Melancólico Mark Strand:
"Un pie delante de otro. Las horas pasan.
Un pie delante de otro. Los años pasan."
Juego de infancia. Un niño va al encuentro de una niña por una línea recta imaginaria. Ligero ladeo, equilibrio arriesgado, precipicio invisible a una parte y otra de la raya improbable. Pronunciación firme: oro, plata, oro, plata, oro, plata...Los que les rodean expectantes están deseando que lleguen al encuentro para que uno elija. Pero hay todo el tiempo del mundo. Un pie delante de otro, un pie sobrepasando al otro. ¿Quién eligió al final? ¿Qué elegimos? ¿Qué juego clausuró la tarde? Aquel recuerdo se disolvió. "Jamás podremos rescatar del todo lo que olvidamos", dice Walter Benjamin en su Infancia en Berlín hacia 1900. Pero puesto a pensar, un pie delante de otro, algo llamado emoción me hace vibrar. ¿Será un residuo de la memoria irrecuperable?
Fotografía de Henri Cartier-Bresson
Así transcurre todo, pasito a pasito, porque todo de golpe nos hace no captarlo todo.
ResponderEliminarJM
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
La memoria está llena de residuos, sin duda alguna.
ResponderEliminarMe recuerda, en cierto modo, a la rayuela. Pasito a pasito vamos avanzando por las casillas del juego de la vida hasta alcanzar nuestro propio cielo.
inventamos nuestro pasado, tenemos necesidad de reconstruir las ruinas de un pasado que nunca volverá..
ResponderEliminarsaludos
Hay un momento en que echo a pies con el pasado huido, doy pasos hacia atrás, nunca soy el elegido. Y no me importa.
ResponderEliminarAbrazos, siempre