17.11.13

Una patria irrenunciable














“El amor a la verdad debe prevalecer sobre los sentimientos y deberes patrióticos.” Juan Goytisolo en su artículo de hoy ¡Asilo para Snowden! La verdad, ¿una patria inalcanzable? Y, no obstante, qué hermosa patria a invocar y a edificar. Tarea ímproba y antigua, pero latente. Acaso la única acogedora y que merezca la pena, aunque parezca propiedad del Quijote. Continua Goytisolo: "En términos morales la actuación del ex analista me parece irreprochable y aun admirable dado el carácter quijotesco de su empresa." Perseguir la verdad, ¿cosa de locos? Puede que cause numerosos problemas, pero al menos es un norte para la vida. Un objetivo irrenunciable; él único que puede hablar en favor del individuo y dotar de sentido moral a la existencia.




6 comentarios:

  1. El único no, pero uno de ellos sí -siempre desde mi punto de vista claro-. El sentido moral no puede o no creo que deba reducirse a un sólo concepto -ya sólo el término concepto me incomoda-, sería sobrevalorar un valor positivo del ser humano: La verdad, la bondad, el propio amor, ¿Qué hacemos con todo ésto, lo metemos en una batidora y sale un regüeldo de un valor puro? Pues no.
    Cada cosa en su sitio.
    "El amor a la verdad como único que puede hablar en favor del individuo y dotar de sentido moral a la existencia"
    Yo tengo serias dudas...
    Un beso no, muchos, por eso beso,


    Nená

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  2. Invocar la Verdad, cuando menos suena grandilocuente, un frase para un titular, queda bien, incluso como cita para ilustrar un calendario.
    Si abrazar la Verdad es el objetivo de una vida, mejor no perder de vista la existencia de la duda razonable ante cualquier atisbo de verdad absoluta, que siempre es un espejismo en toda regla, y a veces con daños colaterales tremebundos.

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  3. Yo dudo de muchas supuestas verdades o inquebrantables para algunos. ¿Que hacer en este caso?

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  4. Perseguir la verdad es la locura más cuerda.

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  5. La eterna lucha entre moralidad y legalidad, que casi siempre gana la legalidad...

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  6. Tan cercano Camus... sin verdad, ni libertad ni belleza.

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