23.10.14

Álvarez Junco sobre la incultura cívica













Vivimos una vorágine en el laberinto español de la que no sabría uno decir si su espiral nos abducirá y nos dejará caer de pronto o si mantendremos el temple y seremos capaces de salir indemnes. Cuando el periodista Ramón Lobo, de eldiario.es pregunta al historiador José Álvarez Junco si España es un país de trinchera por aquello del o estás con nosotros o contra nosotros, el historiador responde: "Como tantos países incultos. No podemos creer que somos excepcionales. Como tantos países en los que no hay mucha educación. Sucede cuando en la escuela no te enseñan que tu verdad es tu verdad pero no La Verdad, y que el de al lado tiene otra verdad distinta a la tuya y que aunque sea distinta es respetable, y que a lo mejor harías bien escuchándole porque quizá aprendas algo de él. Eso no se lo enseñan a nadie en las escuelas". Uno piensa entonces en el ensordecedor ruido mediático, en los monólogos de los parroquianos de los bares, en la entrega al monotema del fútbol, en la ausencia de aportaciones sólidas y serias en las cadenas de televisión, en la fácil delegación del voto cada cuatro años y para de contar, en la carencia en los centros llamados de enseñanza del imprescindible aprendizaje de las elementales reglas de ciudadanía. Amplía el historiador: "Somos un país que no escucha. La mejor expresión que puede encontrar son las tertulias y los debates enloquecidos, de gritos y pasión, en televisión y radio, que son los que tienen las mayores audiencias. Ahí desde luego hay una cosa que no hace nadie, que es escuchar. ¡Nadie! Pero eso es porque no te lo han enseñado desde pequeño". Asiento, me desasosiego, tiemblo. ¿Tan limitados somos para superarnos? Sin desear ser apocalíptico, uno debe tratar de que ni una ni otra España le hiela el corazón. Y siempre la duda, aunque crea que uno lo tiene claro: ¿a cuál perteneceré?




5 comentarios:

  1. Es una entrada magnífica, provoca la reflexión de algo que parece evidente en su necesidad y en su falta de oportunidad.Sí que parecemos un país de trinchera, no sólo por la ignorancia para saber contraponer la lógica del diálogo a la propia opinión como anclaje en sí. Machado vivió en una época de división, la vivió y la entendió como su entorno, tal vez hoy no todo se limite a esas dos Españas de aquella espantosa guerra, y no necesariamente hay que aferrarse a un bando ni sufrir con los criterios del otro, porque si bien es cierto que el bipartidismo continúa siendo el caballo de la carrera política, el español actual, va alejándose de las ideas de izquierdas y derechas poco a poco, para desarticularlas (cuando no despreciarlas) ya que todas en mayor o menos medida han sido un total derroche de despropósitos.

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  2. Mañana todo el país estará parado.
    Huestes de castilla contra las huestes de Catalunya guerrearán en el terreno de juego, y se cambiará el nombre del equipo por el pseudónimo de patria, porque representan el no se que de cada lugar.
    Mercenarios todos, tanto los que juegan como los políticos, tendremos que aguantar durante un mes a los idiotas en el autobús, el bar del café, el del diario, los vecinos y la radio y la tele el como y el porqué de haber ganado y/o el haber perdido.
    Nerón lo puso en práctica, al pueblo pan y circo. Estos estúpidos que critican tanto a Franco, otro que sabía lo de Nerón, lo imitan al dedillo.
    Que países tan tristes, somos 17, si, 1 7man que nos pese dentro de una lata, y a cada cual peor.
    Salut

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  3. Queda claro..."Como tantos países incultos..."

    Saludos

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  4. El objetivo debería estar claro, el aumento de la dignidad humana y el descenso de la desigualdad.
    Hay muchos poderes con otros objetivos y que disponen de muchas y muy sofisticadas armas con las que imponerse, con las que detener o al menos desviar el progreso.
    Pero la meta está grabada en el corazón de las personas, de las incultas, débiles y poco cívicas personas. Y ha sido su necesidad la que nos ha traído hasta aquí y la que nos llevará hacia el futuro.

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  5. En el frontispicio de las tertulias debería estar cincelado el fragmento de Álvarez Junco. Aunque seguro que lo llenarían de escupitajos.

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