3.7.13

O'Neill sabía














Un personaje de El repartidor de hielo, de Eugene O'Neill, dice en un momento de la obra: "Para qué queremos la verdad, para eso está la historia". Los acontecimientos  -principalmente trágicos-  que viven los hombres pesan sobre estos como castigo, pero escasamente como expiación. Para que la expiación sea posible hay que tener voluntad de conocer la verdad. No hay otra purificación, con efectos prácticos, que no sea conocer y, sobre todo, reconocer la verdad. Desgraciadamente, solo sigue funcionando una coartada  - probablemente burda-  llamada Historia.


1 comentario:

  1. No conozco la obra de O´Neill por lo que ignoro el contexto de la frase, pero estoy de acuerdo con tu reflexión. Atendemos siempre a la palabra hisoria con hache mayúscula, es decir, como ciencia, disciplina, pero no la pensamos mucho como el libro imaginario de nuestros propios sucesos individuales. Como dices, hay que tener voluntad de conocer la verdad y eso, desgraciadamente, no es muy usual. La verdad consiste -creo- en conocimiento y reconocimiento, y eso supone abrir los ojos y admitir, o al menos, conocer, además de los aciertos, los errores y las limitaciones, y eso es duro. No siempre estamos dispuestos. Sin embargo, si acaso por omisión pueda estar hablándose de ficción, entiendo ésta como una especie de terapia y mecanismo de alejamiento que puede facilitar objetividad y, por tanto, capacidad de reconocimiento de la verdad.
    Descubro tu espacio encantado, disfrutando de las interesantísimas reflexiones que dejas aquí.Un verdadero placer.
    Te dejo mi saludo (y algún otro comentario por ahí abajo)

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