4.6.14

Cosima Dannoritzer y el dedo en la llaga de los productos del consumo













Cacharrería de nuestros tiempos. Consumo desaforado para unos, contaminación para otros, imprevisible futuro para todos. Cosima Dannoritzer en la revista La marea sobre la llamada obsolescencia programada y la mala recuperación de los residuos: "Aquí se ve el círculo global en el que estamos. Yo compro algo hecho en China. Se recicla mal y acaba de nuevo allí, donde alguien sin protección lo recicla y le saca los componentes. Luego éstos se usan para otro chisme que yo compraré en las navidades siguientes. Y vuelta a empezar. El que lo ha vendido al principio gana dinero. Y también en el sistema de reciclaje en Europa alguien se queda con dinero porque lo ha vendido en lugar de reciclarlo." El círculo, que promete ser infernal, que ya lo está siendo para países tercermundistas de África, de la fabricación y reciclaje de los productos. Cosima ha realizado el extraordinario documental Comprar, tirar, comprar, donde se denuncia que al menos tres cuartas partes de los residuos electrónicos no se reciclan. El problema viene de atrás, cuando los fabricantes, pudiendo hacer productos de larga duración, los hacen para que duren poco y resulten fallidos. La obsolescencia programada, que ya viene desde las primeras bombillas a las medias de nylon hasta los actuales soportes informáticos. ¿Quién paga el pato? Porque el consumidor occidental paga dinero por un producto pensado en  cambiar cada dos por tres, pero en el Tercer Mundo se paga con la vida: "Vemos un paisaje destrozado, niños pequeños que queman los restos de residuos para extraer material, que tienen problemas en los pulmones, problemas de concentración… Cada elemento químico en cada aparato electrónico causa un tipo de daño y éste actúa a largo plazo." Imprescindible documental de la alemana Dannoritzer, cuya temática nos deja a todos fuera de juego. ¿No va siendo hora de que cambiemos el chip mental? 




6 comentarios:

  1. Si algo me enseñó vivir en el campo, fue a no tirar nada. A todo se le saca provecho, pero creo que esto va anidado en una especie de psicología heredada. Sin embargo, las experiencias en la vida nos enseñan, somos capaces de aprender a valorar, a poner en órbita nuestra mente e inventar, imaginar... Como siempre, cuestión de esfuerzo. Estamos en la era de la pereza, es lo que trae la abundancia. Y no, para mí los culpables no son las grandes empresas ni los estados, sino del individuo de a pie. La responsabilidad (no podemos rasgarnos las vestiduras ante la visión de las barbaridades en el tercer mundo y luego tirar antes de intentar rehacer) es cuestión de conciencia, y esta solo reside en el individuo. Lo de siempre, Ariadna.
    Saludos

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  2. La obsolescencia programada está llegando a su fin. Es un modelo que ha estrujado hasta lo indecible los recursos de todo tipo, ya no queda nada o muy poco de lo que extraer las ganancias que han hecho millonarios a una porción muy pequeña de gente y empobrecido al resto.
    Las señales del fin de una época están por todas las esquinas, no solo porque las tiendas de segunda mano proliferan en las ciudades ese sería un signo menor- sino porque la industria mundial está cambiando el paso, la mira está en otra parte, más peligrosa para nosotros que la obsolescencia. No es nada personal, solo bussines, nos dirán con una sonrisa en la boca.

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  3. Un tema complicado que casi nunca alcanzamos a valorar en su contexto global. Muy reflexivo tu artículo.
    Saludos

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  4. No estoy tan seguro como Amaltea de que llegue a su fin la alevosía y premeditación de las empresas fabricantes. Me gustaría saber que piensas, Amaltea, sobre esa mira más peligrosa de la industrial. A mí solo se me ocurre que la destrucción masiva, pues la superpoblación mundial junto a la falta de medidas claras para evitar los grandes males de la humanidad, están sentenciando el planeta. Y ya se sabe, llegados a un determinado punto, y con las lanzas afiladas, solo falta el sonido del clarín.

    Muchas gracias.

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  5. Si se detiene el consumo se detiene la economía.
    Si se detiene la economía es el fantasma del estancamiento.
    El hiperconsumo tenemos que producir cosas que duren poco para vender mucho.
    Estamos en un círculo vicioso.
    Tenemos que gobernar el mercado no podemos vivir gobernados por el.
    Son palabras del amigo Mujica, como dije anteriormente en su famoso discurso.
    Pepe Mujica Discurso - Río .

    Un Martini?
    Beso
    S

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  6. En una sociedad de consumo hay, inevitablemente dos clases de esclavos, los prisioneros de la adicción y los presos de la envidia.
    (Ivan Rech )

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