18.12.23

La lucidez de Franco Berardi

 


Franco Berardi, entrevistado por El País: "Tenemos que parar todas las formas de producción de soledad de masas y de destrucción de lazos de solidaridad, tenemos que parar la cultura de la competencia, tenemos que abandonar toda forma de sujeción psicopatógena. En definitiva, tenemos que desertar. Desertar de la guerra, desertar de la política, del mundo libre y de su contrario, desertar del trabajo precario y esclavizante y, lo más importante, la deserción de las deserciones, no generar a las vícitimas de los previsibles infiernos climático y atómico. Desertar de la reproducción de la especie". ¿Boutade? ¿Utopía decimonónica? ¿Pataleta de intelectual? Porque aunque se quisiera desertar -¿se quiere desertar realmente del horror en ciernes, cuando no ya presente?- uno se pregunta cómo poner el cascabel al gato de un proceso neurotizado y compartido socialmente con dirección al abismo. Acaba de tener lugar la magna reunión de la COP 23, sin que se hayan conseguido logros efectivos. 

Continua Berardi su demoledor planteamiento: "La palabra progreso ya no significa más que la acumulación de capital, el crecimiento económico, que no es un modelo viable, aunque puede ser que haya sido útil o necesario en cierta época de la historia". No cabe duda de que el modelo ni siquiera genera trabajo como en otras épocas, pues el desarrollo técnico ya suple la mano de obra a niveles nunca imaginados, y es en ese sentido donde en su relación de deserciones que propone la última, desertar de la reproducción de la especie, adquiera un valor de primera clase a pesar de la cultura natalista de las religiones con poder. 

Se le puede achacar a Berardi que plantea un desafío difícil, pero ¿acaso no lleva razón al señalar como objeto de su crítica las situaciones desenfrenadas que vivimos y que se desbocan en el planeta? ¿No hay lucidez además en su voluntad? No olvidemos que a la vez de hablar como un hombre de conocimiento habla como un individuo de edad muy avanzada que se permite sacar a relucir un tema acuciante, el de la vejez. "La vejez -dice Berardi- es naturalmente un problema personal, para tu cuerpo, para tu mente, pero hoy también es un problema estructural, es el mayor problema de la civilización blanca (...) Yo creo que no sabemos vivir la vejez, no sabemos elaborar el devenir viejos,  que es devenir nada, y, como no sabemos elaborarlo, ¿como reaccionamos? Como Trump, como hombres blancos frustrados y enfurecidos que pretenden vivir eternamente, buscando soluciones en la biotecnología, en la inteligencia artificial, incluso en la bomba atómica, porque, en último término, diría la civilización del hombre blanco: Si yo muero que mueran todos conmigo. Que no quede nadie". No es exageración de Berardi, aunque sea un discurso extremo. Generales rusos e israelíes o coreanos, por ejemplo, acarician de vez en cuando el exterminio atómico como medio de doblegar al enemigo. ¿No hay un rumbo en marcha, en Occidente al menos y quienes lo emulan, en que parece planearse de alguna manera la sustitución del individuo por la IA y otros sistemas robóticos, y quién sabe si por otras vidas?

Berardi vuelve a salvar su propio planteamiento con una intención constructiva, pero nada fácil: "La vejez es absolutamente revolucionaria si somos capaces de vivir el proceso de devenir nada, de ir hacia la muerte, como un proceso natural y agradable, si somos capaces de vivir el desvanecimiento de nuestro cuerpo y de nuestra mente como un acontecimiento extraordinario. Si logramos esto, si cambiamos la tradicional cultura de la resignación ante la muerte por una nueva cultura del devenir nada, daríamos un paso trascendental para salir de la locura de masas en la que estamos inmersos. Ahora bien, dudo mucho que la civilización blanca sea capaz de hacerlo". Arriesgado pulso de Berardi con el tabú principal de la especie humana, la muerte. Todo lo que dice puede parecer fuera de lugar, y sin embargo su crítica se basa en lo que hay y se manifiesta. Lucidez osada, enunciaciones de alternativas complejas, y como todo: el que quiera oír que oiga y entienda a Berardi.



10 comentarios:

  1. La idea no está mal del todo, pero ponerla en pie parece imposible, empecemos por recuperar el trueque y sigamos por ese camino. Abrazos

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    1. Se puede entender el lado crítico, no tanto se ve una respuesta efectiva y colectiva, al menos no a corto plazo. Ahora bien, como ejercicio de violuntad individual...cada uno sabrá.

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  2. Lo vengo diciendo, el camino, voluntario o forzado, pasa por un retorno al principio del neolitíco. Un volver a empezar. Puede parecer un tanto drástico y pesimista, pero el panorama es el que es. En cualquier momento, nos vamos al carajo. Los que queden tendrán esa oportunidad: El volver a empezar (y no me refiero a la película)

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    1. No tendríamos que volver al neolítico, pero si no se toman medidas, y todo pinta que no, se podría retornar al paleolítico. Es un decir. Pero ciertamente en cualquier momento al menos parte de la Humanidad se puede ir al carajo. Tanta bomba está resultando el crecimiento demográfico, sobre todo en sociedades que no cubren ni dignamente las necesidades de la población, como la acumulación armamentística más destructiva. Desertar queda bien en un discurso de intelectual agudo y bienpensante, pero ¿quién sigue a un profeta que no sé si siquiera tiene clara la salvación aunque señale causas y efectos?

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  3. Inquietante, pero de una lucidez extrema. Me encantó la entrevista que compartes. Gracias.

    Un abrazo, y felices fiestas navideñas

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  4. Venía en el suplemento El País Semanal del domingo10. Hace declaraciones muy contundentes, no en vano es un septuagenario que viene bregandointelectualmente desde joven con mucho bagaje y evolución ideológica detrás. Tiene una interesante perspectiva sobre los problemas, aunque no veo cómo pueden afrontarse para su solución.

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  5. No se que decirte No podia dormirme
    y después de leerte el sueño me venció

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  6. No veo que lo que expone sea de una lucidez extrema, solo es un septuagenario, como yo, con la experiencia de vida acumulada, para saber wue este sistema económico nos lleva al desastre. No podemos dar por hecho que la tecnologia nos resolverá los problemas, al final el que tenga dinero se irá a Marte o donde sea.
    Feliz Navidad!

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    1. No hay que dar por hecho nada, ni la IA ni otros hipotéticos procesos de resolución de problemas. Resultará aceptable la IA si mejora la calidad de vida pero a cambio hay riesgos de orden sociológico, tal como la eliminación de puestos de trabajo, como ya ocurrió en el pasado con otras revoluciones técnicas.

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