10.2.14

Lectura en el basurero

















Nada de lujo. Cualquier sitio se presta a echar un vistazo a una revista, acaso a un libro. El que vemos aquí no es el ámbito más acogedor precisamente. Un basurero a las afueras de Nairobi, que persiste contra toda preceptiva legal y sanitaria, donde miles de personas rebuscan a todas horas. Pensar que la mujer ha ido allí sólo a leer queda desacreditado de entrada. Que aprovecha la tarea inmunda, no por eso menos digna, para hojear una publicación queda certificado. Si no fuera por el entorno de detritus y por la suciedad de la ropa se diría que la mujer está en un café o en su hogar, relajando sus quehaceres. Entreteniéndose. Esta toma es una de esas imágenes de las que no puedes apartar la mirada. Que te sujetan vivamente para que percibas las contradicciones del vivir humano. Pero también las sorprendentes actitudes que la gente más desposeída de la tierra puede adoptar. Si hacemos con la imaginación tabla rasa de la basura que la rodea, de la suciedad que parece llevar pegada, y nos fijamos exclusivamente en su pose ¿no vemos a una mujer abstraída y calma, bien plantada, articulando una posición soberbia y cómoda del cuerpo que la centra en la lectura? ¿No observamos a una mujer atenta, que quiere ver y saber del mundo a través de unas páginas impresas? ¿Nos estará engañando el fotógrafo? ¿No habrá pintarrajeado la estampa? ¿Habrá llevado hasta allí a una modelo, la habrá maquillado para la ocasión, cubierto de una especie de moda ad hoc para la vista del ciudadano occidental ávido de novedad? ¿O esta mujer pobre sueña al ver fotografías de ciudades que ella no habita, de hogares que son impensables, de vestidos y conductas que la están vedadas? Probablemente en esa parada sueña que sueña.Lo que hay detrás, lo que no imaginamos desde aquí, es lo que ella prefiere ignorar: las enfermedades que acechan desde el vertedero incontrolado, los gases que llenan la sangre de plomo, los problemas respiratorios, las alimañas...Sueña que sueña, seguro. 




Fotografía de Micah Albert, primer premio de una de las categorías del World Press Photo 2012.


6 comentarios:

  1. Sí, cualquiera diría que está abstraída en la lectura, mientras termina su café o su té, en alguna elegante cafetería de París. Pero no. Utiliza esas páginas, probablemente, como único reducto como última solución, para abstraerse de su realidad. Aquí está el componente sobrecogedor. Y el telón de fondo, toda ese paisaje de ruina, es una bestia que quiere devorar a la lectora que sueña. Bueno, perdón por esta reacción escrita pero la imagen me ha dejado perplejo. Una vez más, gracias por tus interesantes entradas.

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  2. Para mi la magía está entre esas páginas que ojea, la alejan del lugar donde se encuentra y sueña, si que sueña.
    Un abrazo.

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  3. Impresionante fotografía y todo lo que despliega, yo quiero pensar que fue una instantánea hermosa y lúcida que nos trasmite lo que dices, una mujer impasible ante el mundo, abstraida en su deseo de conocer y vivir una realidad inalcanzable..
    un beso

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  4. Nos asombra que una mujer pueda reposar entre la inmundicia para concentrarse en la lectura, y también informa la foto de la extraordinaria capacidad del ser humano para resistir todas las penalidades que podamos imaginar.
    Pues sí, la belleza, la hipnótica imagen, reside en la apacible lectura, bajo un cielo poco protector enmedio de deshechos, de la vida miserable que adivinamos. Es posible que las palabras o las ilustraciones que llaman su atención, consigan arrastrarla fuera de ese escenario putrefacto. Creo que lo conseguirá.

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  5. Lo que es el ojo... Aún leyendo que es un premio de fotografía, así a simple vista me parece una bella pintura. De golpe veo a una señora elegante leyendo, elegante por sus maneras, su espalda recta, su gesto. Después me fijo en todo lo demás, y lo único que viene a mi mente es que la paz empieza en uno mismo, no importa dónde estés, por muy feo o desagradable que sea tu entorno.
    Beso.


    Nená de la Torriente

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  6. Me parece una foto maravillosa, que te da paz el observarla y ganas de sentarte a su lado con tu novela.
    Es la magia que transmite un buen fotógrafo.
    Me encantó la entrada.

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