21.7.13

La mano de obra guerrera















Para quien se olvide de qué se nutren los ejércitos, tanto en el espacio como en el tiempo llámese historia o patria: "...Todos los que llegaban eran gente pobre. Unos eran peones de hacienda, otros eran de los que viven las orillas de los pueblos y trabajan un día de adoberos y al siguiente de aguadores, otros eran cerreros, gente que vive en el monte haciendo un poco de leña, un poco de carbón, matando un venado. Raro era el que llegaba con un caballo, más raro el que traía una escopeta, algunos llevaban machetes u hoces, la mayoría no llevaba nada. Todos tenían hambre, cosa que habría de convertirse en una de nuestra mayores preocupaciones". Entresacado de la novela Los pasos de López, de Jorge Ibargüengoitia. Pero tamaña historia narrada, novelada, ¿no recuerda acaso y también la procedencia y el destino de la mano de obra obrera? Disculpas: ya sé que es más fino llamarlo incorporación al mercado de trabajo. Por cierto, ¿de dónde vendrá cierta expresión que se nombra como el ejército de parados


20.7.13

El mirall pervers de Francesc Cornadó













Poeta Cornadó:

"El espejo perverso te devuelve mentiras,
se reflejan en él imágenes antónimas
y cuando el sol irisa las gotas de rocío,
este espejo malvado te muestra las culebras"

¿Hay, por ello, que dejar de mirar el espejo perverso, el mirall pervers que dice Francesc Cornadó? Tal vez hay que mirarlo de otra manera. Porque el espejo no está enfrente, cual mero objeto estático. Todo lo que dice es aquello que se expresa dentro de nosotros. Además, el espejo perverso es uno de los cuatro que nos reflejan. Los otros, según el poeta, a saber: el espejo del tiempo, el espejo roto y el espejo cuadrático. Mi opinión es que más que dejarnos engañar por el espejo perverso deberíamos sortear  -las suertes siempre son un tipo de engaños-  al espejo. No hay cuatro espejos, sino cuatro personas del espejo que sucediéndose unas a otras o combinándose de forma aleatoria  -¿o acaso hay un orden recóndito ineludible?-  nos van mostrando nuestro rostro. Sin posibilidad de escape. Para disfrutar léase Los cuatro espejos cuadráticos de Quadreny. Sorprendentes.


18.7.13

Cotidianidad












Las noches de verano huelen a huevos fritos con patatas, suena el clic de la botella sobre un vaso y el chap de una lata de cola que se abre, se escucha el fragor de cubiertos en las cocinas, las luces de los interiores se reducen, llegan a las casas los ecos de las terrazas del vecindario escasamente ocupadas, las voces de televisiones diferentes se cruzan con mayor o menor estridencia. Casi casi son calcos de otros tiempos. Si no fuera porque las tecnologías digitales varias han reconducido las costumbres de la víspera de la medianoche y porque quien más y quien menos todavía se da a unas vacaciones, más breves que amplias, podría parecer que sustancialmente en poco han cambiado las prácticas de los españoles. Haya cambiado lo que haya cambiado, ese mix de vida callejera de poco gasto y la pervivencia de las cenas familiares forman parte del célebre colchón que está conteniendo la marmita social. 

Acaso son estas las pequeñas pero profundas cosas que aún mantienen cierta vertebración -la de las personas, no la de las instituciones ni la de los poderes y regalías- entre nosotros. Si las reuniones caseras, las charlas de velador y los encuentros en las aceras sirven para tocar las llagas y proponer claridades que desplacen fes indeterminadas, bienvenidas las noches de verano. Puede que haya que recordar una vez más a Mariano José de Larra, que en cada línea de cada artículo daba en la diana de nuestra manera de ser: "Borremos, pues, de nuestro lenguaje la humillante expresión que no nombra a este país sino para denigrarle; volvamos los ojos atrás, comparemos y nos creeremos felices". Desde luego al gran reportero madrileño no le faltaba ironía y buena voluntad. Y escaldado estaba. Tal vez porque sabía que no es cosa fácil confiar ni en el de al lado ni en los que confían los de al lado.


17.7.13

La palabra mediana de Barthes














"Al hablar no estoy seguro de que busco la palabra justa; busco más bien evitar la palabra estúpida. Pero como siento cierto remordimiento por renunciar demasiado pronto a la verdad, me atengo a la palabra mediana". Roland Barthes por Roland Barthes. ¿Una solución de compromiso? Ciertamente no es fácil dar con la palabra adecuada en un marco de ideas imprecisas y de otras que se difuminan. Las ideas tienden a desatarse por mucho que se intenten agrupar. No estoy seguro que el lenguaje haya dado con las claves para expresar la verdad. De ahí el riesgo de que lo que Barthes denomina palabra mediana (¿qué media realmente? ¿entre qué términos se sitúa?) no sea sino una forma velada o simulada de estupidez.



16.7.13

Homero Aridjis, trashumante














Poema de Homero Aridjis:

"Tu amor es el caballo de tu espíritu
móntalo con energía
y pasarás galopando el sendero de la locura"

No le parece al poeta bastante caballo desbocado el espíritu de por sí. Esa propuesta de cabalgarlo con sobrepeso ¿ayuda a salvar el bache? Somos trashumantes por naturaleza, primaria y consciente. Tal vez el amor sea accidente o espejismo del camino. Aunque a los jóvenes y a los poetas les guste verlo como acicate o salvación.



15.7.13

Galileo, feliz














Otra de mis secciones favoritas de algún que otro periódico suele ser la entrevista de contraportada. Siempre hay  -a poco agudo que sea el reportero-  alguna brizna luminosa. De una entrevista a Antonio Hernando, científico con cargo de responsabilidad en un área del CSIC:

Pregunta. ¿Cómo se llevan la ciencia y la moral?

Respuesta: Bien. Mientras el cerebro sepa que es mejor no ir a lo bruto por la vida.

Pregunta: ¿Y con Dios? ¿Se hablan?

Respuesta: Dios es la materia. Nos da pistas el catecismo cuando dice aquello de que omnipresente, omnipotente. ¡Son propiedades de la materia! Está clarísimo.

Pienso en Galileo, en todos los Galileos que han sido humillados, perseguidos y menospreciados. Y con cuya memoria no han sido suficientemente justos sus perseguidores tradicionales. Pienso en lo contento que estaría escuchando esta voz clarísima. Galileo, feliz (en lo que quede de él en su transformada y acontecida materia)




14.7.13

Cuerpos en la calle














Yuri Herrera, escritor mejicano: "En estos días siempre estamos caminando junto a un cuerpo tirado en la calle. Ya no es posible hacer como que no lo vemos". Nada de metáforas. La información nos cuestiona. No vale ya cuestionar la desinformación. La crítica es explícita no tanto respecto a los medios como en lo que se refiere a la manera de aceptar y digerir la información por parte de los individuos. El que no sabe lo que ocurre es porque no quiere. En materia de tiempo y de espacio, de cercanía y de lejanía, de calidad y de cantidad. Cierto que hay mucha información velada, desfigurada o dirigida, pero se pueden encontrar alternativas de saber lo que acontece. Error añadido: pensar que lo que ocurre a miles de kilómetros no nos afecta y no llegará. Peor error: perder el tiempo que deberíamos utilizar para comprender y por lo tanto para saber reaccionar.



13.7.13

Chema Madoz: leyendo imágenes














Las imágenes se leen como la cerveza artesanal o trapense se come. Las sensaciones no son solo parte de la realidad; tal vez son una buena parte de la explicación de la realidad. Lo más aproximado a la verdad de las cosas. Chema Madoz construye las imágenes a partir de conceptos cerrados que se han instalado en nosotros, engañándonos de tan obvios que son. Conceptos que recupera para reinventarlos. Para diseñar otro objeto. El ojo ¿ve una realidad o dos? ¿Se impone la que Madoz crea sobre la tradicional que está en lo más hondo de la retina, archivada y clasificada? Por supuesto, los objetos del fotógrafo trascienden su practicidad para instalarse en el goce y el asombro que nos deja pasmados.



12.7.13

Barbara Probst y el arrojo













"Para empezar, soy una niña...", dice la prensa que fue lo primero que escribió Barbara Probst Solomon con ocho años. ¿Frase de obviedad inocente o predisposición inconsciente al arrojo? Barbara saltó a la historia de la audacia con veinte años cuando participó en un plan exitoso para liberar de Cuelgamuros (la construcción del hiriente Valle de los Caídos) a Nicolás Sánchez Albornoz y a Manuel Lamana (andando el tiempo, historiador el primero y escritor el segundo) Tal vez aquel paso fuera una confirmación de su obcecada determinación infantil. O puede que simplemente siguiera el hilo de la aventura de la vida, que nunca sabes hasta dónde te lleva. ¿Cuántos se plantearon en temprana edad algo semejante a ese para empezar de la Probst? 




11.7.13

¿Tedio en Pessoa?














Una de las baldosas de esa habitación extensa que es el Libro del desasosiego: "He llegado a ese punto en el que el tedio es ya una persona, la ficción encarnada de mi convivencia conmigo mismo". Me cuesta creer a Pessoa. No en vano generó tantos otros yo y todas las acciones y pensamientos de sus otros yo como para acabar siendo víctima del aburrimiento existencial. ¿O precisamente fomentó sus constelaciones y las hizo habitar con seres paralelos para evitar sucumbir al tedio que, eso sí, puede acecharnos a los mortales? Su manera de exorcizar la encarnación de la exigente convivencia consigo mismo.



9.7.13

El peligro para Ceronetti.














Guido Ceronetti: "El mayor peligro es la atracción siempre fortísima que para el hombre público ejerce el dinero: eso no es un placer, sino una enfermedad repugnante". Cita oportuna para la época que vivimos. Nada nuevo en la historia. Mal agudo en unos, crónico en otros. Lo malo de esta enfermedad es que se normalice y que sea aceptada por la sociedad como regular e inevitable. Algo así como acontece con el cáncer que se manifiesta en los cuerpos, que ya no es algo a ocultar y si fuera posible a temer más que lo justo. No estaría bien que me reservara la frase que Ceronetti transcribe a continuación: "En lo que respecta al dinero, hay que ser siempre despiadados al controlarlos; destituirlos, o meterlos en la cárcel, o mandarlos al patíbulo, si son avaros". Taxativo el sabio: ¿por diablo o por viejo?

8.7.13

Anima vagula















Fue en los tiempos en que leímos Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar. Corrió de boca en boca y entusiasmó de corazón en corazón. Los versos del emperador sufrían traducciones lineales que no acertaban mucho y otras académicas que situaban una barrera entre el césar y nosotros los súbditos lectores.

"Animula vagula blandula
Hospes comesque corporis
Quae nunc abibis in loca
Pallidula rigida nudula
Nec ut soles dabis iocos"

Fue un tiempo en que nos escribíamos, nos dedicábamos con entusiasmo libros ajenos -¿puede ser ajeno acaso un libro que nos ha tocado, que nos ha removido o dado placer? ¿puede ser ajeno un libro con el que se nos obsequia y de alguna manera se nos reconoce?-  y nos entregábamos con ellos. La traducción que me hicieron, más libre, pero más ajustada e íntima, decía:

"Mi pequeña alma, errante, cariñosa 
Que habitas mi cuerpo 
Ahora partirás a otros lugares 
Pálida, rígida, desnuda 
Y ya no me ofrecerás tus juegos, como acostumbras."

¿Traducción, dedicatoria o premonición?



7.7.13

Un instante en dos versos de Martí i Pol










Estremecimiento en la nuca leyendo Paraules al vent, de Miquel Martí i Pol:

"Descubristeis que en sólo un instante 
puede amarse como en toda una vida..."

El amor es hijo del viento. De lo que no se detiene, de lo que no envejece, de lo que no se ritualiza. El lector se para y pregunta: ¿cuándo dices, poeta, que sucedió?


6.7.13

Strindberg y su Coram Populo













Regocijo, una vez más, al releer el fascinante CORAM POPULO, un a modo de prefacio dramatizado de la novela Inferno, de August Strindberg. Hilarante anti-mito que satiriza las pugnas en el Paraíso, la tragedia de Dios, el pulso de su contrapoder Lucifer, la crisis del tinglado y la desesperación del autoerigido Creador. Este pequeño tesoro de Strindberg nos lleva a pensar si tiene sentido a estas alturas reescribir la mitología, refundirla o simplemente valorar la existente, y ya bastante olvidada,  en clave de humor. Aquí un retazo:

"...

DIOS (irritado)

Me arrepiento de haber creado al hombre sobre la faz de la tierra; se ha vuelto más fuerte que yo, y no sé ya cómo gobernar a esa multitud de locos y necios. ¡Amaimon, Egyn, Paymon, Oriente, liberadme de esta pesada carga: arrojad el globo terráqueo, sin ninguna consideración, a los abismos! ¡Que la maldición caiga sobre la cabeza de los rebeldes! Colocad al frente del planeta maldito la horca, señal de crimen, de castigos y de sufrimientos.

Entran Egyn y Amaimon.

EGYN

¡Señor! ¡Vuestra cruel voluntad y la palabra pronunciada han obrado su efecto! La tierra ha perdido su órbita; las montañas se desmoronan, las aguas inundan la tierra; el eje apunta al norte, al frío, a las tinieblas; la peste y la hambruna causan estragos en las naciones; el amor se ha trocado en odio mortal, la piedad filial en parricidio. ¡Los hombres se creen en los infiernos, y vos, Señor, habéis sido destronado!

DIOS

¡Auxilio! ¡Arrepentido estoy de haberme arrepentido!

..."



5.7.13

¿La música amansa a las fieras?













Christopher Cerf, compositor de la canción de la serie Barrio sésamo se sintió avergonzado cuando se enteró que la sintonía había sido utilizada para torturar a los presos islamistas de Guantánamo. "Cuando me ponían aquella música de manera distorsionada y a gran volumen no me oía ni lo que pensaba", escucho decir en un documental a un ex-preso que fue puesto en libertad sin cargos tras tres años preso. A raíz de aquello el compositor Cerf indagó sobre la utilización tradicional de la música por parte de los ejércitos en las guerras. La parte bonita de aquel tipo de música llamada patriótica o militar es que dio lugar a brillantes composiciones armónicas, independientemente de sus contenidos y de la exaltación de los valores nacionalistas y militares. No en vano muchos de los grandes y afamados compositores del XVIII y del  XIX  -sí, piénsese en Beethoven y en Strauss, por ejemplo-  contribuyeron también a ella. 

La parte oscura es cuando deriva la música en estridencia, ruidos y volúmenes que atraviesan los tímpanos o generan enorme y destructiva presión sobre otros hombres. Cuando forma parte de la guerra psicológica o de las torturas. Siempre nos parecía un inocente axioma aquello de: la música amansa a las fieras. ¿A qué fieras? Tal vez la realidad ha tornado la oración por pasiva y son ciertas fieras humanas las que maltratan y desequilibran a otros individuos. Christopher Cerf comenta críticamente "que si se utiliza la música para controlar el entorno del individuo y lo logra conseguirá quitarle su voluntad". Esta opinión es aplicable tanto para el enemigo como para los propios. Los soldados americanos en Afganistán o Irak escuchan en sus iPad sonidos fuertes y metálicos, de grupos como Drowning Pool, para abstraerse de todo tipo de sentimientos y luego disparar su adrenalina, que les haga mantener la tensión de sus acciones bélicas. ¿Hasta este extremo se llega que no parece siquiera que sea  inicua la música? Siempre me pareció que las guerras son ante todo alienantes y aniquiladoras de todos los cerebros.


4.7.13

Los obituarios














Soy adicto a la página de obituarios de un periódico de tirada no solo nacional sino, como sus propietarios dicen, global. El término obituario me atrae más que el de necrología. Probablemente porque del segundo se había abusado y ya nos sonaba mal. Óbito es más novedoso que muerte. No sé si por ser esdrújulo y sonar más elegante, o por haberse pronunciado menos. El óbito es un acontecimiento a aceptar, que no a desear, quede claro. Pero no soy adicto a los obituarios por morbosidad, sino por los descubrimientos que nos aportan. A través de ellos me entero que aún existían hasta ayer princesas o reinas en exilios de oro, científicos importantes cuyos nombres y aportaciones  no conocíamos el público, teólogos musulmanes de la liberación como acaece con sus colegas católicos de semejante onda, deportistas desterrados de los periódicos desde que no ganaron etapas ciclistas o marcaron más goles, valerosos exbrigadistas de guerras perdidas, artistas de cine cuya imagen eterniza el celuloide y hasta cierto punto nuestra memoria pero que se han ido pobres, decrépitos e ignorados, dictadores que habían vivido ocultos pero con su calidad de vida consentida...En fin, los obituarios constituyen esa especie de galería de personajes del zoo humano que han habitado durante sus últimos años el silencio. Como aquel caballero mercenario que forzó a cierto rey castellano a una jura perjura, muchos desterrados al olvido ganan su última batalla tras el fallecimiento. En el campo de batalla de los obituarios. 


3.7.13

O'Neill sabía














Un personaje de El repartidor de hielo, de Eugene O'Neill, dice en un momento de la obra: "Para qué queremos la verdad, para eso está la historia". Los acontecimientos  -principalmente trágicos-  que viven los hombres pesan sobre estos como castigo, pero escasamente como expiación. Para que la expiación sea posible hay que tener voluntad de conocer la verdad. No hay otra purificación, con efectos prácticos, que no sea conocer y, sobre todo, reconocer la verdad. Desgraciadamente, solo sigue funcionando una coartada  - probablemente burda-  llamada Historia.


2.7.13

El Fahrenheit larvado en versión de Beatriz de Moura











Editora, musa de editores, casi post editora, Beatriz de Moura: "...No es que haya menosprecio por el libro, lo que ocurre es que en España y en parte de Europa se está dejando de leer". Tal vez sea una versión interesada. Pero me da en la nariz que algo huele a podrido en nuestras sociedades Y la podredumbre es siempre el ámbito de desarrollo de las enfermedades. La alteración de los procesos de comprensión mentales ¿llevará adjunta una sociedad definitivamente líquida y, por lo tanto, más sometida?

Imagino que la editora tiene muchas claves, unas más claras y otras en trance de ser nítidas del todo. Por eso es tan contundente: "Estamos un poco como en Fahrenheit 451: no se queman los libros ni damos vueltas por un parque recitándonos fragmentos pero sí está la atmósfera, la lectura va quedando para unos pocos; no es menosprecio por el libro; simplemente, se ha dejado de leer…” Ahora que pone el símil del parque se me ocurre que también es un síntoma que no se perciba en los parques el comentario de los libros leídos, que se recomendaban o se defendían con ardor en otras épocas. Soledad de los lectores presentes. Rareza de los futuros. El Fahrenheit larvado, pero igual de letal, que nos acecha; sin duda. 


1.7.13

Fragmentaciones













La fragmentación de la escritura. Antes y después, todo es fragmento. Amanece el día y en la contemplación del sol hay fragmento. Nuestra mirada, nuestra pregunta (un día más), incluso la respuesta que nunca obtendremos. Escribimos  -pensamos simplemente-  sobre ello. Y de seguido, se produce una nueva fragmentación. Vivimos la división del todo en fragmento y de cada fragmento en otros más. Y, no obstante, a eso lo llamamos crear. ¿La creación del caos? Sin embargo, ello  -la propia y continua disolución-  es lo que compone no solo nuestros pensamientos o nuestros textos, sino en general cada resquicio de nuestra vida.


30.6.13

Inspiraciones














Mientras limpio la casa, hago paradas (el suelo que se seca) Y mientras me paro me aburro si no activo: leo a Miguel Espinosa, un párrafo, unas líneas que vienen al pelo: “Para el que siente expectación, ningún momento está vacío, sino todos llenos, porque suceder es acaecer, y el tiempo, un conjunto de acontecimientos". Como si hubiera dado en la diana de mi propio ser. De la curiosidad infantil a la expectación de la madurez: la misma línea continua que hay que seguir fecundando. Por inercia, por instinto: por sentido, en fin. Sigue Espinosa: "Acaece el río, la planta, la hormiga, la nube, el sol, las estrellas y el pensamiento. El hombre poseído y predispuesto por la expectación es un ser inspirado. Lo que muchos llaman inspiración no es otra cosa que una predisposición del ánimo hacia el suceso vivo del mundo". ¿Acierta el filósofo? Y nosotros, hasta ahora, pensando en el mito de la musa o en la iluminación divina (o fingiendo que pensábamos) 

Libro de mesilla el Asclepios, de Miguel Espinosa: uno de esos libros que siempre hay que tener a mano, más que el reloj. Dan las horas de un tiempo menos efímero y más puntual. Libros a los que se recurre de improviso para aplacar fantasmas, desviar pensamientos nefastos o iluminar ideas que surgen en las interrupciones de la duermevela (o fuera de ella) La mesilla crece. Si lo hace en demasía ya no es mesilla, sino otra cosa.


29.6.13

Una cita, un poeta por descubrir















Leído en un correo personal, tras el cual se encuentra alguien que no ve todos los días el amanecer con el mismo sol. Digo una perogrullada, porque sabido es que ya no tenemos edad nadie de ignorar con soberbia la luz que nos ilumina cada día, sea cual sea su intensidad. Pero sé por qué lo digo. Los cuerpos  -receptores de luz, entre otras dádivas de la naturaleza y de la vida- van entrando en pulsos de maltrato y disfunción. Remata, pues, el texto: "porque como dice el poeta Michael Hofman en unos versos no me di cuenta de que estar en cualquier lugar sobre la superficie de la tierra es sangrar". La utilización de una cita como sustitución de un pensamiento propio  -tal vez porque nos parece que es más expresiva o porque lo dice de mejor manera- es un ejercicio que practicamos todos con cierta frecuencia. No se me ocurre una respuesta liviana al correo, a la persona que me lo dirige. Solo añado con escepticismo animoso: "Sintamos fluir la sangre dentro de nosotros. No pensemos en la sangría. Al menos no antes de tiempo". De pronto pienso que no he leído nada de Michael Hofman, 57 años; que nadie me había hablado de él. Un cita de desahogo para quien la emite: provechosa para quien la recibe.


27.6.13

Simbiosis de la poesía, por Zagajewski














"La poesía y la duda se necesitan recíprocamente, coexisten como el roble y la hiedra, el perro y el gato". Adam Zagajewski. ¿Una de las simbiosis más nutrientes que ha proporcionado la naturaleza? Estremecimiento que me asalta: si la poesía fuera ante todo duda, yo entero sería poesía. Más: "Pero su unión no es ni armónica ni simétrica. La poesía necesita la duda mucho más que la duda a la poesía. Gracias a la duda la poesía se purifica de la insinceridad retórica, de la palabrería, de la falsedad, de la logorrea juvenil y de la euforia vacía (que no de la verdadera)". Bien: la duda limpia la casa, ventila la casa, reordena la casa, ocupa la casa. Inquilina saludable, tras su paso un poema, una obra poética, no solo es otro espacio sino principalmente otra vida.


26.6.13

Traducción, prostitución...














Miguel Sáenz, traductor, en su discurso de ingreso en la RAE el pasado día 23: "...Es difícil decir nada nuevo sobre la traducción. Se ha dicho de ella (sin distinguirla de la interpretación de lenguas) que es, con la prostitución, la profesión más antigua del mundo, aunque está peor pagada. E incluso ha habido quien ha afirmado que traducción y prostitución son una misma cosa, porque consisten en definitiva en hacer por dinero lo que se debiera hacer por amor". Chusco. Al menos no se escucha el tan manido traductor / traidor y en su erudito discurso Sáenz habla de más cosas. 

Si se considera que cualquier trabajo es una forma de prostitución -puedo parecer maximalista, pero ahí están los hechos- puesto que se vende la fuerza de trabajo, la capacidad intelectual y física y el tiempo personal a cambio de un salario -¿no es todo eso el cuerpo de uno mismo?- y dando por hecho que el tópico del amor al trabajo suele quedarnos lejos a todos antes o después, no resulta descabellado lo que trae a colación Miguel Sáenz. El traductor que tanto ha leído, traducido y reescrito recaba con gracejo y como si no fuera de su cosecha lo que muchos piensan pero nadie se atreve a decir. Este tipo de opiniones se exponen siempre en un lenguaje de supuestos, en un contexto de ironías. Las metáforas son hermosas mientras son metáforas. Traerlas más acá no gusta a nadie. Decididamente, soy un maximalista, incluso tras cuarenta años de vida laboral en que he visto a gente vender su primogenitura por el plato de lentejas. Otra imagen metafórica. ¿Menos real?


25.6.13

Lo ya perdido

















Qué sonido de las profundidades emana desde estos versos de Tomás Segovia (Anagnórisis):

"...desde el principio fuiste
                                       Amor
                                                lo ya perdido
desde el comienzo ya no estaba en la casa mi casa
ni en la tierra mi tierra ni el amor en mi amor
la memoria estuvo siempre en otra parte
y de círculo en círculo todo fue exilio
pero me muevo aún entre la niebla muda
madriguera sin muros cuerpo viable
¿no podré salir nunca a verte el rostro
dentro infinito  
                    entraña sin salida
                                             niebla?"


Parece que estuviera viendo a Ulises dando zarpazos por el Laberinto. Ah, ¿que Ulises fue aquel viajero marino del ansiado retorno? Excusas. ¿Qué otra cosa, si no, fue su navegación, sino laberíntica? ¿Sirvió, al menos, para reencontrarse consigo mismo? Anagnórisis.


23.6.13

El reconocimiento en Tomás Segovia



















Vadear entre pasillos y anaqueles de una librería de viejo. Combate con los ácaros y con los ácidos que se han apropiado del papel. Nada de lo que allí reposa me es indiferente, pero siempre hay que elegir. Compro el libro  -ni barato ni caro-  de Tomás Segovia porque apenas tenía un par de poemarios suyos. También por el precio. Pero principalmente me lo llevo por una razón que no debería revelar si tuviera pudor: por el título. Acaso solo lo he adquirido por ese vocablo que me suena excelso. No es frecuente que tal término literario aparezca en comentarios críticos ordinarios. Menos en una conversación habitual. Repito una y otra vez su nombre sonoro: Anagnórisis. Que un poema largo  -una colección de ellos-  lleve ese sustantivo de claras resonancias del teatro clásico griego promete. Me intriga saber qué hay en un poema de reconocimiento, de descubrimiento, de reencuentro entre personajes. ¿Será sobre todo el cara a cara con el otro yo lo que se oculta? En ese sentido, todos los libros de poemas deberían llamarse Anagnórisis. 


22.6.13

Ingratitud













Tucídides narra: "Los lacedemonios anunciaron que los ilotas tenían que escoger entre sus filas a aquellos que se hubieran distinguido en la guerra para darles la libertad. Seleccionaron en torno a dos mil, que acudieron con guirnaldas a los templos, como si ya fueran libres. Pero poco después los lacedemonios los mataron a todos, a escondidas". Una historia de uso y abuso de mano de obra. La ingratitud de los contratantes o, mejor dicho, de sus amos. Tal vez no es una historia tan antigua y a sus máscaras se les apliquen en nuestros días nombres más modernos.





21.6.13

Traumnovelle





"- ¿Qué vamos a hacer, Albertine?
Ella sonrió y, tras una breve vacilación, repuso:
 - Dar gracias al Destino, creo, por haber salido tan bien librados de todas esas aventuras...de las reales y de las soñadas.
 - ¿Estás segura?  -le preguntó él.
 - Tan segura que sospecho que la realidad de una noche, incluso la de toda una vida humana, no significa también su verdad más profunda.
 - Y que ningún sueño  -suspiró él suavemente-  es totalmente un sueño."


Sigamos creyendo que nuestros relatos vividos son soñados, y que nuestros relatos soñados son vividos. Arthur Schnitzler nos lo viene a invocar en su novelita Relato soñado (Traumnovelle). No me basta aquello de que un sueño lleva a otro sueño y una realidad a otra realidad. Lo que vivimos es siempre un apareamiento.


20.6.13

La ceguera de la felicidad





Mi amiga Berta Z. se está quitando objetos de en medio porque anda a dos velas. Entre ellos, naturalmente, hay libros. Me pasa, por si me interesa, uno de Pascal Bruckner y abro al azar una página: "Terrible ceguera la de la felicidad, que solo ve en todas partes su propio reflejo y que aspira a convertirse en la única historia posible". La historia de un mito, cuyo desarrollo es sobre todo moderno. O cuando los hombres se obstinan en vincular felicidad a abundancia. Empeño obsesivo en materializar su ceguera. Parábola de los felices: si un feliz guía a otro feliz...(¿en qué agujero no caerán en masa?, dice una voz en off)


19.6.13

Neologismos bienvenidos














De momento es un neologismo que un especialista en envejecimiento de la OMS, un tal Alexandre Kalache,  suelta en una entrevista. "Gerontolescencia es una palabra rara pero también lo era hablar de adolescencia en los años cincuenta y sesenta porque la gente no estaba acostumbrada, y ahora es de lo más normal". Él viene a decir que hoy el envejecimiento a ciertas edades no excesivamente provectas no implica decrepitud y menos convertirse en alguien inservible. Es decir que se pueden tener muchos años y permanecer como individuo activo, con objetivos e ilusiones que justifican la existencia. Pienso que aunque el parecido semántico y el juego de cambios de ciclo vital no tenga una comparación obvia con el tránsito de la infancia a la madurez, puede ser una aproximación positiva para asumir ciclos de edad avanzada. Bienvenido, pues, el acierto semántico si viene a reforzar la fe en el propio individuo y a comprender y proteger, si no ampliar, las propias capacidades. Por cierto, los demógrafos van acuñando un pareado tipo: "Eternos no seremos, pero durar ya duraremos". ¿Quién lo verá?


18.6.13

Una capa de cebolla














Asalto al pensamiento le llamo. Otros dirían tentaciones. Plantearse el quitar una de las capas de la propia y arraigada educación sentimental que uno ha ido adquiriendo a lo largo de la vida: leer las noticias (antes se hubiera dicho leer el periódico, ahora las posibilidades de leer noticias por tantos medios se multiplican a la par que la improbabilidades de comprobación y por lo tanto de creérnoslas) Es tal la catarata de aparentes novedades que uno piensa que es imaginario todo lo que dicen. La palabra novedad o nueva o noticia debería modificarse por otra. Por ejemplo, por emergencia.En el sentido literal: lo que sale de debajo, lo que ya se producía pero de lo que no se hablaba (porque no conviniera o no se supiera) El descrédito del término noticia no reside tanto en ese flujo de relatos de acontecimientos, más o menos citados de paso y a todas horas, como en la morbosidad inherente (necesaria para el producto de la empresa periodística o mediática) Un descrédito solo para los escépticos o los que se siguen quitando capas de cebolla de su mente, pues la mayoría de los receptores siguen anhelándolas. El grado morboso aumenta si además de la noticia en su estado elemental, por lo tanto equívoca, se le añade una interpretación ocasional de ciertos sabelotodo de las ondas cuyo resultado es la morbidez.  


17.6.13

El tiempo irregular














Jorge Molder, artista de la fotografía: "En la vida hay instantes tan instantáneos y decisivos como los súbitos vislumbres del amor y otros instantes tan desalentadores y lentos como la eternidad. Es esta irregularidad la que hace al tiempo interesante." Soberbia conclusión de quien aúna experiencia vivida y ojo clínico para la observación de esa experiencia. ¿Será la vida la constante caja mágica donde no importa tanto lo existente como la manera de captarla y las impresiones que obtenemos? El tiempo irregular aguza nuestros sentidos y nos sensibiliza. 


15.6.13

El párrafo completo




















Siento que he dejado coja la idea de Nizan y necesito poner todo el párrafo, toda la intención: "A los que hacen descubrimientos, a esos de los que se dice al repasar la historia de su existencia que no habían nacido para nada, hay que encontrarlos entre los hombre prudentes, sedentarios, que saben permanecer despiertos pacientemente, que permanecen largo tiempo en algún sitio y cazan con precaución: el auténtico es el que persevera en su juego, y no el que vuelve una carta una tarde en un juego de azar en el cual todo puede ser ganado de repente." Esto lo escribió Paul Nizan en 1932, y aparece en su libro Aden Arabia. Pero lo leo como si estuviera recién escrito, para el tiempo presente, y lo interpreto en todo su vigor. Cuidado, pienso, con los que se presenten de improviso a echar un órdago y nos vendan lo que se ha puesto encima de la mesa, la hacienda y con ella las vidas. Acaso ese jugador ya está actuando. 


La perseverancia de Nizan














En tiempos líquidos (Bauman dixit) no suelen escucharse con frecuencia voces cuya densidad contrastaría con la ligereza cotidiana. Pero hay que rescatarlas, aunque sean antiguas. Como esta de Paul Nizan: "Si queréis vivir tendréis que recuperar la perseverancia". Una propuesta que desarma a los soldados de fortuna que la sociedad latente, que no nutriente, eleva de rango en su fragilidad e inconsistencia.


14.6.13

De verdugos















El verdugo Amadeo se habría sobrecogido de escuchar a Jerry Givens, ejecutor de Virginia, USA: "Sé exactamente qué corriente necesita cada preso, según su estatura. Maté a sesenta y dos personas." Solo se me ocurre pensar en cuántas descargas o qué cantidad de voltaje precisaría ese tipo conmigo. Mas, sinceramente, no tengo baremo para hacer el cálculo. Y yo, ingenuo, manteniendo aún la antigua imagen de Isbert como prototipo del verdugo tradicional (español, eso sí, que ya lo hubo, y espérate no vaya a ser que algunos pretendan rescatarlo del pasado)


12.6.13

Bauman















"Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio". Zygmunt Bauman hoy en El País. Ay de estos sabios que además son viejos. Luego deben saber dos veces. Parece que a estas alturas se cayeran del cielo. Me deja con la duda: ¿pero hubo alguna vez un concepto tangible de felicidad?



11.6.13

Amores no coincidentes














Narra Samuel Beckett en Murphy: "Así era el amor de Neary por Miss Dwyer, la cual amaba a un cierto tienente Elliman de la aviación, que amaba a una cierta Miss Farren de Ringsakiddy, que amaba al Padre Fitt de Ballinclashet, quien con todas sinceridad se veía forzado a admitir una cierta inclinación por una tal Mrs. West de Passage, que amaba a Neary". Cortocircuito llama a continuación uno de los personajes a esa rueda de amores no correspondidos. Yo pienso que si el amor fuera un hecho objetivo, y no un mero suceso casual, podría llamarse a esa sucesión de amores que no se encuentran entre sí algo tal como la concatenación del infortunio. Me recuerda a un juego infantil en que cada jugador pasa una prenda a otro y nadie se la queda hasta que...vuelve al primero que la puso en circulación. Los enamoramientos no coincidentes suelen deparar en ocasiones sorpresas. Basta con que uno ponga palos en las ruedas de la inercia y dicte otras reglas del juego.



9.6.13

Remedios para confortarse













"Viendo, pues, que, en efecto, no podía menearse, acordó de acogerse a su ordinario remedio, que era pensar en algún paso de sus libros..." Dice el autor paso en el sentido de pasaje. Pero un pasaje es también el paso (tránsito) de un autor con lo que cuenta o los pasos del lector al dejarse afectar por el texto. Milagro, o mejor, consecuencia de las palabras. Al valeroso caballero le acaban de dar una somanta de palos, se halla maltrecho y su remedio es nada menos que echar mano de algo leído. Remitirnos a la lectura como bálsamo de Fierabrás: eso sí que es un tratamiento sesudo para confortarse. Seguro que un lector extraordinariamente virulento como Don Quijote hallaría en una cita retenida motivo de confortación. Mente acogedora. Quien no se consuela es porque no quiere, parece decirnos Don Miguel con su ingeniosa modernidad.


8.6.13

Museografobias (1)














Antes iba mucho a los museos. Ahora apenas los pisa. Cuando lo hace mira de otra manera. Más calma, menos atosigadora. Tomar poco para llegar más. Ha comprendido que cada obra es un mundo con infinidad de dimensiones. No se trata de acaparar. Un museo solo es un almacén. La vida se encuentra en cada objeto expuesto. La vorágine antigua de visitante ya no le atrapa. ¿Le dice algo a estas alturas Stendhal y su pregonado mal pasajero?

7.6.13

Los visitantes de museos















En su libro De lo espiritual en el arte, Vasili Kandinsky habla de los visitantes de un museo, entre otras tantas cosas interesantes, y dice: "...Las personas llevan los catálogos en la mano y van de un lienzo a otro, los miran y leen los nombres. Luego se marchan tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses, que no tienen nada que ver con el arte. ¿Por qué vinieron? Cada cuadro encierra misteriosamente toda una vida, toda una vida con muchos sufrimientos, dudas, horas de entusiasmo y de luz". Unas reflexiones que Kandisnky escribió ¡en 1910! Precisamente esas observaciones me alcanzan de un tiempo a esta parte. Cuando visito un museo me hacen padecer. La velocidad a la que pasa el personal visitante ante las obras, la mayor parte de las veces de forma enmudecida si va en grupo, me desagrada y me apena.Cuando veo que alguien se para un rato ante un cuadro me gusta y le observo. He llegado incluso a dirigirme a esa persona, por simple curiosidad.


5.6.13

Kandinsky y la mística del arte












Kandinsky: "El artista debe ser ciego a las formas reconocidas o no reconocidas, sordo a las enseñanzas y los deseos de su tiempo. Sus ojos deben mirar hacia su vida interior y su oído prestar siempre atención a la necesidad interior. Entonces sabrá utilizar con la misma facilidad los medios permitidos y los prohibidos." He ahí pues, según el pintor y teórico ruso, la clave de la creación artística: la mística. El principio puede resultar válido incluso para los que no somos artistas. Pero quién sabe si obrando de tal modo no estamos transformando la materia más bruta, elemental y retorcida de todas: nuestro propio Yo. Puede que afrontar la tarea haga emerger el artista oculto que todos llevamos dentro.



1.6.13

Los prejuicios de las palabras
















"Así que en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos". Álex Grijelmo en un interesante artículo titulado Palabras con prejuicios, publicado hoy en El País. Demasiado corto se queda. Él sabe que los prejuicios se trasladan siempre, y no solo los prejuicios. Siempre hay en la escritura convencional del periodismo algún matiz, la dirección de un argumento, el desliz del tópico, la traición de la ideología. No obstante encuentro enjundiosas y dignas de tener en cuenta y aplicar sus recomendaciones. Los profesionales se tendrán que esforzar (si les dejan los propietarios de los medios) Y el lector deberá volverse más agudo y exigente.


30.5.13

Acompañamiento














Octavio Paz (recurrente su lectura): "Cuando estoy solo no estoy solo: estoy conmigo; estar separado no es estar escindido: es ser uno mismo. Con todos, estoy desterrado de mí mismo; a solas, estoy en mi todo". Debe ser por una razón análoga a la que expone el poeta por la que no siento nunca la sensación de aburrimiento. Y si ésta acecha, leo: vivo.


28.5.13

Un poeta secreto al descubierto













No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechaza otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.

Leo como una herencia este poema. La hago mía. Me regusto al bailar en torno a su cadencia. También me complazco en confirmar o desechar lo que dice en cada verso. Por aquello de que uno lee lo de otros no como algo lejano sino como algo que le afecta o puede tocar. José María Fonollosa: un poeta secreto, del que se publicaron más libros suyos después de muerto. Dicen que el poema de marras lo encontraron sobre su mesa de trabajo al morir. El hecho de la muerte del otro nos remite de inmediato a la curiosidad de saber de qué murió. ¿Por simple curiosidad morbosa? No. Por deducir más gestos. Por ejemplo, si ese poema tuvo algo que ver. Huele tanto a testamento como a acta de fe personal. Dejando de lado algún matiz lo hubiera escrito yo antes o después.



25.5.13

La alegría de Tayyeb Saleh














Día de sol e invitación a la danza. "Quiero arrebatar a la vida lo que me corresponde, quiero dar a manos llenas, quiero que el amor desborde mi corazón y fluya y fructifique. ¡Cuántos horizontes por descubrir!, ¡cuántos frutos por recoger!, ¡cuántos libros que leer y cuántas páginas en blanco en el registro de los tiempos, en las que escribir una frase luminosa con mano audaz!", dice en Época de migración al norte el escritor sudanés Tayyeb Saleh. Ahí es nada la loa, la plegaria o la evocación. La alegría y la actitud expectante. El reconocimiento de los dones y el uso de la vida que nos gratifica. Decido aprender la oración -no solo sintáctica-  de memoria para los días funestos que visten de gris y no reflejan ni la sombra.


23.5.13

Un apunte sobre el Cantar de los Cantares

















Hoy he estado practicando una de mis debilidades. Releer al azar algunos textos de Octavio Paz. Su visión siempre me ha parecido tan aguda como provechosa para mi yo receptor que entiende que la lectura siempre es una búsqueda. También una ratificación de un cierto o abundante interés por la vida. La cuestión que se le plantea a uno cuando vuelve a leer algunos escritos es que redescubre lo olvidado o levanta un nuevo conocimiento sobre lo ignorado. (Nerviosismo a continuación por no disponer de tiempo y capacidad suficiente para reincidir en los temas) El texto de Paz que he leído versa sobre el Cantar de los Cantares de Salomón. "La tradición judía y la cristiana han interpretado esos poemas  -dice Paz-  como una alegoría de las relaciones entre Jehová e Israel o entre Cristo y la Iglesia". Me hace pensar en el maniqueísmo y debilidad de la base ideológica de tales religiones. Al justificar el Cantar como una alegoría, ¿no están asumiendo tales ideólogos una dependencia de algo más tangible, expresivo, creador y gozoso que sus burdos presupuestos ideológicos? La excusa erótica puede estar dotada de mayor carácter de divinidad que las abstracciones conque justifican aquellas reformulaciones morales y de control social que luego imponen.


19.5.13

Una cita en el correo














Recibo de un amigo con el que tomo café por las mañanas un email con esta cita. "Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes, sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias y no por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada." Sesenta años largos después de ser emitida esta opinión sigue la condena. Si ninguna de las observaciones que propone ha cambiado y mucho menos mejorado, la aflicción de Sísifo debe ser más monumental que la montaña que sube y la roca que arroja incesantemente. La cita es de Ayn Rand, una defensora controvertida del capitalismo ¿utópico? 



17.5.13

Consejo sabatiano











Ernesto Sábato, en una de sus cartas de La resistencia: "...Cuántas veces les he aconsejado a quienes acuden a mí, en su angustia y en su desaliento, que se vuelquen al arte y se dejen tomar por las fuerzas invisibles que operan en nosotros. Todo niño es un artista que canta, baila, pinta, cuenta historias y construye castillos." Lo sabía. No estoy seguro de alentar el artista pero me ratifico en un estado de niñez nada desdeñable. De insólitas consecuencias y no menos sorprendentes revelaciones. Espero.



14.5.13

El relato es cosa de los pobres. John Berger

























"El secreto del impulso narrativo de los pobres yace en la convicción de que contar historias permite que se escuchen en algún otro lugar donde alguien, o tal vez una legión de personas, entiendan mejor que el narrador o los protagonistas lo que la vida significa. Los poderosos no pueden contar historias: un alarde es lo opuesto a un relato. Cualquier historia, por afable que sea, tiene que ser valiente, y los poderosos de hoy viven con nerviosismo. 

Una narración remite la vida a un juez alternativo o más concluyente, que está lejos. Tal vez ese juez se sitúe en el futuro, o en un pasado pendiente, o quizá en otro lugar, tras de la loma, donde el sino del día cambió (los pobres tienen que referirse con frecuencia a la buena o mala suerte) y donde los últimos son ya los primeros. 

El tiempo de los relatos (el tiempo dentro de la narración) no es lineal. Los vivos y los muertos se reúnen como oyentes y jueces dentro de este tiempo: mientras más hagan sentir su presencia ahí, lo narrado se vuelve más íntimo para quien escucha. Los relatos son una manera de compartir la convicción de que la justicia es inminente. Apelando a tal convicción, los niños, las mujeres y los hombres lucharán con ferocidad sorprendente llegado el momento. Es por eso que los tiranos temen el acto de narrar: de alguna manera, todas las historias aluden a la historia de su caída. 

<Adondequiera que iba, bastaba que prometiera contar alguna historia, y la gente le permitía quedarse por la noche: un relato es más fuerte que un zar. Pero ocurría algo: si comenzaba a contar historias antes de la cena, nadie sentía hambre y no le daban de comer. Por eso, primero que nada, el viejo soldado pedía un tazón de sopa.>" *

* (Andréi Platónov, The Portable Platonov)



Este texto aparece en el libro de John Berger Con la esperanza entre los dientesHabía leído poco a John Berger, y nada aún de Plátonov. Berger es como un sereno de la vereda de antaño, figura que nadie recuerda. Abre puertas aunque no des palmadas. La puerta del ruso se anuncia de tal envergadura que no sabes si empequeñecerás aún más al traspasar el umbral. Dándonos prisa aún se pueden hallar textos de Berger en las librerías. De Plátonov  -mi librero dice que es grande entre los grandes- apenas encuentras algo en castellano. Me van a pedir la que acaso es su principal obra rebelde, Chevengur. Un relato que debe haber sido fatal porque de la otra Rusia desapareció durante setenta años y de la sociedad occidental casi otro tanto. La verdad es que siento la morbosa atracción de la fatalidad tanto como una cierta repulsión por la crudeza que puede contener la novela. Debo estar acostumbrándome a los tiempos descafeinados.