12.11.13

El barro de Ángela Figuera




















Arrinconada Ángela Figuera Aymerich en su olvidado poemario Mujer de barro:

"Yo pasaré y apenas habré sido,
-frágil destino de mi pobre arcilla-."

Constatación de un estado: también claridad: también verdad. Quien piensa como la poeta Aymerich parece disponer de una conciencia fuerte en un ámbito frágil como un cuerpo. Pero el cuerpo no es endeble del todo: permite una temporalidad que da juego. ¿Lo premiamos a cambio de sus servicios con una ofrenda creativa? Solo un incauto o alguien que no se esfuerza puede pensar en la consistencia perpetua del cuerpo, ignorando la potencia de una parte sustancial del mismo. Estériles divisiones aquellas que se establecen entre cuerpo y alma, entre materia y espíritu, entre condición de hombre y divinidad. Solo reconociendo el valor de la generosa arcilla que nos hace se puede cantar con propiedad y, sobre todo, con esperanza, como hace la poeta:

"Hijo, cuando ya no exista,
tú serás mi carne, viva.
Verso, cuando ya no hable,
tú, mi palabra extinta."




4 comentarios:

  1. Maravillosos versos, porque maravilla la profundidad y al mismo tiempo la ligereza, la manera de poetizar el paso por la vida, comprendiendo nuestra esencia de eslabón que engancha con el siguiente mediante un acto de creación. Una poeta extraordinaria.

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  2. El paso del tiempo lentitud de llovizna o desbordado río. La vasija termina por romperse pero la arcilla sigue ahí. Un gran poema. Saludos.

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  3. Realmente gran poetisa...que no conocía !

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  4. espero conseguir ese "olvidado" poemario...! no la conocía pero leer tu entrada me hizo buscar algo más de ella y es muy conmovedora su escritura... gracias!

    cariños,

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