los ojos brillaron
y temblaron en las voces - y que hicieron
vanos los obstáculos del destino.
Ahora que todos ellos son cosa del pasado
casi parece como si hubieras satisfecho
aquellos deseos – cómo ardían,
recuerda, en los ojos que te contemplaban;
cómo temblaban en la voz, por ti, recuerda, cuerpo "



30.1.16

Lenguaje y razón frente a ocurrencias

















Aviso a los navegantes políticos emergentes por parte del escritor Antonio Muñoz Molina: "Vivimos una época de abaratamiento mental en la que la juventud, por sí misma, se considera un mérito político, y en la que las ocurrencias indumentarias o capilares se presentan como declaraciones de principios". La antítesis de tiempos antiguos y tribales, o no tan tribales, en que la ancianidad, por sí misma, se consideraba sabia. Naturalmente ni eran sabios todos los viejos ni todos los jóvenes de ahora se dejan camelar por la trayectoria de la moda política que parece imperar. Sin embargo, es cierto que la experiencia como valor virtuoso parece estar en decadencia. Muchos jóvenes advenedizos a la cosa pública se exultan y exaltan extremadamente para satisfacer su narcisismo como si fueran un pozo de ciencia.

El mayor error que podríamos cometer todos es caer en un enfrentamiento entre generaciones. Bien porque las mayores desconfíen de lo nuevo o porque las jóvenes se duchen en su engreimiento apartando a los que tienen callos en el culo de tanto ver cosas y pagar frustraciones. Y no perdamos el buen uso de las palabras. Ya decía Marco Aurelio que "las palabras antaño familiares, son ahora locuciones caducas". Impidamos que el lenguaje pierda el norte de la expresión de la lógica, de la sensatez y de la razón. Mucha palabra de hoy día lleva camino de no significar más allá de una ocurrencia. "El lenguaje tiene luz, y no es una metáfora", opinaba hace poco Emilio Lledó. Que se lo apliquen los próceres que no quieren soltar el sillón y los aprendices de brujo que creen descubrir el mundo de la representación política. Apliquémonos todos. 





26.1.16

Florecilla de Jesús Lizano















He aquí una Florecilla que encuentro en el poemario Lizanote de la Mancha, de Jesús Lizano:

"Demostrado está:
a mayor consciencia
mayor soledad".


La consciencia, ese otro camino arriesgado (paralelo, transversal, incluso elíptico) del conocimiento, que tiene más recorrido y profundidad. Y sobre todo, que nos explica mejor a nosotros mismos. ¿Será debido al temor y el esfuerzo de recorrer ese trayecto por lo que abundan principalmente los inconscientes?






25.1.16

El retiro profundo, en versión de Marco Aurelio















"Se buscan retiros en el campo, en la costa y en el monte. Tú también sueles anhelar tales retiros. Pero todo eso es de lo más vulgar, porque puedes, en el momento que te apetezca, retirarte a ti mismo". Genial recomendación del emperador Marco Aurelio en el libro IV de sus Meditaciones. Pensamiento que hoy no sería bien aceptado en el comercio turístico ni entre los psicólogos, que tanto ayudan a demorar el afrontamiento del hombre consigo mismo. "En ninguna parte un hombre se retira con mayor tranquilidad y más calma que en su propia alma". El que tiene estrés profundo o falta de armonía o simple desasosiego lo va a llevar también en vacaciones, ese concepto equívoco del hombre de nuestros tiempos. "Concédete, pues, sin pausa este retiro y recupérate. Sean breves y elementales los principios que, tan pronto los hayas localizado, te bastarán para recluirte en toda tu alma y para enviarte de nuevo, sin enojo, a aquellas cosas de la vida ante las que te retiras". ¿Enseña esto la psiquiatría y la psicología modernas? Son simples pensamientos basados en la experiencia de lo que les sucedía ya a los hombres de épocas pretéritas. Pero hoy acumulamos tanto innecesariamente, que sustituye nuestro Yo más profundo y lo abandona a su suerte...




22.1.16

Mapas para un país que nadie ha visto, según Gregorio Luri















Profesor de Filosofía Gregorio Luri, hablando de una entrevista que le ha hecho un periodista por teléfono: "También estaba interesado -no sé por qué- en conocer mi opinión sobre el futuro. Le he dicho que sabía poco del futuro, pero que me daba la impresión de que hoy el futuro se ha convertido en un fenomenal negocio, una enorme fuente de ingresos del presente. Nunca ha habido más gente que ahora vendiendo mapas de carreteras de un país que nadie ha visto". No sólo están a la venta mapas con carreteras y cruces a medio dibujar unos, o con trazados harto repetidos e inservibles otros. Es el chalaneo, la publicidad del cómpreme estos clavelitos, la carrera por el puesto y la situación. El problema no sé si es el negocio, los mapas dudosos o el país en sí. O, mejor dicho, ya que decir país es decir una generalidad, sus pobladores.





19.1.16

Adiós a Leila Alaoui, fotógrafa franco marroquí asesinada en Burkina Fasso


















Leila Alaoui, fotógrafa franco marroquí, en una entrevista en la publicación Urbain, de Tánger, hace casi dos años: "La estética en la imagen es muy importante para mí. Sin estética es difícil crear emoción. Las imágenes estéticas contienen siempre un mensaje más fuerte". Tal vez estética, emoción y a veces riesgo para percibirlas se hayan juntado para llevarse de este mundo a Leila.

Los energúmenos del fundamentalismo islámico acabaron hace unos días en el atentado de Burkina Fasso con su vida. Esta mujer, de 32 años, había realizado trabajos sobre los tipos humanos del Marruecos tradicional y profundo, pero también diversas series fotográficas y vídeos sobre las travesías de los subsaharianos, los refugiados sirios en Líbano, la huida de la juventud marroquí a Europa (curiosamente la serie de fotografías sobre este tema la titula No Pasara) o un original trabajo titulado L'île du diable, referido al desarraigo y las condiciones de vida de los trabajadores de las colonias que trabajaron en la isla Seguin, de París, donde estuvo instalada la fábrica de Renault Billancourt, y con muchos de los cuales, ahora jubilados, se entrevistó para conocer sus vivencias.

Tal parece que la mano del terror fanático, cuyos fines probablemente están muy pensados, quisiera acabar siempre con los mejores. Leila Alaoui fue una fotógrafa rompedora que, con la juventud y experiencia que aún poseía, nos habría dejado un trabajo riguroso y de gran nivel. En homenaje y reconocimiento a esta antropóloga de la imagen, como la denominó el periódico Urbain, dejo aquí algunas de sus fotografías. 


























12.1.16

Zygmunt Bauman da en la diana














"Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza". Sociólogo Zygmunt Bauman, en Babelia. ¿La confianza en la democracia o en la capacidad de los que deberían mantenerla fresca y funcionando? Bauman: " La creencia de que los líderes no solo son corruptos o estúpidos, sino que son incapaces. Para actuar se necesita poder: ser capaz de hacer cosas; y se necesita política: la habilidad de decidir qué cosas tienen que hacerse. La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado. El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes. La política tiene las manos cortadas. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración. El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos. Las instituciones democráticas no fueron diseñadas para manejar situaciones de interdependencia. La crisis contemporánea de la democracia es una crisis de las instituciones democráticas". ¿Qué decir? Tras escuchar al sociólogo uno duda del doble cambalache de estos días, en el Estado español  -con el resultado de las últimas elecciones sin un ganador competente-  y en las instituciones catalanas  -con el chalaneo y el pacto de amigos a medias que mañana pueden asestarse cuchilladas-. La crisis, como bien dice Bauman, va más allá, pero ya se sabe que España sigue siendo un viejo reino de taifas, con una cultura del amiguismo, con contados hombres de Estado en su haber y con limitado recorrido en su Democracia. Bauman, que es un tipo duro y con claridad meridiana, no se anda con chiquitas: "El cambio de un partido por otro partido no va a resolver el problema. El problema hoy no es que los partidos sean los equivocados, sino que no controlan los instrumentos. Los problemas de los españoles no están confinados al territorio español, sino al mundo. La presunción de que se puede resolver la situación desde dentro es errónea." Y aquí parecen no enterarse los tirios y troyanos que, con sus peculiaridades y pintoresquismos, no salen del círculo de servir al mismo amo.



9.1.16

Roberto Andò y el pasado compartido













Cineasta Roberto Andò en su film Diario sin fechas: "Alguien ha escrito: nunca hay un pasado común, nunca hay un pasado para convivir, sólo se pueden compartir las leyendas".  Tal vez nunca hubo un pasado único y todo reside en lo que nos da la impresión que fue. Voy más lejos: el pasado es una ficción sobre la que se especula en el presente. Ciertos intereses confusos de la actualidad remiten a un pasado que acaso ni se vivió ni se puede, por lo tanto, revivir. Ahora bien, también las leyendas son una manera de vida, no obstante lo especular e imaginario que contienen. Pero ¿hay que vivir sobre lo incierto, desde el mito, justificándonos con supuestos tiempos y situaciones que otros sufrieron más que compartieron? ¿Con qué garantías de que no vamos a ir a peor? No se vive de lo legendario.



31.12.15

Un poema (dos poemas) de Juan González



























Poeta argentino Juan E. González: "Escribir siempre es un desafío que comienza cuando uno se enfrenta con la página en blanco. Lo maravilloso es cómo esta va cubriéndose de palabras, de frases, hasta que el texto poético surge". ¿No es espléndido saber que disponemos no de una sino de muchas páginas en blanco? ¿No es misterioso que nos reclamen? Juan González, que no creía ni en musas ni en inspiraciones, era un hacedor de la escritura. Porque ella no viene sola si no se ejercita. No se muestra si no se la urge. No se encarna si no se la pone voz que llega de la profunda lejanía de nosotros. El poeta de Tucumán conocería los versos de Octavio Paz invocando la relación de un poeta con las palabras: "...hazlas, poeta/ haz que se traguen todas sus palabras". Y así Juan nos dejó cantado: 

"Abro la sed abro
el deseo de
decir tu nombre
la hoguera
del mundo de bocas
cerradas
abro y saqueo tus
baúles
el oro de las axilas
o el marfil de tu saliva
y aprieto tu voz
ahogada en el grito
de las sonajas
del alfabeto
de la araña blanca
que anida
en tus pestañas”.

A continuación, un poema de Juan González dedicado a su hijo Hernán González, desaparecido y asesinado por la Junta Militar argentina, cuyos restos aparecieron en un pozo en 2014.





Juan González murió ayer a los 85 años en Tucumán, Argentina.  
  

Fotografía de Marcia Sleiman


29.12.15

Preocupado Emilio Lledó















Filósofo Emilio Lledó, en una entrevista reciente: "Es imposible hablar hoy de felicidad cuando ves las noticias. Te emborrachan. Nos están haciendo perder el pudor de la mirada". Las noticias, plagadas de sangre y de miserias, se nos venden cada día sin apenas reacción crítica desde los mismos medios. ¿Será que por investigar en las causas y valorar los efectos se vende peor el producto mediático? De ahí que Lledó apostille: "Estamos cayendo en un mundo en el que no sabemos lo que vemos, ni lo entendemos. Nos lo dan visto, interpretado y, en mi opinión, manipulado". La brecha entre mercado e individuo es cada vez más profunda. Solo que no es mera división, sino que el primero engulle al segundo y a la sociedad entera y sus efectos pueden volver a ser devastadores. ¿Bastará la conciencia del lenguaje para paliar la manipulación? Lledó: "El lenguaje es el principio de la sabiduría, pero también el lenguaje es el principio del engaño si nos lo manipulan". Uno piensa entonces en las neolenguas, no sólo en las que causaron estragos (con el nazismo) sino en las que está generando la publicidad y la locura envolvente del mercado actual. influyendo y determinando costumbres, conductas, decisiones. Tal vez por ello hay que valorar conceptos y revindicar palabras antes de que pierdan sentido. Tal el término indecencia. Dice el filósofo: "La palabra indecencia tiene que ver con el presente. Una de las indecencias más grandes que está pasando hoy en España es la degeneración de la gente; la indecencia que no es solo corromper bienes, es una desvergüenza y un engaño. Pero es también como se corrompe la mente de la gente". Aviados estamos.
















Fotografía de Saul Leiter


25.12.15

El pulpo de Jerzy Kosinski















Jerzy Kosinski en su peculiar Pasos: "Fui al zoo a ver un pulpo sobre el que había leído algo. Lo tenían en un acuario y lo alimentaban a base de mejillones, peces y cangrejos vivos...y de sí mismo". ¿Está hablando realmente Kosinski de un pulpo o del hombre? La antropofagia ha sido practicada en todas las culturas humanas consideradas más o menos primarias. Posteriormente, el canibalismo se corrigió en parte a través del simbolismo, aunque el aniquilamiento entre los individuos no se ha superado hasta la fecha. Somos omnívoros literal y simbólicamente. Nos reafirmamos con las nuevas maneras de devorarnos en especie unos a otros, a través del desenfreno del mercado, de la locura demográfica, del mantenimiento de vida infrahumana, del hambre y las enfermedades, de las guerras, de la contaminación que convierte en difícilmente habitable el territorio. Continua el escritor: "(El pulpo) se mordisqueaba los tentáculos, consumiéndolos uno detrás de otro. Era obvio que el pulpo estaba matándose poco a poco". No sé si la intención de Kosinski ha sido concebida como metáfora o es un efecto transversal. Pero, viendo lo que ve uno alrededor en el planeta y en las tribus de sus pobladores, ¿no da la impresión de que estamos reproduciendo la historia del pulpo?  



29.11.15

La utopía, en entredicho. La opinión de Ian McEwan
















"La utopía sirve para caminar", sugería Eduardo Galeano, que conocía perfectamente lo arduo y cruel de la vida. Y así escribía con ingenio que si andas dos pasos la utopía se aleja también dos pasos, y que si caminas diez pasos más en el horizonte ella se aleja a su vez diez pasos más. La figura literaria es bonita pero algo no va en la dura realidad cotidiana de los humanos si la utopía no se alcanza jamás y como mucho sólo sirve para caminar (yo añadiría que para seguir tropezando incluso en las mismas piedras) La utopía es como la esperanza, o una variante gráfica de ésta. Pero, ¿y si la utopía, en contra de lo generalmente admitido, únicamente sirve para avanzar a través de nuestra ceguera? Escritor  británico Ian McEwan: "Una de las nociones más destructivas en la historia del pensamiento humano es la utopía". Acostumbrados a las bellas palabras escuchar esto nos conmueve los cimientos. Algo así como si nos quitan la ilusión ¿qué suelo podemos pisar con certeza y seguridad? McEwan: "La idea de que puedes formar una sociedad perfecta, ya sea en esta vida o en otra posterior, es muy destructiva. Porque la consecuencia es que no importa si has matado a un millón de personas por el camino: el objetivo es la perfección y eso disculpa cualquier crimen". Ay, ahí los males, bien sean sus agentes las religiones y sus Iglesias o los Estado totalitarios que se han llevado por delante la vida de innumerables seres. "La idea de la redención, una idea milenaria, siempre requiere enemigos", concluye el escritor amargamente. ¿Caminamos pasos aunque el camino nos depare abismos?





24.11.15

¿Sirve para algo en estos días el cuento de Wolfgang Borchert?




















Cuento breve de Wolfgang Borchert, recogido en su Historias de un libro de lecturas

"Había una vez dos seres humanos. Cuando cumplieron los dos años de edad, se pegaban con las manos.
Cuando cumplieron doce, se pegaban con palos y se tiraban piedras.
Cuando cumplieron veintidós, se disparaban con fusiles.
Cuando cumplieron cuarenta y dos, se tiraban bombas.
Cuando cumplieron sesenta y dos, usaron bacterias.
Cuando cumplieron ochenta y dos, murieron. Fueron enterrados uno al lado del otro.
Pasados cien años, una lombriz que atravesó las dos tumbas no notó que allí estuvieran enterrados dos seres humanos diferentes."

Visto cómo anda el mundo en estos días, uno se pregunta si el cuento nada ficticio del sufridor Wolfgang Borchert sirve para algo. Que cada cual saque sus conclusiones. Personalmente pienso que no aprendemos nada. ¿Cómo será el mundo de las lombrices?



19.11.15

Escribir para escapar. Sadeq Hedayat
















Sadeq Hedayat en El búho ciego: "Durante miles de años se han estado diciendo las mismas palabras, realizando las mismas cópulas, experimentando las mismas desazones infantiles". ¿Fogonazo arriesgado de un resumen de la historia? No, ni el escritor persa lo pretende ni precisamente su novela es una reducción. Continúa: "¿Qué otra cosa es la vida sino un cuento absurdo, un proverbio increíble y estúpido?". Y en esencia lo es. Pero ya se sabe que la esencia de la vida corre unas veces como el agua de un hontanar y otras se estanca. La vida tiene para los hombres un sentido prestado. Se explica en su desenfrenada actividad y en el sometimiento a las normas, a las costumbres y a las reglas pactadas del juego. Es decir, no siendo nunca ellos mismos, sino un reflejo de lo imperativo. Hedayat: "Lo que ahora escribo, ¿no es acaso mi propio cuento, mi propia historia? Los cuentos no son sino la vía de escape de los deseos frustrados; deseos que cada narrador ha concebido en estrecha y heredada mentalidad y que no ha conseguido satisfacer". Acabáramos. Salve o no salve la literatura es un asidero de la supervivencia interior. ¿Sólo asidero? Probablemente no sea sino un ejercicio más del hombre Sísifo, pero esta vez no tanto como condena sino como búsqueda de redención.


Apunte: No perderse El búho ciego, es canela en rama.
















11.11.15

La voluntad de unos pocos, según Pedro Olalla














Pedro Olalla en el prefacio de su Historia menor de Grecia: "Trabajando en esta obra creo haber aprendido que lo que ha hecho mejor al mundo es la voluntad y la integridad de algunos individuos". ¿Una minoría es la que salva el mundo? Prosigue Olalla: "Si hoy el mundo es en algo mejor que en el pasado, es porque ha habido hombres que en algún momento han preferido hacer lo que consideraban bueno, aunque hayan fracasado o sucumbido, o, mejor dicho, aunque en ocasiones su victoria haya sido tan solo moral". ¿Así de simple? ¿Todo depende de la voluntariedad de los hombres? No creo que el helenista español vaya por la simpleza, pero admito su mensaje de optimismo o, mejor dicho, de estímulo para que nos centremos en el lado constructivo de las cosas que tiene la humanidad. Ciertamente, en los tiempos sumamente espurios como los que vivimos, donde la cota de reducción de la vida al mero logro del beneficio a cualquier coste moral ha alcanzado récords históricos, que alguien nos transmita una reflexión sobre la integridad y el desprendimiento de ciertas personas es válido y asombroso. Surgen las preguntas: ¿Deciden esas personas íntegras el cambio de rumbo de las sociedades? ¿Influyen sobre grupos para que se multiplique el esfuerzo y el ejemplo? ¿Puede llegar tal actitud a constituirse en aspiración mayoritaria? Las preguntas y las dudas van de la mano. Pero Olalla retoma el vigor de conceptos antiguos y los carga de sentido: "Hoy, al igual que siempre, son progresistas quienes luchan contra la injusticia y la ignorancia, y son retrógrados quienes las favorecen por alguna razón".  Dicho de otro modo: lo moderno y posmoderno o pasa por la revisión y el planteamiento moral de las conductas y los fines que den un vuelco a las miserias históricas o caen por su propio peso de vaciedad.





8.11.15

Chantal Maillard: los libros no hieren














Chantal Maillard: "Los libros no hieren, lo que hiere es la existencia". Difícil no estar de acuerdo con la poeta. Pero los libros son transmisión de las experiencias de unos hombres a otros, y entre ellas también abunda el dolor. Para Maillard "...hay cosas que han de ser experimentadas. Lo que la escritura pretende no es herir, sino comunicar. Reconocer a la propia herida en palabras de otro es un bálsamo".  Alivio y también catarsis. No todo se goza o se sufre en las propias carnes, pero lo que otros nos transmiten nos pone en la pista. Incluso nos alienta o nos prepara para los momentos en que nos toque.  La lectura de buena literatura recompone lo que la vida misma puede estar quebrando, ahuyenta fantasmas y pone coto a las obsesiones, estimula y relativiza tanto lo que nos parece excelso como lo que percibimos deprimente. Aplicable al ejercicio de escribir, no sé si más íntimo que la lectura o simplemente más complicado y dificultoso. Obviamente no debe ser solo el dolor el objeto de las pesquisas de cualquier lector interesado o de cualquier escribiente que trata de desarrollar sus propios juegos de palabras. Todo lo relacionado con la naturaleza humana y con las manifestaciones del ser consigo mismo o con otros individuos es la materia prima para prospectar. ¿Para hallar la verdad? Algunos pensamos como Chantal Maillard: "La palabra 'verdad' ya no está en mis diccionarios". Lo denominado equívocamente verdad: esa valla que se nos vende históricamente como meta, y que tantas veces resulta un foso donde sepultarnos.


NB. Recientemente ha aparecido el último libro de Chantal Maillard, titulado La mujer de pie. Tal vez las declaraciones citadas tengan que ver con el contenido del libro. Habrá que ver.





31.10.15

El fuego de la invención para Peter Handke

















"Hoy, la literatura está en peligro de volverse periodística, de resultar indistinguible del periodismo". Escritor Peter Handke, en una entrevista en Babelia. Pues volveremos a lo clásico que, acaso, ni siquiera en nuestros días ha desaparecido del todo como estilo. Pero ¿es que el riesgo es nuevo? Las antiguas crónicas, anteriores a la novela y por supuesto al periodismo, ¿qué eran? ¿No tenían una extensión ficticia? Sin embargo le entiendo: "En periodismo todo es receta, todo son moldes y pautas que se pueden aprender." Yo diría que además manipular, enquistar en la mente de los hombres, con el peligro de reducir la capacidad de pensamiento (dado el tratamiento que se le da), canalizar para el ordenamiento de las reglas del juego que interesa. Probablemente periodismo y ficción están en las antípodas, aunque algunos autores jueguen a confundir los términos y hacer pseudoliteratura líquida. "La literatura -asevera Handke- no se puede aprender. Como mucho se puede aprender lo que no hay que hacer. La invención es algo distinto. Cuando en la experiencia destella la chispa de la invención, ahí la vida es divina. Se está pasando totalmente por alto que la ficción hoy día se da raras veces, que es un fuego que se enciende raras veces." ¿Habrá que descubrir nuevamente, por lo tanto, la invención del fuego, de todos los fuegos? 

Tiempos tan ordenados y peligrosamente rígidos, para no saber a dónde llegar, son estos que vivimos y que espantan. Y si además la invención literaria flaquea, ¿qué consuelo inteligente nos queda? En su fantástico Zadig o el Destino Voltaire hace una irónica introducción en la que menciona un antiguo libro llamado precisamente Zadig, escrito por un antiguo sabio, "que dice más de lo que parece decir." El libro gustaba mucho al sultán Ulug-Beg, y escribe Voltaire: "...pero las sultanas preferían Los mil y un días. '¿Cómo podéis preferir cuentos irracionales y que nada significan?, les decía el sabio Ulug. -Precisamente por eso nos gustan, respondían las sultanas."




24.10.15

Los nubarrones de Lledó y de Muñoz Molina














Filósofo Emilio Lledó al recibir el premio de Comunicación y Humanidades: "El cielo de las humanidades está en realidad llenó de nubarrones violentos". Nubarrones tras los que se agazapan las precipitaciones del atraso cultural. Uno no sabe para qué sirve tal premio cuando el mérito es del hombre que lo recibe en este caso, y no del Estado que gusta de tapar sus vergüenzas con las concesiones anuales de una Fundación. Insiste Lledó: "Las humanidades se aprenden, se comunican. Las necesitamos para hacernos quienes somos, para saber qué somos y, sobre todo, para no cegarnos en lo que queremos, en lo que debemos ser". Si el filósofo hace nombre a su condición, es decir, comunica sabiduría, ¿por qué los que otorgan el premio no tiran de las orejas a los gestores de un gobierno que se afianza cada vez más como de torpes? Tal vez la respuesta la da hoy en Babelia Antonio Muñoz Molina: "El analfabetismo unánime sigue siendo la gran ambición de la clase dirigente y de la clase política en España". Si el analfabetismo quedara en el seno de esos clanes, pues allá ellos con sus miserias intelectuales. Pero esos clanes -eterna alianza de intereses económicos y confesionales- deciden sobre el presente y el futuro de la enseñanza en todos sus planos. Por lo tanto sobre los individuos y sus posibilidades. Continua Muñoz Molina: "En cualquier capital extranjera donde he estado en el último año me encuentro con los mejores entre los que sí han aprendido: descubren la sorpresa de trabajar en atmósferas favorables a la investigación y al estudio, sin el castigo agotador de ir contracorriente; en la mayor parte de los casos aceptan con melancolía la evidencia de que si quieren progresar en lo que hacen, el precio será no poder regresar. Grave es que los nativos tengan vedado el regreso, pero igual de grave es que no haya posibilidad de atraer al talento forastero". Política gubernamental: ni comer las berzas ni dejarlas comer. ¿Qué clase de progreso le espera a este país si no se prepara integralmente a los alumnos y si no se les proporciona marcos de investigación que además sean su modus vivendi? Parangonando cierta frase histórica, ¿también estudiar en España será llorar?








18.10.15

Un escrito de Eduardo Chillida, a propósito de Jorge Guillén
















Escultor Eduardo Chillida en sus Escritos, hablando de Jorge Guillén: "De repente leí (encontré): Lo profundo es el aire." Y aquel hallazgo entre las páginas de Cántico, hijo del azar pero también de su predisposición perceptiva, le llevó a Chillida  a realizar casi una docena de homenajes al poeta, en piedra y en metal. ¿Es el artista hijo de lo anterior, del trabajo realizado por otros y del suyo propio, del largo y constante aprendizaje? Eduardo Chillida en su escrito Yo soy un fuera de la ley: "No creo demasiado en la experiencia. Pienso que es conservadora. Yo creo en la percepción, que es otra cosa. Es más arriesgada y más progesista". Sublime percepción, ¿hija de los sentidos y de la observación refleja? No le falta razón. Tal lo empírico parece que siempre sentara cátedra de lo inamovible y, por lo tanto, para un artista resulta peligroso, limitador. Chillida: "He llegado a darme cuenta de que pierdo fuerza conforme pasan los años. Un día, pensando en estas ideas, me di cuenta de que había una cosa en la que yo seguía mejorando con la edad: la percepción. Percibo mejor. Incluso mis ojos ven mejor, siendo peores que cuando tenía treinta años. Eso es muy positivo y gratificante". ¿Es la mirada una dimensión profunda y, sin embargo al alcance de los sentidos, en el significado de Jorge Guillén? 

Continúa el escultor demiurgo: "Hay algo que todavía quiere ir hacia arriba y quiere crecer. Además, creo que eso es lo que hace percibir, y el percibir actúa directamente en el presente, pero con un pie puesto en el futuro. La experiencia, en cambio, hace lo contrario: estás en el presente, pero con el pie puesto en el pasado. Es decir, prefiero la postura de la percepción. Todo mi trabajo es hijo de la pregunta. Soy un especialista en preguntas. Algunas sin respuestas". Las reflexiones de Chillida me hacen concebir al artista creador como el hombre-todo-movimiento. Guiarse por el instinto, dejarse atraer por la perspectiva de lo no descubierto o no respondido, sentir lo sensorial e intuitivo como claves, abandonarse a ese no saber dónde se puede llegar, incitado constantemente a progresar en las formas y los significados. De todo ello cabe una hermosa búsqueda conforme al asombro y a la admiración por lo que se percibe y se comprueba sobre la marcha. 


Nota. El libro Escritos, de Eduardo Chillida, está editado por La Fábrica Editorial. Una joya de meditaciones personales.















Eduardo Chillida fotografiado por Alberto Schommer.



16.10.15

Nuestro pasado tan extranjero. L.P. Hartley















L.P.Hartley al comienzo de su novela El mensajero:  "El pasado es un país extranjero: allí las cosas se hacen de otra manera". Si el pasado es extranjero, ¿qué será el porvenir? O ¿es que acaso nos es tan familiar nuestro vivir día a día? Tal vez la extrañeza nos domina en cualquier tiempo. Y lo que consideramos allegado en realidad nos resulta ignoto. Pero estoy de acuerdo con Hartley: allí, en lo que fuimos o habitamos, las cosas las hicimos de otro modo. Mirar si bien o mal es otro tema. Hoy, aquello, lo vivimos (recordar es revivir o fingir que lo revivimos) con otras reglas, otro lenguaje, otros criterios. Lo malo de ese país extranjero es que ya nadie nos expide pasaporte para visitarlo.

N.B. La cita del libro de Hartley me parece tan intensa que no paso de los dos renglones en los que la leo. El resto de la novela puede esperar.





3.10.15

Prosa y poesía en Josef Koudelka















Antonio Muñoz Molina, a propósito de la obra de Josef Koudelka: "Aparte de la escritura en prosa no hay otro arte que abarque tanto y ofrezca posibilidades expresivas tan variadas como la fotografía." ¿Artificios opuestos o complementarios? Acaso solamente soportes que pueden o no encontrarse por azar pero que expresan lo existente con análogo y certero vigor. "La prosa, como la fotografía, es un instrumento muy adecuado para examinar lo concreto, y quizás es ese rasgo el que las une más profundamente, lo que mejor saben hacer las dos", matiza el escritor. ¿Permanecería, pues, la prosa, como la mera vertiente relatadora de los acontecimientos, mayores o minúsculos? Quienes escriben habitualmente saben que la prosa no es únicamente método y forma, sino que se precipita desde dentro de los sentimientos y las emociones. Asevera Muñoz Molina: "Lo opuesto de la prosa no es la poesía, sino el verso, porque escribiendo en prosa se pueden lograr intensidades de expresión tan altas como las de un poema. Y algo parecido sucede con la fotografía, que comparte con el haiku el misterio de la instantaneidad." Poesía, por lo tanto, en la prosa y en la fotografía. Porque se encuentra de modo natural en las vetas del hombre, más allá, más abajo, de la apariencia y la formalidad expresivas. La poesía, revista la característica del soporte que sea, es un cáliz de esencias que se derrama las más de las veces a goteo, en ocasiones como catarata, para mezclar el mundo de los sueños, el de las invenciones y el de los barros cotidianos de los hombres.













11.9.15

Tu mundo es éste. Carlos Sahagún






















Alguien me habla de la casualidad que encuentra entre las noticias de emigrantes y exiliados que perecen en el mar y unos versos de Carlos Sahagún en Primer y último oficio, editado hace treinta y seis años:

"Porque tu mundo es éste:
por él avanzas como quien sostiene,
a vida o muerte, un cuerpo sobre el agua."

Un naufragio, una flotación, el perecimiento antes o después. Tal es el tránsito; algunos lo  valoran por los años cotizados más que por el goce y el sentido. Otros no, otros son tachados de negativos o pesimistas, y poco falta para que se vea tras esa actitud una condición subversiva y asocial. 

Hace unos días, olvidado ya como poeta, murió Carlos Sahagún. Me asombro ahora, cuando uno va entendiendo algunas cosas contrarreloj, de aquel preciso y sabio pesimismo del poeta. Sahagún probablemente pertenecía a aquellos cantores que no lo son para templar gaitas ni participar en juegos florales, que aún se dan de modo descarado o encubierto. Tu mundo es éste se titula el poema inicial del libro.

"Extintas ya las lámparas,
cae
toda la noche en tus rodillas tristes
y se detiene al fin,
como en un país extraño, la memoria
que nada reconoce aquí en lo oscuro.
Fatigados, tus párpados oscilan
entre las lentas sombras navegadas.
Y todo gira perezosamente,
todo es ceniza derramada a ciegas
alrededor del sueño.
Porque tu mundo es éste:
por él avanzas como quien sostiene,
a vida o muerte, un cuerpo sobre el agua."



9.9.15

Leopardi y la literatura líquida















¿Nos estará observando el poeta Leopardi desde la dimensión astral? ¿O acaso aquellas conductas que él mismo detectó en su época se han mantenido e incluso han ido a más? "Ningún libro clásico fue impreso en otros tiempos con la elegancia con que hoy se imprimen los periódicos y demás frivolidades políticas, hechas para durar un solo día." Ciertamente el lujo del papel, las técnicas de impresión, la invasión de imágenes y las maquetaciones han mejorado mucho las formas, pero ¿qué decir de los contenidos?, nos espetaría el autor de Zibaldone di Pensieri (Pensamientos) "El arte de escribir ya no se conoce y apenas se sabe de él algo más que el nombre. Y creo que todo hombre de bien, al abrir o leer un libro moderno, siente piedad hacia aquel papel y hacia aquellas formas de los caracteres tan tersas, utilizados para representar palabras tan horrendas y pensamientos, en su mayor parte, de tan poco valor." ¿Excesivo radicalismo de Giacomo Leopardi en su juicio sobre la literatura? Y sin embargo uno tiene a veces la misma sensación que Leopardi. Se hace, más que escribe, literatura líquida para tiempos y circunstancias líquidas, pasajeras, flor de un día. E incluso resulta difícil saber qué piensa el hombre de bien actual sobre los libros, puesto que apenas se habla de ellos. Salvo en esos pequeños reductos de entregados que no se rinden. Y además esa sensación de que lo literario en boga es pan para hoy y hambre para mañana. Claro que no faltará quien diga: mientras se tengan ganas de comer...O dicho de otro modo: lo importante es que la gente lea lo que quiera, pero que lea, que se suele oír. ¿Cualquier cosa?



Ilustración de Amedeo Modigliani




27.8.15

Herta Müller: cuestionando la interpretación de la historia.













Escritora y Premio Nobel Herta Müller: "La historia, ¿qué es la historia? Hoy, casi a diario, vivimos cosas sobrecogedoras en todo el mundo, y a veces pienso, que eso también algún día pasará a llamarse historia." Es como si dijera: con todo lo acontecido horrible se dará el carpetazo como historia y sanseacabó. Los crímenes, las injusticias, el sufrimiento, la devastación, las migraciones, el maltrato de  unos hombres por otros, ¿quedará impune para siempre? Müller prosigue su reflexión: "¿Pero quién interpretará todo esto y de qué manera? La soberanía interpretativa, ¿quién la tiene? Se dan enormes conflictos por las interpretaciones diferentes de las cosas. Cada parte tiene una perspectiva completamente distinta, a veces es tergiversadora, falsifica los hechos, otras veces es cierta. La mentira histórica, la negación de un crimen, es tan común." Naturalmente, al final de los conflictos o las crisis queda que las interpretaciones las hacen los vencedores. Y hay dos manera de hacerlas: o de manera abusiva y parcial u ocultando de modo sibilino datos que pueden ser decisivos. Solamente una minoría de historiadores independientes, y andando el tiempo, pueden ser capaces de investigar lo que ha tenido lugar. Pero incluso cuando lo hacen, el eco es reducido.

La escritora no se muerde la lengua y se implica en el tema español: " Cuando se trata de grandes crímenes, en la mayoría de los casos se niegan después. Y ya se sabe, en España también se sabe, cuánto tiempo llevan estas cosas. ¡Si tras tantas décadas no es posible solucionar el problema, y ni siquiera se sabe dónde está enterrada la gente y quién mató a quién y a cuántos! Esto luego se convierte en historia. Es una cuestión compleja que siempre me ha preocupado: ¿cómo se originan las grandes acciones políticas?, ¿cómo surgen los aparatos de poder o las jerarquías? Sólo está claro cómo se origina la impotencia, pues ella se queda fuera de todo. Siempre me he preguntado por qué funcionan sistemas en los que se degrada, destroza y aniquila al ser humano. Y por lo visto, funcionan tanto mejor cuanto más potencial destructivo desarrollan." Deberíamos hacer nuestras las dudas e inquietudes de Müller, porque no son divagaciones secundarias. Sin conocimiento del horror y la barbarie, el lado más hiriente y desgarrador de eso que llamamos historia o Historia, cuesta rehacer la convivencia que siempre queda maltrecha. Aunque hayan llegado nuevas generaciones, aunque hayan desparecido casi todas las antiguas, aunque hayan pasado setenta y nueve años de la autodestrucción.



22.8.15

Caroline Alexander nos actualiza la Ilíada















Escritora y periodista Caroline Alexander, en una entrevista en Babelia: "Homero refleja la muerte de cada uno de los participantes en la batalla como algo terrible, triste, trágico. De tal forma que guerreros desconocidos, cuyos nombres sabemos pero no mucho más, los héroes que ganan y los héroes que pierden, todos sufren a causa de la guerra." La épica, como narración de los sufrimientos de propios y ajenos, tiene su cumbre más elevada en un libro que es poema y muy antiguo, la Ilíada. Caroline Alexander, que lo ha estudiado a fondo, y expone su visión en La guerra que mató a Aquiles. La verdadera historia de la Ilíada, afirma: "Como civiles, una de las escenas más famosas y más bellas de la Ilíada es cuando Héctor se despide de Andrómaca y de su hijo pequeño. Es cuando Homero nos muestra que la guerra afecta a cada vida que toca." ¿Quién está libre de ser tocado en mayor o menor medida por la guerra y sus secuelas? 

Que una voz tan ancestral y sabia como la de Homero permanezca viva en nuestros días es para considerar. Los cuatro jinetes del Apocalipsis, otro texto antiguo y extremo, han seguido cabalgando desde milenios. Las lacras de la especie humana pueden refinarse, incluso reducirse según qué tiempo y qué país, y nunca para siempre. Basta ver a nuestro alrededor y comprobar que la superpoblación, las guerras, las persecuciones, el exilio, las migraciones forzosas, la desposesión y el hambre campean por doquier, sin que se vea indicios de que puedan terminar. Hoy se cebará en unos, mañana a otros, y lo expresa muy bien Caroline Alexander comparando con el poema homérico: "No creo que podamos decir que la Ilíada sea pro o antiguerra, creo que la épica es mucho más sutil: Homero considera que la guerra forma parte de la vida humana de la misma forma que la muerte. Nunca desaparecerá y eso es lo que esta triste historia nos muestra."



Fotografía tomada de la web de la editorial Acantilado.



18.8.15

El novelista escribe: Rafael Chirbes














Rafael Chirbes, uno de los grandes de la narrativa española actual, caído el sábado: "A la pregunta de para qué escribir el novelista sólo puede responder escribiendo." Lo dice en El novelista perplejo, libro de conferencias y cursos varios. Pura dinámica la que establece Chirbes como axioma. No es cosa de mera filosofía o psicología de segunda fila. La respuesta está en el ejercicio constante, la práctica, de la que se desprenderán las claves de la narrativa misma. Matiza: "A la pregunta de qué es la novela hoy, la única respuesta del novelista se encuentra entre las cuartillas de la que está escribiendo, porque ese texto en marcha es su forma de renovar su pacto de la narrativa con su medio. Cada novela debe construir su lenguaje, su sintaxis, y por tanto, su función: poner en pie el género, restableciendo el pacto." ¿Es por lo tanto escribir una exploración? Probablemente y de ahí uno deduce que hay tantas exploraciones como obras de un autor o como autores que escriban desde su sinceridad y riesgo. Wallace Stevens decía en un aforismo que sólo se escribe para uno mismo. Creo que en cierto modo únicamente, como aprendiz continuo, como buscador infatigable. Si no se escribiera como parte de otros hombres y de un tiempo histórico, para hacer partícipe a otros hombres de esa escritura que se construye e interpreta, la soledad del escritor sería baldía e insatisfecha. Abundando en el tema pienso en la importancia que reviste la memoria para el que escribe. "En la memoria se engendran las palabras/ y en ella nacen/ se engendran las cosas y en ella nacen/ sin conocer límite/ entre el ayer y el hoy", cantaba Adonis en su obra monumental El libro. Mi memoria agradecida ahora para Rafael Chirbes, narrador de nuestro tiempo.




3.8.15

Piedras y elementos para Oliver Sacks















"Desde mi infancia he tenido tendencia a afrontar la pérdida -pérdida de personas queridas- recurriendo a lo no humano." Lo dice el neurólogo Oliver Sacks, en pelea con un próximo destino fatal y letal. Qué diferencia con los que en nuestra niñez invocábamos ante la adversidad la metáfora (Dios, por ejemplo) o lo humano protector (la madre) Continua Sacks: "Cuando cumplí seis años me enviaron a un internado; allí los números se hicieron mis amigos. Cuando regresé a Londres a los diez, los elementos y la tabla periódica se convirtieron en mis compañeros. Las épocas de tensión a lo largo de mi vida me han llevado a volverme, o a volver, a las ciencias físicas, un mundo en el que no hay vida, pero tampoco muerte." Ciertamente es un modo de encarar las dificultades muy minoritario pero útil y sabio. Alguien que se acerca así a la naturaleza adquiere un grado de conciencia único, no sé si superior, pero en el que se reconoce una fusión del hombre con la materia que le tiene que dotar de fuerza. 

Enfermo en estado terminal como se sabe Sacks nos confiesa a qué se aferra en estas circunstancias: "Ahora, en este punto crítico, cuando la muerte ya no es un concepto abstracto, sino una presencia -demasiado cercana e innegable- vuelvo a rodearme, como cuando era pequeño, de metales y minerales, pequeños emblemas de eternidad." ¿Mero fetichismo y como tal confianza en lo simbólico? Tal vez Sacks juegue también con las metáforas de los elementos, pero sospecho que no se engaña. No cabe esperar de ellos, a la altura de su mal, una salvación pero sí sube un peldaño en la conciencia clara de la vida y su significado limitado. Por cierto, ¿quién no tiene guardado de la infancia una piedra como amuleto? ¿No sería bueno rescatarla y meditar sobre su contenido para encontrar el camino material del que nunca nos hemos salido? Acaso ése sea el fondo de la cuestión, y lo demás palabras, ideas abstractas, montajes justificativos con que vivimos.  



Para quien no conozca el artículo: 




29.7.15

El gran descubrimiento de Jep Gambardella















Jep Gambardella en La grande bellezza: "Lo más importante que descubrí, pocos días después de cumplir sesenta y cinco años, es que ya no puedo perder el tiempo haciendo cosas que no quiero hacer." No nos ciñamos a la película ni al personaje de vita dolce e piacevole. ¿No es una reflexión que uno ha podido hacerse en diversas ocasiones de la vida? Sólo un cierto cansancio de la edad avanzada urge a deshacer, a rehuir, a no sentirnos obligados. ¿Quién se apunta a ser consecuente?


Fotograma del film La grande bellezza

23.7.15

El rapsoda sabio de Adonis















Pensamiento del poeta sirio Adonis -pensamiento poético-  para tiempos veloces conque comienza El libro :

"...añadió el rapsoda:
No sabemos quiénes somos
ahora, ni quiénes seremos,
si no conocemos quiénes hemos sido."

¿Tanto condiciona el pasado? Con frecuencia hacemos tabla rasa del mismo, cometiendo el error de degustar el recuerdo de lo que fue positivo y bueno y de olvidar lo que nos pareció desafortunado. Probablemente tanto una experiencia como otra las hemos digerido siempre mal, o no las hemos digerido. Digerir es una función posterior a lo vivido que implica una asimilación consecuente, un aporte de conocimiento y valoración. Pero vivimos a saltos y no ya el cuerpo-mente individual, sino también el colectivo, pierde sus referencias anteriores malviviendo el presente y soñando un futuro que nunca se toca. Del curso individual de las cosas es responsable (o irresponsable) uno mismo. Del transcurso colectivo, también llamado social, lo somos todos y, por cierto, con bastante despreocupación. No entender el pasado siempre nos deja flacos. Cuando hay que tomar decisiones importantes pesa más la oleada de la moda líquida que el ahondamiento. Así nos va.



1.7.15

Una letras de Francisco de Quevedo Villegas






















No he de callar por más que con el dedo, 
ya tocando la boca o ya la frente, 
silencio avises o amenaces miedo.

Gracias por tus palabras satíricas y censorias que sobrevuelan casi cuatrocientos años de retorcida historia, Don Francisco. Un consuelo. Mas no nos curamos de aquellos males de antaño que siguen siendo de hogaño.



26.6.15

Estar a solas con el poema, dice Joan Margarit














Joan Margarit: "Es necesario estar a solas con el poema, es decir, quedarse a solas con el propio miedo e ignorancia". La poesía, ¿una manera profunda de afrontar la soledad y la carencia que tanto acechan al ser humano? Miedo e ignorancia se retroalimentan como una constante vital. Asumirlos no como freno sino como reactivos es una manera de crecer interiormente. Pero que nadie espere bienes materiales del ejercicio de la lectura o de la escritura de un poema. "Aceptar que no podemos concretar en nada material el orden que estamos ganando en nuestro interior. Que no podemos decir por qué aumenta nuestra fortaleza", afirma el poeta catalán, ratificando que lo que nos aporta no va de riqueza de bienes físicos sino de actitudes éticas. Margarit: "La poesía es uno de los recursos más serios para hacer frente a la intemperie moral". Cuesta entender la frase, pero alienta. Hay bastante gente para la cual la poesía en silencio es una manera de preservar su propio territorio del vértigo del ruido y del desasosiego colectivo. "Lo que es impersonal, es decir, objetivo, no puede ayudar con dignidad a paliar los efectos del dolor moral, que fundamentalmente está causado por pérdidas y ausencias", remata el poeta en el epílogo a su último y hermoso libro Amar es dónde.




20.5.15

La verdad de las palabras, Zweig por Argullol















"Extirpando la verdad a las palabras se extirpaba también el espíritu a los hombres", Rafael Argullol recordando el mensaje de Stefan Zweig en el libro de éste El mundo de ayer. Zweig escribió sobre una desaparición de Europa y como toda pérdida el retorno no es posible. Entre ese extravío acaso se encuentre también o sobre todo el del valor de las palabras. Argullol: "Nuestra época ya no ha recuperado, o no ha querido recuperar, la verdad interna de la palabra. Si somos sinceros, nuestra época ya no piensa en términos de palabra o de verdad." ¿Será por esa razón que nuestra Europa emplea más la palabra como mercado que como expresión de las necesidades profundas de los hombres? ¿Será por eso que todo suena hueco, increíble, falaz incluso? ¿Será que la palabra ha sido desplazada por la fraseología publicitaria, las declaraciones gubernamentales vacías, el distanciamiento entre élites y súbditos? ¿O acaso que se ha vendido la palabra al beneficio, lo rentable, lo productivista y, por lo tanto, al cambalache y la corrupción? 

Remate de Rafael Argullol: "El lenguaje, o la falta de lenguaje, lo dice todo: compárese el tono con el que se proclama la actual construcción europea con el que refleja Zweig en El mundo de ayer cuando hace referencia al entusiasmo con que Rilke, Valéry y tantos otros se referían a la 'unidad espiritual' de Europa. Europa era una cultura; no, como alardean los portavoces del presente, una marca." Y así andamos, rendidos a una marca dudosa, quebradiza, que da tumbos o amenaza con mantener viejos nacionalismos que tanto mal causaron. Y en lugar de la palabra verdadera se impone la mentira, y los procesos electorales en los países  -miremos lo que acontece estos días en el ruedo ibérico-  van dando pistas de los riesgos. Concluye Argullol: "Huérfanos de la verdad de las palabras, o incapaces de encontrarla y compartirla, también nosotros nos encontramos indefensos ante la manipulación, por más que nuestra fe tecnológica nos mantenga ensimismados. Las épocas (de la de Zweig a la actual) parecen muy distantes, es cierto. En la nuestra sólo ha irrumpido una multitud de pequeños brujos que juegan con la mentira y casi todos convivimos indiferentemente con ella. Pero la falta de amor a la verdad entraña el mayor peligro: es el terreno abonado para que los grandes brujos entren en escena."




3.5.15

Andréi Tarkovski y los jóvenes















Andréi Tarkovski, director de cine ruso: "A los jóvenes me gustaría decirles que aprendiesen a amar realmente. A disfrutar la soledad, a estar solo con uno mismo." ¿Miedo del joven al individuo inmaduro que lleva dentro? Tal vez ese miedo explicara la necesidad que la mayoría tienen de afirmarse a través del grupo, a ratificarse en él. Algunos entregando demasiado de sí mismos a la tribu que, en cualquier momento, puede dejarles con el culo al aire. Tarkovski: "Creo que el problema de los jóvenes es que necesitan mantener comportamientos ruidosos y agresivos para no sentirse solos, y eso es muy triste. Es un mal síntoma también. Cada individuo debería aprender a estar solo durante su infancia. No hablo de sentirse solo sino de que uno no debería aburrirse cuando está solo. Es un síntoma muy peligroso, casi una enfermedad." Estas opiniones del director de cine me hacen pensar en qué parte de madurez asumida o qué de falsa madurez hay en el individuo cuando encarrila ya edades avanzadas. ¿Tal vez un problema de amor personal no aceptado o desvinculado de una infancia que no hay que enviar al olvido? Dice Tarkovski: "Nunca nos amamos lo suficiente. Si lo hiciésemos amaríamos a los demás. Aquel que no sabe por qué vive no puede sentir amor ni por los demás ni por la propia vida." ¿El amor como conciencia de la vida? ¿Como una prolongación interior del espíritu de la infancia donde nada se rompe y todo tiene un sentido curioso que alimenta las ganas de vivir?