15.6.13

El párrafo completo




















Siento que he dejado coja la idea de Nizan y necesito poner todo el párrafo, toda la intención: "A los que hacen descubrimientos, a esos de los que se dice al repasar la historia de su existencia que no habían nacido para nada, hay que encontrarlos entre los hombre prudentes, sedentarios, que saben permanecer despiertos pacientemente, que permanecen largo tiempo en algún sitio y cazan con precaución: el auténtico es el que persevera en su juego, y no el que vuelve una carta una tarde en un juego de azar en el cual todo puede ser ganado de repente." Esto lo escribió Paul Nizan en 1932, y aparece en su libro Aden Arabia. Pero lo leo como si estuviera recién escrito, para el tiempo presente, y lo interpreto en todo su vigor. Cuidado, pienso, con los que se presenten de improviso a echar un órdago y nos vendan lo que se ha puesto encima de la mesa, la hacienda y con ella las vidas. Acaso ese jugador ya está actuando. 


La perseverancia de Nizan














En tiempos líquidos (Bauman dixit) no suelen escucharse con frecuencia voces cuya densidad contrastaría con la ligereza cotidiana. Pero hay que rescatarlas, aunque sean antiguas. Como esta de Paul Nizan: "Si queréis vivir tendréis que recuperar la perseverancia". Una propuesta que desarma a los soldados de fortuna que la sociedad latente, que no nutriente, eleva de rango en su fragilidad e inconsistencia.


14.6.13

De verdugos















El verdugo Amadeo se habría sobrecogido de escuchar a Jerry Givens, ejecutor de Virginia, USA: "Sé exactamente qué corriente necesita cada preso, según su estatura. Maté a sesenta y dos personas." Solo se me ocurre pensar en cuántas descargas o qué cantidad de voltaje precisaría ese tipo conmigo. Mas, sinceramente, no tengo baremo para hacer el cálculo. Y yo, ingenuo, manteniendo aún la antigua imagen de Isbert como prototipo del verdugo tradicional (español, eso sí, que ya lo hubo, y espérate no vaya a ser que algunos pretendan rescatarlo del pasado)


12.6.13

Bauman















"Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio". Zygmunt Bauman hoy en El País. Ay de estos sabios que además son viejos. Luego deben saber dos veces. Parece que a estas alturas se cayeran del cielo. Me deja con la duda: ¿pero hubo alguna vez un concepto tangible de felicidad?



11.6.13

Amores no coincidentes














Narra Samuel Beckett en Murphy: "Así era el amor de Neary por Miss Dwyer, la cual amaba a un cierto tienente Elliman de la aviación, que amaba a una cierta Miss Farren de Ringsakiddy, que amaba al Padre Fitt de Ballinclashet, quien con todas sinceridad se veía forzado a admitir una cierta inclinación por una tal Mrs. West de Passage, que amaba a Neary". Cortocircuito llama a continuación uno de los personajes a esa rueda de amores no correspondidos. Yo pienso que si el amor fuera un hecho objetivo, y no un mero suceso casual, podría llamarse a esa sucesión de amores que no se encuentran entre sí algo tal como la concatenación del infortunio. Me recuerda a un juego infantil en que cada jugador pasa una prenda a otro y nadie se la queda hasta que...vuelve al primero que la puso en circulación. Los enamoramientos no coincidentes suelen deparar en ocasiones sorpresas. Basta con que uno ponga palos en las ruedas de la inercia y dicte otras reglas del juego.



9.6.13

Remedios para confortarse













"Viendo, pues, que, en efecto, no podía menearse, acordó de acogerse a su ordinario remedio, que era pensar en algún paso de sus libros..." Dice el autor paso en el sentido de pasaje. Pero un pasaje es también el paso (tránsito) de un autor con lo que cuenta o los pasos del lector al dejarse afectar por el texto. Milagro, o mejor, consecuencia de las palabras. Al valeroso caballero le acaban de dar una somanta de palos, se halla maltrecho y su remedio es nada menos que echar mano de algo leído. Remitirnos a la lectura como bálsamo de Fierabrás: eso sí que es un tratamiento sesudo para confortarse. Seguro que un lector extraordinariamente virulento como Don Quijote hallaría en una cita retenida motivo de confortación. Mente acogedora. Quien no se consuela es porque no quiere, parece decirnos Don Miguel con su ingeniosa modernidad.


8.6.13

Museografobias (1)














Antes iba mucho a los museos. Ahora apenas los pisa. Cuando lo hace mira de otra manera. Más calma, menos atosigadora. Tomar poco para llegar más. Ha comprendido que cada obra es un mundo con infinidad de dimensiones. No se trata de acaparar. Un museo solo es un almacén. La vida se encuentra en cada objeto expuesto. La vorágine antigua de visitante ya no le atrapa. ¿Le dice algo a estas alturas Stendhal y su pregonado mal pasajero?

7.6.13

Los visitantes de museos















En su libro De lo espiritual en el arte, Vasili Kandinsky habla de los visitantes de un museo, entre otras tantas cosas interesantes, y dice: "...Las personas llevan los catálogos en la mano y van de un lienzo a otro, los miran y leen los nombres. Luego se marchan tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses, que no tienen nada que ver con el arte. ¿Por qué vinieron? Cada cuadro encierra misteriosamente toda una vida, toda una vida con muchos sufrimientos, dudas, horas de entusiasmo y de luz". Unas reflexiones que Kandisnky escribió ¡en 1910! Precisamente esas observaciones me alcanzan de un tiempo a esta parte. Cuando visito un museo me hacen padecer. La velocidad a la que pasa el personal visitante ante las obras, la mayor parte de las veces de forma enmudecida si va en grupo, me desagrada y me apena.Cuando veo que alguien se para un rato ante un cuadro me gusta y le observo. He llegado incluso a dirigirme a esa persona, por simple curiosidad.


5.6.13

Kandinsky y la mística del arte












Kandinsky: "El artista debe ser ciego a las formas reconocidas o no reconocidas, sordo a las enseñanzas y los deseos de su tiempo. Sus ojos deben mirar hacia su vida interior y su oído prestar siempre atención a la necesidad interior. Entonces sabrá utilizar con la misma facilidad los medios permitidos y los prohibidos." He ahí pues, según el pintor y teórico ruso, la clave de la creación artística: la mística. El principio puede resultar válido incluso para los que no somos artistas. Pero quién sabe si obrando de tal modo no estamos transformando la materia más bruta, elemental y retorcida de todas: nuestro propio Yo. Puede que afrontar la tarea haga emerger el artista oculto que todos llevamos dentro.



1.6.13

Los prejuicios de las palabras
















"Así que en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos". Álex Grijelmo en un interesante artículo titulado Palabras con prejuicios, publicado hoy en El País. Demasiado corto se queda. Él sabe que los prejuicios se trasladan siempre, y no solo los prejuicios. Siempre hay en la escritura convencional del periodismo algún matiz, la dirección de un argumento, el desliz del tópico, la traición de la ideología. No obstante encuentro enjundiosas y dignas de tener en cuenta y aplicar sus recomendaciones. Los profesionales se tendrán que esforzar (si les dejan los propietarios de los medios) Y el lector deberá volverse más agudo y exigente.


30.5.13

Acompañamiento














Octavio Paz (recurrente su lectura): "Cuando estoy solo no estoy solo: estoy conmigo; estar separado no es estar escindido: es ser uno mismo. Con todos, estoy desterrado de mí mismo; a solas, estoy en mi todo". Debe ser por una razón análoga a la que expone el poeta por la que no siento nunca la sensación de aburrimiento. Y si ésta acecha, leo: vivo.


28.5.13

Un poeta secreto al descubierto













No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.

Porque esos son los juegos para ingenuos
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi envite es al no ser. A lo seguro.

Rechaza otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez, no. Una vez ya es demasiado.

Leo como una herencia este poema. La hago mía. Me regusto al bailar en torno a su cadencia. También me complazco en confirmar o desechar lo que dice en cada verso. Por aquello de que uno lee lo de otros no como algo lejano sino como algo que le afecta o puede tocar. José María Fonollosa: un poeta secreto, del que se publicaron más libros suyos después de muerto. Dicen que el poema de marras lo encontraron sobre su mesa de trabajo al morir. El hecho de la muerte del otro nos remite de inmediato a la curiosidad de saber de qué murió. ¿Por simple curiosidad morbosa? No. Por deducir más gestos. Por ejemplo, si ese poema tuvo algo que ver. Huele tanto a testamento como a acta de fe personal. Dejando de lado algún matiz lo hubiera escrito yo antes o después.



25.5.13

La alegría de Tayyeb Saleh














Día de sol e invitación a la danza. "Quiero arrebatar a la vida lo que me corresponde, quiero dar a manos llenas, quiero que el amor desborde mi corazón y fluya y fructifique. ¡Cuántos horizontes por descubrir!, ¡cuántos frutos por recoger!, ¡cuántos libros que leer y cuántas páginas en blanco en el registro de los tiempos, en las que escribir una frase luminosa con mano audaz!", dice en Época de migración al norte el escritor sudanés Tayyeb Saleh. Ahí es nada la loa, la plegaria o la evocación. La alegría y la actitud expectante. El reconocimiento de los dones y el uso de la vida que nos gratifica. Decido aprender la oración -no solo sintáctica-  de memoria para los días funestos que visten de gris y no reflejan ni la sombra.


23.5.13

Un apunte sobre el Cantar de los Cantares

















Hoy he estado practicando una de mis debilidades. Releer al azar algunos textos de Octavio Paz. Su visión siempre me ha parecido tan aguda como provechosa para mi yo receptor que entiende que la lectura siempre es una búsqueda. También una ratificación de un cierto o abundante interés por la vida. La cuestión que se le plantea a uno cuando vuelve a leer algunos escritos es que redescubre lo olvidado o levanta un nuevo conocimiento sobre lo ignorado. (Nerviosismo a continuación por no disponer de tiempo y capacidad suficiente para reincidir en los temas) El texto de Paz que he leído versa sobre el Cantar de los Cantares de Salomón. "La tradición judía y la cristiana han interpretado esos poemas  -dice Paz-  como una alegoría de las relaciones entre Jehová e Israel o entre Cristo y la Iglesia". Me hace pensar en el maniqueísmo y debilidad de la base ideológica de tales religiones. Al justificar el Cantar como una alegoría, ¿no están asumiendo tales ideólogos una dependencia de algo más tangible, expresivo, creador y gozoso que sus burdos presupuestos ideológicos? La excusa erótica puede estar dotada de mayor carácter de divinidad que las abstracciones conque justifican aquellas reformulaciones morales y de control social que luego imponen.


19.5.13

Una cita en el correo














Recibo de un amigo con el que tomo café por las mañanas un email con esta cita. "Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no con bienes, sino con favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias y no por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino que, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare en que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada." Sesenta años largos después de ser emitida esta opinión sigue la condena. Si ninguna de las observaciones que propone ha cambiado y mucho menos mejorado, la aflicción de Sísifo debe ser más monumental que la montaña que sube y la roca que arroja incesantemente. La cita es de Ayn Rand, una defensora controvertida del capitalismo ¿utópico? 



17.5.13

Consejo sabatiano











Ernesto Sábato, en una de sus cartas de La resistencia: "...Cuántas veces les he aconsejado a quienes acuden a mí, en su angustia y en su desaliento, que se vuelquen al arte y se dejen tomar por las fuerzas invisibles que operan en nosotros. Todo niño es un artista que canta, baila, pinta, cuenta historias y construye castillos." Lo sabía. No estoy seguro de alentar el artista pero me ratifico en un estado de niñez nada desdeñable. De insólitas consecuencias y no menos sorprendentes revelaciones. Espero.



14.5.13

El relato es cosa de los pobres. John Berger

























"El secreto del impulso narrativo de los pobres yace en la convicción de que contar historias permite que se escuchen en algún otro lugar donde alguien, o tal vez una legión de personas, entiendan mejor que el narrador o los protagonistas lo que la vida significa. Los poderosos no pueden contar historias: un alarde es lo opuesto a un relato. Cualquier historia, por afable que sea, tiene que ser valiente, y los poderosos de hoy viven con nerviosismo. 

Una narración remite la vida a un juez alternativo o más concluyente, que está lejos. Tal vez ese juez se sitúe en el futuro, o en un pasado pendiente, o quizá en otro lugar, tras de la loma, donde el sino del día cambió (los pobres tienen que referirse con frecuencia a la buena o mala suerte) y donde los últimos son ya los primeros. 

El tiempo de los relatos (el tiempo dentro de la narración) no es lineal. Los vivos y los muertos se reúnen como oyentes y jueces dentro de este tiempo: mientras más hagan sentir su presencia ahí, lo narrado se vuelve más íntimo para quien escucha. Los relatos son una manera de compartir la convicción de que la justicia es inminente. Apelando a tal convicción, los niños, las mujeres y los hombres lucharán con ferocidad sorprendente llegado el momento. Es por eso que los tiranos temen el acto de narrar: de alguna manera, todas las historias aluden a la historia de su caída. 

<Adondequiera que iba, bastaba que prometiera contar alguna historia, y la gente le permitía quedarse por la noche: un relato es más fuerte que un zar. Pero ocurría algo: si comenzaba a contar historias antes de la cena, nadie sentía hambre y no le daban de comer. Por eso, primero que nada, el viejo soldado pedía un tazón de sopa.>" *

* (Andréi Platónov, The Portable Platonov)



Este texto aparece en el libro de John Berger Con la esperanza entre los dientesHabía leído poco a John Berger, y nada aún de Plátonov. Berger es como un sereno de la vereda de antaño, figura que nadie recuerda. Abre puertas aunque no des palmadas. La puerta del ruso se anuncia de tal envergadura que no sabes si empequeñecerás aún más al traspasar el umbral. Dándonos prisa aún se pueden hallar textos de Berger en las librerías. De Plátonov  -mi librero dice que es grande entre los grandes- apenas encuentras algo en castellano. Me van a pedir la que acaso es su principal obra rebelde, Chevengur. Un relato que debe haber sido fatal porque de la otra Rusia desapareció durante setenta años y de la sociedad occidental casi otro tanto. La verdad es que siento la morbosa atracción de la fatalidad tanto como una cierta repulsión por la crudeza que puede contener la novela. Debo estar acostumbrándome a los tiempos descafeinados.


  

11.5.13

El vacío de las doncellas
















Malherido, resiste. Y el héroe que se postula canta ya la victoria. Asterión se arrastra con el dardo profundo en sus entrañas. Han sido liberadas las doncellas y la nave se aleja del laberinto. El mito debería acabar aquí. Pero ellas se asoman a cubierta. Lanzan ayes al contemplar los estertores de su antiguo carcelero. Le llaman con angustia, le compadecen, le reclaman, lloran con acritud. Teseo, desde el timón, se desespera al contemplar su obra demediada. 

Ha vencido al monstruo, pero no cuenta con el apoyo de las vírgenes. Demasiado tiempo han pasado en el reducto de la bestia, piensa, y no han visto nunca otro país. Teseo cree que es la ausencia del laberinto lo que las confunde. La falta de horizontes, el desconocimiento de otros paisajes, la privación de los aprendizajes. Él ha llegado hasta la ciudad de los sacrificios, precisamente para que ellas descubran el mundo de las posibilidades. Eso es lo que las dice. Para ello ha realizado un viaje arriesgado y cumplido una misión difícil. El rescate ha sido doble: ha sacado a las jóvenes de la cautividad y, por otra parte, ha eliminado al agente del sometimiento. Deberían agradecérselo, cree. Pero ellas, lejos de dejarse convencer por el razonamiento del héroe, siguen invocando a la fiera. Minotauro, padre, no sufras, le gritan. Esposo, no nos dejes, braman. Amante, no nos traiciones, se desgañitan. Hacedor, no nos abandones a la privación de lo ignoto, vociferan. Asterión escucha acongojado los lamentos de las doncellas. Es amarga la separación, mucho más dura que la propia muerte, se repite a sí mismo. 

En la caída final, baboseando sangre y desesperado por los dolores, el Gran Híbrido encuentra alivio en esas hijas que le recuerdan, en esas esposas que le retienen, en esas amantes que le desean, en esas obras que él ha recreado. Pero los dioses también saben ser clementes y equitativos, y manifestarse a través de la naturaleza de las cosas. El mar ha escuchado las lamentaciones de las doncellas y sale en su ayuda. Conviene con los vientos en que la nave no avance. Expande su manto azulado sobre Minotauro para ocultar su sangría y que muera en paz. El segundo mito debería terminar en este instante. Pero Teseo, sintiéndose herido en su amor propio y cuestionado en su altísimo cometido, se enfurece. Mas nada puede hacer ya. Los elementos no están de su lado. Las mujeres le han dado las espalda definitivamente por su fiereza y su capacidad manifiesta de engaño. La nave está enteramente en manos de ellas. Junto con las aguas y los vientos pueden decidir el futuro del tercer mito.


10.5.13

Asterión

















Asterión, Asterión. Eres todo fortaleza, pero ya es sabido que la bestia cae derribada con frecuencia ante la apacibilidad de la durmiente. Aparentas fiereza durante las horas diurnas y en la vigilia constante que despliegas ante los intrusos. Mas te vuelves tierno cuando la noche acecha. Conoces mejor que nadie el recorrido del laberinto, aunque a veces te sientes perdido dentro de él, porque en la costumbre está la trampa. No hay una configuración fija, inalterable, eterna. Cada día se modifican las calles, se enervan las alturas, se trazan las travesías, nacen espontáneos los callejones sin salida. Tal vez incluso se amplía el perímetro de sus murallas y de sus recovecos. Y cada jornada tienes siempre algo que aprender de su expansión. Es tu hábitat. Pero no por crecer hallas más libertad de movimientos en su áspero seno. 

Cierto que te llegan aromas de otro mundo. El viento que se cuela en el laberinto huele unos días a mar, otros a trigo, otros a foro donde se exhibe el labris, otros a barrio donde bulle el gentío. Cierto que traspasan los muros de tu bosque cerrado los sonidos del más allá. El aire puede transportarte canciones de juegos infantiles, súplicas de madres, llantos de amantes robados, baladas de pastores que otean los paisajes abiertos que tú añoras tanto desde que te fueron privados, cantos guerreros de ejércitos que podrán imponerse a sus vecinos pero que no han podido todavía contigo. Cierto que iluminan tu cielo el tránsito juguetón de las nubes, el raso azul del cielo, el ardor implacable del sol, el apaciguador tejido de las estrellas. De alguna manera te recompensan de tu destino desdichado. 

En ocasiones te preguntas cómo será todo ese territorio que está al otro lado de tu condena. Sientes su atracción. Sientes una llamada poderosa que, sin embargo, no puedes seguir. En el fondo, no quieres salir de tu inmensa cella. ¿Sabrías estar fuera de tu cubículo de sangre y semen? Probablemente tratarías de convertir en un dédalo inmenso todos los territorios que conquistases. Porque no tienes otra referencia. Porque has olvidado otra vida posible, aquella que anteriormente te fue negada. No pretendes liberarte de tu misma condición. No puedes traspasar las almenas ni atravesar las puertas que no se han construido. Por ello tratas de adecuar tu espacio con la simulación de una vida que no es. Haces frente a los competidores que juegan a héroes, pero acoges a las doncellas con la delicadeza y el respeto que corresponde a tu nobleza. Nada obtienes de ellas sin que ellas te lo concedan. Si con los infiltrados armados, que pretenden asesinarte a traición, te muestras inclemente y fiero, con las jóvenes entregadas por los reyes cobardes adoptas una actitud comprensiva. Ellos, que vienen a traer tu muerte, no se merecen la piedad. Ellas, que llegan para aplacar tu deseo, deben ser ensalzadas y es tu deber salvaguardar su existencia. Te burlas del martirio estéril de los jóvenes varones que han accedido a tus dominios. Pero admiras la profundidad del sueño al que la mujer, agotada por el miedo o la confusión, se deja vencer. Esa caricia en ciernes obra como un punto de contrición. ¿No es ése el resquicio de salvación que les queda siempre a los Minotauros?


7.5.13

El martirio, según Schnitzler
















"Lo único que prueba el martirio es la intensidad de la fe, no su verdad". Inevitable pensar entonces en los fanáticos de todas las religiones, en los defensores a ultranza de ciertas ideologías, pero sobre todo en cuantos nunca eligieron ser mártires, que no se expusieron por las buenas al crimen y que fueron maltratados hasta el exterminio. En la historia del martirio la verdad no ha contado nunca, si bien es la que desvela el fanatismo de la fe ciega. Un aforismo del autobús. Aclaro: leído en el autobús, pero su autor es Arthur Schnitzler. Sí, el novelista y dramaturgo, el amigo de Freud. Uno de mis viejos descubrimientos personales como lector. Un autor abierto a las búsquedas. Tal vez por ese espíritu que navega entre sus Relaciones y Soledades es por lo que llevo encima el librito allí donde voy. Un solo pensamiento de Schnitzler compensa la tardanza del recorrido y la aglomeración.  

6.5.13

Las decisiones




Apunto: "...En la vida le pasaba igual, resulta tan empobrecedor  -decía- atenerse de forma rígida a lo que se ha elegido, descartando cualquier otra posibilidad igualmente interesante, y sin embargo hay que contar con ello, nos pasamos la vida decidiendo, por mucho que nos agobie decidir, ésa es nuestra condena, la sed de infinitud chocando contra los barrotes de la jaula". Carmen Martín Gaite en su novela Lo raro es vivir. Uno compara lo que lee con lo vivido. Esas primeras etapas en que nada se elige. Caes donde caes y como caigas. Más tarde se elige: o bien por acuerdo e inercia con lo que te fue dado o bien a la contra, con todos sus riesgos. No sabría decir qué actitud va a deparar mayor satisfacción. Nos pasamos la vida decidiendo, pero también dudando. Para algunos incluso su estado de costumbre es la indecisión perpetua. Todavía es mayor condena. 


4.5.13

Activar el gozo














Chantal Maillard: "El gozo está detrás de cada puerta, de cada paso, de cada encuentro, a pesar del cansancio, a pesar del cuerpo que se tensa para evitarlo". Contraste de energías. El cuerpo debe hacer el esfuerzo de abrir la puerta, dirigirse a alguien o a algo, mirar y hablar de frente al sujeto o al objeto. Aunque solo se verbalice para uno mismo, la percepción del gozo se ha manifestado. Estaba dentro de ti, vivo. Confiando en ti, para ejercitarse.


1.5.13

Al vuelo



Dispuesta a iniciar el vuelo. Última mirada al pasado de su mente. Es lo que me sugería la fotografía adjunta al iniciar este blog de anotaciones. Nada entiendo de aviación, escasamente de guerras (qué suerte) y apenas repito acerca de la mente sino aquellos lugares comunes que se comentan por ahí. Sí descubro que la piloto de mirada perdida en no se sabe qué nubes se trata de Amy Johnson. Una pionera de la aviación de su Graciosa Majestad, que protagonizó el ránking de mujeres piloto y que con un desplazamiento desde la metrópoli hasta Australia de casi 18.000 kilómetros (debería haberlo dicho en millas) batió un record.

Amy Johnson también tuvo el honor de ser pionera de la muerte a los treinta y ocho años. Pero el honor de morir por su Graciosa Majestad en una guerra contra el feroz Teutón (ferocidad que la política del Foreign Office no mostró demasiado interés en detener a tiempo) era como una consagración. Puede que muchos darían lo que ella por estar algún día en los libros de texto o en internet, pero a mí me parece sumamente estúpido y más si se defienden causas ajenas. No sé si la mirada de inocencia de Amy se hubiera merecido otro destino. Al fin y al cabo, ese mirar todo y acaso a todos por encima de las circunstancias y de nuestra condición de metecos es la que la llevó en 1941 al Olimpo. Pero yo elijo esa suavidad de facciones de otro mundo para empezar estas letras.


30.4.13

Ariadna en el laberinto grotesco





Cuando supe del libro de cuentos de Salvador Espriu me encantó el título. Después, me engatusaron los relatos. Laberinto y grotesco, nada menos. Grotesco viene de grutesco, en italiano, gruta. Lo recóndito, lo hondo, el primer hábitat. Pero también significa extravagante y absurdo en castellano. Y en esos dos términos que se funden hay algo de pleonasmo subversivo. El laberinto de la vida tiene mucho de origen y recoveco y a la vez resulta ridículo. ¿Será por eso que uno se aferra a las palabras? Como hilo conductor de aciertos y desventuras. Como el modo de reducir el peso de lo grave de la existencia.

Ariadna nos conduce a todos. No solo a su heroico Teseo que en cierto modo la utiliza. No solo a Dionisos que se la encuentra cuando Teseo la ha abandonado. Con frecuencia el mito olvida que una Ariadna, no, muchas Ariadnas se compincharon con Asterión antes de que el resto del relato fuera descrito.

El cuadro tomado de la obra de la pintora Balbi López Santos me parece divertido. Esa virgen, ¿por qué no Ariadna misma?, que toma el pelo al Minotauro, que juega con él, que trata de iluminar un camino sin salida, pero en cuyo recorrido hay que hallar la alegría y la travesura, me hacía enloquecer. Tal vez también a Asterión, que la da la espalda porque en su aflicción no se da cuenta de dónde reside la belleza y el entusiasmo de la vida. ¿O acaso sí y esa actitud es parte del juego y el toma y daca?